Capítulo Once

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Como había prometido, Morgan estuvo a las doce y media en su casa y allí se encontró con su hermano y su mejor amigo, Sheamus. Pasaron la mañana en un parque, donde Morgan aprovechó para sacar fotos que podrían servir para el proyecto.

Luego, volvieron a casa sin olvidar comprar un helado antes. Morgan empezó un proyecto que tendría que entregar en dos semanas para matar el tiempo, luego, como el colegio y todo lo que tuviera que ver con eso le aburría, le mando un mensaje a Becca para ver una peli con helado. Al instante Becca tocó cuatro veces en la trampilla y ambas se dirigieron a ver la película. Antes, pasaron por la cocina para coger comida, en general, chocolate, patatas, nutella, brownie... Se sentaron en el sofá y se pusieron a ver una película en la que salía Ashley Tisdale, "Picture This". 

Ambas rieron de vergüenza ajena en distintas partes, avergonzadas por el hecho de que la película no podía ser más cliché de lo que ya era. A Morgan le encantaban los clichés, para ella eran simples imaginaciones sobre maneras de conocer al "chico perfecto" en el instituto o en la universidad, todas las películas tenían el mismo cliché, según Becca, Morgan se defendía diciendo que aunque al final el cliché siempre era el mismo, la forma en la que la historia se desenvolvía era lo que entretenía: algunas veces era un jugador de baloncesto, otras era un cantante famoso, también estaba el jugador de fútbol americano o "soccer".

- Te olvidas de la parte más importante. La chica que no importa nada. - Becca, que aunque no le gustaban porque nunca se hacían realidad, estaba muy informada en el tema, como cualquier otra adolescente que sueña con que algún día un chico le tire las cosas en el pasillo y de repente como por arte de magia se enamoren y de ahí tengan una vida feliz... - El propio cliché se contradice, la chica que no importa es la más importante, sino, el cliché no sería cliché; sería simplemente el pan de todos los días, ¿no crees?

- Si, en eso tienes razón. Pero eso es lo que le da vida a nuestra imaginación durante las aburridas clases de matemáticas. En esas situaciones les doy gracias a los clichés por el simple hecho de existir.

- Ya, yo en esas situaciones también. ¡Madre mía! Esta película no puede ser más vergonzosa, odio sentir tanta vergüenza ajena por algo que ni siquiera es realidad.

Siguieron comentando sobre la película durante un buen rato, se acabaron la comida, pero fueron demasiado perezosas para volver a la cocina a por más. Eran la nueve de la noche, al día siguiente tenían colegio; igualmente, vieron otra de sus películas favoritas: High School Musical. Cuando terminaron, acordaron hacer maratón de películas Disney durante el fin de semana que seguía a la semana de exámenes. Todavía faltaba un mes para ese momento, pero ellas ya hicieron una lista de películas que ver y un grupo de Whatsapp con el resto de las chicas para organizar el fin de semana, sería en casa de Kim: vecina de Chris, aunque ellas no lo tuvieron en cuenta en ese momento. 


A las once, Morgan subía por la trampilla a su cuarto, hizo el menos ruido posible y consiguió no molestar a su hermano, que leía en el cuarto de al lado. A los cinco minutos oyó a sus padres llegar de casa de su abuela, salió en pijama a darles las buenas noches y luego se fue directamente a la cama, ni si quiera leyó, cosa que hacía todas las noches. Morfeo le arropó en sus brazos con delicadeza y le dio el regalo de soñar con clichés.

La noche pasó volando, Morgan se levantó media hora antes de lo necesario, como siempre, y aprovechó para ponerse al día en redes sociales. Sus amigos en España habían colgado diversas fotos, en las que ella comentó; su bloggera favorita había colgado otro post en el que ella comentó, como hacía en todos, esperando que algún día ella le contestara. Luego pasó a Whatsapp, tenía muchos mensajes. La mayoría eran del grupo de clase de matemáticas, muchos tenían dudas sobre actividades que caían en el examen de esa semana. Había otros tantos mensajes en el grupo del maratón de películas, especificando el plan. El mensaje que más le alegró a Morgan fue uno de Jack:

Jack: <¡Hola pelirroja! Necesitamos ponernos al día en el proyecto de fotografía, hoy las animadoras y los del equipo de fútbol americano tienen entrenamiento después del "Pep Rally", ¿sesión de fotos esta tarde? Sé que te apuntas seguro pero era para asegurarme> <Ah! Y entre medias del Pep Rally y el entrenamiento hacemos selección de algunas fotos de este finde, tengo algunas muy buenas, ¡te van a encantar! Nos vemos en la cafetería con la señorita Smith a las 1.40h. MUCHOS BSS :) ;)>

Yo: <¡Perfecto! ¿Cómo te iba a decir que no? Vale, traeré mi ordenador, nos vemos a las 1.40h!! BSS>

El resto de la mañana pasó sin importancia, Morgan desayunó a la española: tostadas con aceite y jamón serrano, zumo de naranja, un buen café (que le había traído su abuela, no esa cosa acuosa que tomaban en Estados Unidos) y un par de galletas. Su madre, como siempre, le recordó dónde había dejado las llaves el día anterior y Morgan se dirigió a su cuarto para vestirse y prepararse para un día largo.

Como ese día tenían Pep Rally, Morgan se puso unos vaqueros, la cazadora de su hermano con su camiseta de fútbol debajo. Se puso unas Superga azul marino, las que mejor pegaban con la camiseta y la cazadora. En la entrada del colegio, se encontró con Becca, ésta le recordó que tenían que hacer un artículo para el periódico sobre el evento, como siempre, Becca escribía y Morgan aportaba la imaginación y las fotos. Luego, en su taquilla, se encontró con Jack, que hablaba animadamente con Ryan y Chris. Los tres llevaban el mismo tipo de conjunto que llevaba Morgan.

- Me gustan vuestras cazadoras, chicos - dijo ella cogiendo los libros que necesitaba.

- Y a mí la tuya. - respondió Jack

Ryan y Chris se disponía a irse, cuando el primero se giró y le dijo a Jack.

- ¡Eh tío! Recuerda que Becca te espera en la cafetería.

Jack asintió y Morgan le preguntó a qué se refería Ryan.

- No lo sé, solo me ha dicho que me tiene que hacer una entrevista para el artículo.

- ¡Ah! - Morgan cerró la taquilla y le miró directamente a los ojos - Becca no me ha mencionado nada de eso...

- ¿Celosa? - Jack se le acercó peligrosamente, pero en vez de pararse en sus labios, se fue directamente hacia su oído - ¿No dijiste que seguíamos con nuestra vida normal?

Luego se giró y se fue hacia sus clases dejando paralizada a Morgan en el pasillo.

Eso era lo que ambos habían acordado pero, ¿era lo que Morgan quería? Más importante, ¿era lo que Jack quería? No, no lo era; pero ellos tardarían más tiempo en darse cuenta, sobre todo Jack que, creyendo que era lo que su corazón quería, entró en la cafetería regalándole a Becca una de sus mejores sonrisas.

En el fondo, él sabía que esa sonrisa, perfecta, no iba dirigida a ella... Su corazón empezaba a notar un cambio de dirección, un cambio de parecer que cada vez se hacía más presente, aunque muy lentamente.

Una chica normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora