Capítulo Diez

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Morgan se levantó, no quería hacerlo pero no tenía forma de salvarse. Su corazón latía a una velocidad imposible de medir, al igual que el corazón de Jack. Él si que podía rechazarla, como había hecho antes con Jane y Kate, pero algo en su interior le decía que no lo hiciera, seguramente porque el hecho de tener ese reto le subía la adrenalina, pero a quién vamos a engañar, Jack no sabía por qué no se quitó los pantalones, porque, en cambio se dirigió hacia la pelirroja, que estaba de pie paralizada en su lugar en el círculo, y se inclinó para besarla. 

- ¡Chicos! - Becca que había ido al baño, les interrumpió bruscamente, entrando en el salón y encontrándose una escena con la que nunca habría imaginado: Connor y Jane con mejillas coloradas y sus móviles en las manos grabando la escena; Chris y Ryan miraban hacia otro lado intentando disimular la risa que les había causado la situación, Kate, divertida sonreía mientras observaba aleatoriamente a la pareja y a Becca; Jack estaba a escasos centímetros de la cara de Morgan y ahí se quedó cuando escuchó la voz de la escritora. Todo el mundo había supuesto los sentimientos de Becca por Jack, en cambio, en la otra dirección no estaban seguros de si eran iguales - Solo os quería decir que la televisión ya funciona, pero si queréis terminar el juego, por mí genial. 

Becca se dirigió de nuevo al salón y se sentó en el sofá más pequeño, Ryan le siguió y cuando llegó al salón, se encontró a una devastada señorita intentando aguantar las lágrimas; como Becca era delgada, Ryan se pudo sentar a su lado. Con delicadeza extrema como si ella estuviera hecha de porcelana, Ryan le abrazó, antes el gesto Becca se giró para encarar esos ojos verdes y le preguntó con la mirada qué estaba haciendo.

- Sé que no estás bien, te he estado observando y sé que la foto de Snapchat te molestó mucho, pero te aseguro que no está pasando nada entre esos dos. Eso era un solo un juego, Morgan ya no se podía librar.

- Pero Jack sí, y no entiendo porque no se ha quitado los pantalones

Ambos sonrieron tímidamente al darse cuenta de lo que había dicho y su doble sentido.

- Bueno, para eso no tengo excusa - reconoció Ryan - pero bueno es verdad que ninguno de los dos se había besado todavía, además ¿quién te dice que se han besado y no se han separado cuando has salido de la habitación?

- ¿Se han separado? - Becca tenía esperanza en sus ojos, que desapareció cuando el chico se encogió de hombros y le aseguró que no tenía ni idea, que él había salido detrás suyo - Ah, vale. Bueno, y ¿qué quieres?

- Te puedo ayudar a conseguir Jack te invité al "prom" a final de año.

La conversación, casualmente, tomó la misma dirección que la que habían tenido sus mejores amigos dos semanas antes. Sin embargo, Ryan pidió algo a cambio. 

- ¿Qué? Ya decía yo que esto era muy fácil.

- No es nada del otro mundo, pero tienes que ayudarme con Kate.

"¿Con Kate?" pensó Becca, y definitivamente decidió que Ryan estaba loco, no pegaban. Esa repulsión le causó a Becca preguntarse por qué había tenido esa reacción. Aún así, y sonriendo, le dijo a Ryan que le ayudaría encantada. En ese momento Jane, Kate, Connor y Chris entraron en el salón. Becca, mirando a Ryan y haciéndole un un gesto que este entendió al segundo, consiguió el sofá para ella sola. 

Jack y Morgan seguían en la misma posición cuando el resto decidió dejarles en el cuarto. Ninguno de los dos se separó, pero tampoco acabaron con la distancia entre ellos. Morgan quería besarle, con la excusa del juego, aunque ya hubiera terminado, y Jack sentía que algo dentro de él le empujaba a besarla, su corazón, pero su cerebro se resentía por una razón que cada vez perdía más importancia para él.

Este impulso le llevó a acortar un poco más la distancia. Sus alientos se entrelazaban y ambos podían sentir la respiración entrecortada y el pulso acelerado del otro. Morgan tomó una decisión, "es por el juego" se dijo a sí misma intentando engañarse sin mucho éxito. Jack, en cuanto vio que se curvaban los labios de su pelirroja favorita, juntó sus labios con los de ella. La acción no le sorprendió lo más mínimo, y sin dudarlo, Morgan le respondió el beso. Pasaron segundos, los mejores segundos para Morgan; luego se separaron, ambos sonriendo.

- ¡Chicos! Tardáis mucho en vestiros, ¿necesitáis ayuda? - Jane, divertida amenazaba con entrar e hizo que rápidamente Jack y Morgan se vistieran.

- Seguimos con el plan - dijeron ambos a la vez, lo que causó que se rieran. Luego, Jack añadió - Si, pero antes de que volvamos a la realidad, necesito probar algo.

- ¿El qu... - pero Jack ya había vuelto a juntar sus labios con los de la pelirroja. Este fue un beso más dulce, suave y corto. Al separarse, Morgan dijo: - Espera, estás lleno de pintalabios.

Le retiró cuidadosamente el pintalabios de su cara con un pañuelo y se dirigieron al salón. Allí, se sentaron totalmente separados, él al lado de Kate y Ryan y ella entre Chris y Connor.

El resto de la noche la pasaron comiendo riendo y viendo Netflix. No durmieron ni un minuto, Jack aprovechó para acercarse más a Becca que le encantó disfrutar de su nueva compañía. Morgan, en cambio, no paró de hacer el idiota con Chris y Connor, se llevaban genial los tres.

A las dos de la mañana, Morgan recibió una llamada de su hermano.

- Hola Anthony, no te he visto en los dos días que llevamos viviendo en la misma casa, ¿me lo puedes explicar?

- Hola Mor, ya... Bueno es que ahora me encuentro en casa de una amiga, que hacía una fiesta y nos había invitado. Pero mañana Sheamus y yo prometemos llevarte de excursión. Nos vemos mañana a la una en casa. ¿Estás en casa. no?

- Pues no, porque pensaba pensar la noche con vosotros, pero como os habéis ido de fiesta estoy con unos amigos en una pijamada. 

- Bueno, vale, lo siento enana, mañana nos tienes solo para tí. A las doce en casa. Besos, te quiero.

- Adiós - Su hermano ya le había colgado.

- ¿Quién era? - le preguntó Connor, ofreciéndole a la vez palomitas. 

- Mi hermano, que ha venido de la universidad con su mejor amigo y no les he visto todavía; ahora están en casa de una amiga en una fiesta. - Cogió un puñado de palomitas y preguntó: - ¿Cuando habéis hecho palomitas?

Connor le respondió que hacía unos minutos. De ahí, cuando todos se durmieron, y solo ellos aguantaron unos diez minutos más, hablaron de sus familias. Sheamus era el ex novio de la hermana de Connor, la que organizaba la fiesta, Lisa.

A la mañana siguiente, hacia las doce de la mañana, Morgan se despertó gracias al olor de tortitas y vainilla. Todos estaban durmiendo. Ella fue al baño y luego se dirigió a la cocina donde se encontró con Jack.

- Buenos días - le dio un beso en la mejilla, que aunque no tenía la más mínima intención, a parte de saludar, hizo que ambos se sonrojaran, Morgan más que Jack. - Por favor, no quemes las tortitas, ¿quieres que te ayude?

. Vale, pero necesito una cosa.

Morgan, que sabía a qué se refería, le recordó:

- ¿No se suponía que íbamos a volver a la vida normal?

- La última vez, por favor - hizo pucheros para intentar convencer tanto a Morgan como a él mismo, ninguno se convenció pero igualmente él le dio un delicado beso en los labios.

- La última vez. Ahora vamos a hacer las tortitas.

Antes de girarse hacia el fuego para hacer las famosas tortitas, Jack le robó un último beso, esa vez si que iba a ser la última vez.

- ¡Habíamos acordado que no lo ibas a hacer más! - Gritó Morgan, sin darse cuenta de que había gente en la puerta, que al igual que ella se habían despertado con el olor de las tortitas.

- ¿El qué no podía hacer más?

Y una de esas personas que observaban desde la puerta era Becca, que, como respuesta recibió una excusa sobre que Jack no hacía las tortitas tan bien como Morgan. La excusa le sirvió, porque había llegado justo después de que ambos se separan dejando más distancia entre ellos de la que momentos antes había existido, si es que la había habido.

Una chica normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora