Capítulo Veinticinco

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Ya sabían quien era la reina, no era Morgan, pero no podían hacer nada para remediarlo. El día anterior, cuando por los altavoces del campo se oyó el nombre de Liv, no le pudo seguir otra cosa que el silencio. Algo extraño en esas situaciones, por supuesto, pero después de unos segundos en los que todos los alumnos giraban la cabeza para mirar a ambos lados suyos, una amiga de la nueva reina empezó a aplaudir. Y así, muy tímidamente, todos los espectadores aplaudieron mientras Liv bajaba de las gradas y recogía la corona que inesperadamente le habí tocado. "¿Por qué tanta confusión?" Pensó Morgan al ver la reacción general; no tenía sentido, cada uno había votado a quien había querido, ¿no?

Ahora Becca, Morgan, Jane, Kate y Kim estaban en el piso de la primera preparándose para el baile. Habían decidido ir a Central Park a hacerse las fotos, las hojas empezaban a caerse y el parque estaba cubierto de los colores otoñales que tanto destacaban en esta época. 

Morgan llevaba un vestido negro. Tenía manga francesa y era muy sencillo, apenas tenía detalles. Era más ceñido hasta la cintura, donde el vestido era suelto; no tenía escote y le llegaba más o menos un palmo por encima de la rodilla. Le quedaba perfecto y estilizaba mucho su figura. En los pies, llevaba unos tacones coral, a juego con la cartera, que tenían una aguja de entre diez y quince centímetros. No quería recogerse el pelo pero Becca le hizo un peinado demasiado bonito para quitárselo: eran dos trenzas de raíz que, imitando una corona, rodeaban su cabeza. Tenía dos mechones un poco más sueltos en la cara y las trenzas estaban ordenadamente deshechas. Para terminar, y hacer aún más perfecto el conjunto, se maquilló. No era nada muy dramático, era algo sencillo: se maquilló los ojos: rímel, sombra oscura basada en dos colores y una raya negra; hizo que sus ojos se despertaran y destacaran, aprovechando o grandes que eran. Luego se puso un poco de colorete y se pintó los labios con un poco de brillo.

Becca se había esmerado un poco más para destacar. Llevaba un vestido azul eléctrico con escote palabra de honor. Era un poco más corto que el de Morgan por delante, pero se alargaba en la parte de atrás. El la cintura se había puesto un cinturón negro, a juego con los tacones de plataforma y la cartera que llevaba. Ella se dejó el pelo suelto, recogiéndose delicadamente algunos mechones con unas horquillas. Y su maquillaje fue mucho más dramático que el de su mejor amiga, realzando sus ojos y sus labios, estos últimos utilizando un pintalabios rojo, que rompía con el tono frío del conjunto.

Jane se puso un vestido suelto, con ,a parte de arriba blanca y a partir de la cintura era negro. Se puso un cinturón en la cintura y unas bailarinas, porque, a diferencia de las parejas de las demás, Luke no eran tan alto, y ella no quería hacerle pasar mal por unos simples tacones que, aparte de que no estaba acostumbrada a llevar, le hacían daño en los pies.

Kate llevaba un vestido verde a juego son sus ojos. Eran un vestido sin mangas y el cuello hacía una "u" dejando ver su clavícula. Su maquillaje, como el de Jane, fue muy natural, y se dejó el pelo totalmente suelto. Llevaba unos tacones beige que no eran muy altos y no llevaba cartera, así que se aprovecharía de sus amigas para que le llevaran sus cosas. 

Kim había traído de su casa el vestido que le había dedo su madre. Antes de ir a casa de Morgan había abierto la caja y había descubierto lo que había en su interior. Era el vestido de su tía, a la que nunca conoció, el vestido que se suponía que ella tendría que haber llevado a su baile de homecoming, un baile a que nunca pudo haber ido. Era rojo, tenía una forma muy sencilla pero igualmente realzaba su figura. Se había maquillado también, muy sencillamente, y había escogido unos tacones negros y una cartera negra como complementos. Ahora estaban todas listas para ir al parque.

Quedaron en la entrada cerca de la quinta avenida con los chicos, todos venían con sus trajes, perfectamente arreglados, y con sus melenas super repeinadas. "Qué pena que se vayan a despeinar antes de llegar al baile" pensó Morgan, que al igual que el resto de sus amigas, lo que más le gustaba era despeinar el pelo de un chico. 

Se hicieron las fotos. Patrick con Kim, Kate con Ryan, Becca con Connor, Jane con Luke, Chris con Lisa (una animadora a la que había invitado) y Morgan con Jack. Se cruzaron varias veces con compañeros y con alumnos de otros colegios que estaban allí con la misma intención. Era el fin de semana perfecto para hacer fotos porque aparte de los colores, había dejado de llover y cuando estuviera bien entrada la noche, si no vivieran en la que se podría llamar la ciudad más iluminada del mundo, se podrían ver las estrellas en su máximo esplendor.

Después de haber hecho todas las fotos que creyeron necesarias y más, cogieron varios coche y se dirigieron al instituto, donde iba a tener lugar la celebración. Allí, se encontraron con un montón de gente, de los cuatro cursos, de otros colegios que había sido invitados; todos bailando al ritmo de la música, que Jane y Luke habían organizado.

Pasaron una noche genial, bailaron todos en grupo menos cuando sonaban canciones lentas, momento en el que cada uno se ponía con su pareja. A diferencia de otros años, los que organizaron el baile habían conseguido que el director permitiera que ofrecieran comida y bebidas y eso hizo que fuera tres veces mejor. Anunciaron al rey, al principio, como el día anterior, todos creían que iba a salir Jack; pero no se sorprendieron mucho cuando vieron que la pareja de Liv recogía la corona.

Despúes del baile, Jack llevó a Morgan a su casa; ella estaba muy cansada pero igualmente aguantó dos horas hablando con Jack, los dos acurrucados al lado de la ventana del cuarto de Morgan , su lugar preferido.

- Te voy a echar de menos - le dijo Jack al oído, y luego le dio un bes en la mejilla.

- Y yo a ti  - le contestó ella, cayendo lentamente en los brazos de Morfeo.

Cuando ella se hubo dormido por completo, Jack le dio un beso y diciendo adiós con su voz, sus labios, su alma y su corazón, cerró la puerta del piso y se dirigió a su casa.


Una chica normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora