Capítulo Veintitrés

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No lo entendía, Morgan no lograba entender por qué le tenía que pasar esto a ella. Las últimas veces había tenido mala suerte con los chicos. Primero Phillip, después Cameron y ahora que consigue ir un poco más allá con Jack, se tiene que ir. Jack todavía no le había contando que había pasado, las razones por las que se tenía que ir, ahora, de repente. En realidad eran buenas razones, lógicas, y aunque no lo fueran, Jack no podía hacer nada. Había sido la decisión de sus padres, los mismos que esperando a que se calmase seguían arreglando algunos temas con el director.

Morgan no se separó de él, esperando a que alguien le contara qué estaba pasando. Por qué Jack estaba llorando, por qué los McGregor les abandonaban, dejaban Nueva York. Mientras esperaba, notando la respiración de su amigo, empezó a navegar por su mente. Hizo conclusiones precipitadas, se esperó lo peor. Pero antes de que ella también se pusiera a llorar porque de verdad no quería que Jack se fuera a la otra punta del país, Jack habló

- Bueno, creo que te lo tendré que contar. - Jack siempre hacía lo mismo, a lo mejor ese era el único defecto que Morgan le podía encontrar: hacer chistes en momentos en los que no eran necesarios y además chistes que no eran graciosos. Pero aunque se pudiera contar como defecto, los intentos siempre le sacaban a Morgan una sonrisa, era la manera más tonta de hacerla feliz.

Tranquilamente, mientras la pelirroja le escuchaba y le cogía de las manos para darle fuerzas, Jack contó lo que había pasado en esas últimas semanas. Hacía más o menos dos semanas, sus tíos, que vivían en Forks, habían tenido un accidente de coche. Los primos de Jack, que también se encontraban en el coche en el momento del accidente, salieron ilesos de él, pero sus padres se llevaron la peor parte. La tía de Jack había entrado en coma y su tío se había dado un golpe en la cabeza. Ambos estaban muy graves al principio, después, aunque George, su tío, había evolucionado favorablemente y ya había comprobado que no había perdido la memoria, que era lo que más temían después de haber comprobado que no tenía un derrame cerebral, pero su tía desgraciadamente, no tenía un informe favorable, a medida que pasaban los días iba empeorando. Su organismo dependía cada vez más de las máquinas a las que estaba enganchado, disminuyendo por momentos las probabilidades de despertarse y poder sobrevivir.

Los tres primos de Jack que debido a algunas fracturas se habían quedado en el hospital en observación, no tenían a nadie con quién quedarse. Y los que tenían que encargarse de ellos en caso de que sus padres no pudieran eran los padres de Jack. Debido a que los niños ya habían salido del hospital, los McGregor se tendrían que mudara Forks durante unos meses, hasta que George saliera del hospital, algo que sucedería en breve debido a la rápida recuperación que estaba experimentando.

- Mi abuela está ahora en Forks, pero ella no se iba a poder quedar mucho tiempo. - continuó Jack - Pensábamos irnos en un mes pero...

Él ya no pudo seguir, y su padre tuvo que terminar la frase por él, aunque con lágrimas en los ojos.

- Mi cuñada, ha fallecido esta mañana. Por eso hemos venido aquí lo más rápido posible. Nos iremos cuanto antes. 

- Pero papá - Jack ya había recobrado la compostura - no nos podemos ir todavía, necesito ir al baile, por favor.

- Jack, tus primos nos necesitan cuanto antes... - su padre no quería tardar mucho a ir a por sus sobrinos, su hermano seguía en el hospital y su cuñada había fallecido, necesitaban apoyo. No eran niños pequeños, "Ojalá" pensó, eran adolescentes de la edad de Jack y sus otros hijos, iba a ser difícil que lo superaran y quería estar allí para ayudarles.

- Carl, yo creo que se puede quedar. Hoy te irás tú son el resto a Forks, yo me iré el domingo con Jack, llegaremos justo para el entierro, te lo prometo.

Carl accedió a eso con su mujer, no quería arruinarle el baile, el partido, el Pep Rally, su cita con Morgan; básicamente no quería arruinarle a su hijo el fin de semana de Homecoming. Ya era suficiente el tener que moverse de ciudad aunque fuera por unos meses y tener que partir así su último año además de la situación familiar... Si, eso harían.

- Bueno, mamá, papá, quiero volver a clase, para distraerme un poco. - se levantó, pero antes de salir por la puerta, le dijo al director: - ¿Voy a poder seguir haciendo el proyecto de fotografía, no?

- Claro, no te vas a cambiar de colegio, lo vamos a interpretar como si fuera un intercambio. Así tus notas seguirán iguales y todo, no te preocupes.

Los dos cogidos de la mano, volvieron a clase de fotografía. Antes de entrar, ambos suspiraron y se miraron, dándose fuerzas mutuamente. Fuerzas que ambos necesitaban. El resto del día fue normal, si se podía llamar normal a una reunión de amigos en casa de Morgan para explicarles a todos lo que iba a pasar. Jack no quería volver a contarlo todo otra vez así que esta vez fue el turno de Morgan. Les contó todo lo que sabía, un poco resumido para no entrar en detalles y así evitarle un poco de sufrimiento a Jack. 

Luego se tuvieron que ir todos. Connor se fue con Becca por la trampilla, hoy tenían una cena familiar, había llegado el momento de Connor ara conocer a los padres de Becca. Jack se fue solo a casa, después de recibir un beso de Morgan. El resto se fueron por su cuenta, Kim tenía una cita con Patrick y Luke y Jane iban a quedar para preparar la música del baile.

Ese día, en la cena, los padres de Morgan le dieron una sorpresa. Otra en el mismo día, pero esta vez muy distinta.

- Bueno, Morgan, ahora tenemos nosotros algo que decirte - después de haber oído la historia de Jack, sus padres tomaron la palabra. - Tu abuela tiene una amiga, y esta amiga tiene un nieto...

- Y el peluquero del nieto tiene un amigo que es primo de Cristiano Ronaldo y me va a invitar a su finca... ¡Al grano papá!

- Jajajajajaja, ya me gustaría a mí hija - su padre, fan número uno del Real Madrid, siguió con lo que estaba diciendo. - El caso, que ese nieto quiere estudiar en el extranjero y como tu hermano está en la universidad y tenemos un cuarto libre, pues nos hemos ofrecido a que él se quede con nosotros el resto del año. Al principio iba a ir a Arizona, mejor dicho, está ahora en Arizona, pero ha tenido diversos problemas con la agencia, la familia y además está teniendo unas alergias horribles. Y como tu abuela es muy amiga de su abuela nos hemos ofrecido, a lo mejor le conoces se llama...

- Álvaro, sí sé quien es.

- Bueno, perfecto, así os podéis conocer más, ¿le conoces mucho?

- No, solo le he visto una o dos veces, era amigo de unas amigas de Madrid, no sé que pasó con eso, tengo que averiguarlo...

- Bueno, lo que quieras, ¿te parece bien?

- ¡Perfecto!

- Bien, viene en dos semanas

- ¡Dos semanas! Creía que estaba muy mal en Arizona, decidle que intente venir antes, tampoco queremos que lo pase mal durante más tiempo ¿no creéis?

- Lo que tu quieras.

- A mí me da igual. ¿Eso es todo? Tengo que trabajar un poco en el proyecto.

Morgan se levantó y se fue para limpiar su plato y meterlo en el lavaplatos.

- Bueno, supongo que no quieres saber el esto de condiciones que hemos puesto ¿no? Porque en Navidades te podrías ir a Madrid de vacaciones... 

- ¿¡QUÉ!? ¡A Madrid! 

- Bueno si, pero eso solo depende de como evolucionen tus notas, las notas del tal Álvaro...

- Papá por favor, no le llaves Álvaro, llámale Alo, así es como le llaman.

- Como sea, que lo último se tendrá que ver.

Y así, de golpe y porrazo en un mismo día, el corazón de Morgan estaba dividido en dos. Roto y triste porque Jack se iría unos meses, con suerte solo dos. Y contento porque tendrían a un estudiante extranjero en su casa, que además le daría la opción de ir a su ciudad favorita en Navidades. Solo tendrían que esperar a ver como evolucionaba el asunto.

Una chica normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora