- ¡Hola chicos! - Morgan y Becca se pudieron detrás de sus amigos sin abusar de su privilegiada posición en la cola.
- ¡Hola! Qué queréis chicas, invito yo.
Las dos le indicaron exactamente los que querían y como lo querían y después salieron de la cola para intentar encontrar sitio. Tendrían que haber hecho algo bueno porque cuando consiguieron salir, unos chicos se levantaban dejando libre la mesa más grande del local, el karma estaba de buenas ese día.
Con los chicos, estuvieron hablando tranquilamente durante una hora y media aproximadamente, durante la cual, tuvieron que volver varias veces a pedir más comida.
El tiempo se les pasó volando y antes de que se dieran cuenta ya eran las ocho de la tarde.
- ¡Madre mía! Son las ocho, chicos vamos a llegar tarde a la fiesta de Leah.
Connor se levantó pero al instante Chris y Ryan le sujetado por los hombros y le volvieron a sentar en su silla.- A ver cómo te lo explicamos Connor, NO QUEREMOS IR A LA ESTÚPIDA FIESTA - los tres gritaron a la vez, el ruido causó que todo el centro comercial se silenciara y los seis fueran observados por varios cientos de pares de ojos. Pero se dieron cuenta de que no pasaba nada interesante y siguieron a lo suyo.
- Pero le prometí que iría chicos, no le puedo hacer esto.
- Connor, es tu ex novia - Becca se había introducido a sí misma en la conversación, y Connor le escuchaba atentamente. - Y todo el instituto sabe que lo único que quiere es volver a salir contigo para volver a engañarte, lo que pasa es que ahora mismo parece que te engañas a ti mismo.
El pequeño discurso calló todas las bocas. Connor asintió, reconociendo que en realidad no tenía ganas de ir. Sus amigos miraron a la peli negra dándole las gracias en silencio. Y Morgan, que no se esperaba esa reacción, que se esperaba una autoinvitacion a la fiesta, sonrió consciente del gran paso que su amiga acababa de hacer.
- Aunque claro está, que si quieres ir me puedes llevar a mi también, ya sabes, no tengo nada que hacer.
- Y aquí vuelve la Becca de siempre. Pensaba que te habríamos perdido
No fue Morgan la que dejó ese comentario en el aire. Tampoco fue Jack ni Chris ni Connor. El comentario salió de la boca de Ryan, que inesperadamente cambió de tema de conversación para no dejar que sus amigos procesaran lo que acababa de decir.
- Bueno, mis padres no están y mis hermanos están todos en casa de mis tíos. - el razonamiento de Jack solo llegaba a un punto - ¿Os apuntáis a una "pijama da mixta" en mi casa?
Todos rieron ante el nuevo término que su amigo había usado. Pero ninguno rehusó la invitación.- Bueno, tomo eso como un sí, chicas nos vemos en mi casa en media hora. Tenéis tiempo para ir a vuestra casa, cambiaros y conseguir alguna tía más. Nos vemos allí.
Jack no esperó una respuesta e inmediatamente se levantó y se fue, acompañado de sus amigos, al coche; para dirigirse a su casa.
Las chicas tardaron un poco más de lo que les habían dicho en tocar el timbre de la mansión McGregor. Habían llegado allí con otras dos amigas: Jane (que tocaba el piano) y Kate ( que disfrutaba en su tiempo libre aprendiendo y descubriendo sobre cualquier tema científico)
- Bienvenidas a la humilde morada de nuestro querido amigo, Jack McGregor. - entraron siguiendo a Chris - espero que no estén cansadas y vengan preparadas para disfrutar de una excitante velada con los cuatro fantásticos. Que, pensando en ustedes, han preparado una perfecta "Pijamada Mixta".
- Nunca pensé que le oiría decir un discurso tan largo. - Añadió impresionada Kate, en voz baja para que solo las chicas pudieran oírlas - Y menos esperaba que todas las palabras en conjunto tuvieran sentido.
Morgan, que en su papel como cupido estaba muy atenta a los detalles últimamente, se fijó en que a lo mejor gracias a una mente madura como Kate, Chris podría cambiar y dejar de ser un mujeriego. Pero no pasaría, nadie podría cambiar a Chris, demasiado cliché.
Al entrar, admiraron el vestíbulo y sus decoraciones: una simple mesa donde descansaban unas llaves y unos marcos con fotos, dos sillas, un espejo y una gran alfombra. Se dirigieron al salón, todas menos Morgan, que se quedó mirando una foto en la que aparecían sus padre. En ella, una chica y un chico, dados de la mano saludaban graciosamente a otra pareja, sus padres.
- A mí también me encanta esa foto. Fue tomada en unas jornadas que tu madre y mi padre hicieron en un pueblo cerca de Munich, no sé ni para qué eran; tampoco sabía quienes eran los que acompañaban a mis padres hasta que el otro día vi entrar a tu madre por la puerta, es muy guapa y ha cambiado muy poco.
- No sabía que nuestro padres eran tan amigos, ¿cómo no lo averigüé antes?
- Yo creo que simplemente no se dieron cuenta de que nunca nos habíamos conocido como los hijos de los amigos de mis padres. Nos conocemos por que somos compañeros, parejas de equipo.
Aquellas palabras le sentaron muy bien a Morgan, que consiguió olvidar durante algún tiempo el hecho de que a Jack le gustaba otra persona, ni más ni menos que su mejor amiga, y al recodar ese hecho, no hizo más que fruncir el ceño. Gesto que su amigo comprendió al instante, la pregunta es ¿cómo?
- Tranquila Morgan, tu disfruta del día, más bien, de la noche; tu trabajo como cupido ya está hecho, ya hemos organizado "el proyecto" pero ahora olvídate de él.
- ¿Bueno, venís o qué? - Connor se estaba impacientando, no porque sus amigos estuvieran tardado mucho en llegar al salón, donde iban a ver una peli, sino porque no sabía como funcionaba el sistema y necesitaba a su amigo Jack que preparara el "cine en casa"
- ¡Vamos! - gritó su amigo, sonriendo porque sabía exactamente la causa de la impaciencia de su amigo - Y hablando sobre proyectos, que no se te olvide hacer alguna que otra foto.
- Lo mismo te digo compañero - y agarrándole de la mano, dirigió a su amigo hacia el salón, donde el resto estaba esperando.
Jack puso en marcha el cine en casa y lo conectó al ordenador, donde tenía la película que iban a ver en ese momento, con tan mala suerte que se tenía que actualizar.
- ¡No me lo puedo creer! Tanto tiempo esperando a ver esa película y ahora tiene que actualizarse el maldito ordenador. - Nadie sabía que Chris reaccionaría así, les tomó a todos por sorpresa; también es verdad que ninguno sabía que esa película significaba mucho para él, era la historia de su familia. - Tiene que ser el karma, pero yo no he hecho nada malo, a ver, quien es el imbécil que ha enfadado a nuestro amigo el karma.
Todos se miraron entre ellos, confusos. Nadie creía haber hecho nada malo, pero en realidad lo que el karma buscaba era una distracción, para darles algo bueno, una recompensa, lo podríamos llamar.
- No te angusties Chris, tengo una solución - Jane se levantó y fue a la cocina, después de varios ruidos (cierre de puertas, de la nevera y de cajones) reapareció en el salón con una botella - vamos a jugar a la botella.
A nadie le pareció mala idea, ¡qué más daba! Era un beso de tres segundos o quitarse una prenda. No era tan malo, pensó Morgan. Pero se equivocaba, diez minutos más tarde se encontraba ella rodeada de todo sus amigos, vestida únicamente con su ropa interior. Ya había rechazado a todos y cada uno de os chicos, a Ryan dos veces, mientras que sus amigas solo los habían rechazado una o dos, tres como máximo.
Becca se había besado con los tres chicos, había rechazado la primera vez a Ryan pero luego, pensando que le iba a tocar en algún momento con Jack, aceptó las otras tres veces, y se equivocó, ninguna de las cuatro le había tocado un beso con Jack.
Jane y Kate habían resistido un poco más, la primera rechazó las primeras dos veces y la segunda las primeras tres. Jane había besado a Chris y a Connor (a pesar de estar saliendo con Luke) y Kate había besado a Ryan.
En el siguiente turno, Connor, sentado al lado de Jack y de Kate, y en frente de Morgan, giró a botella. Ésta giró y giró hasta que lentamente se fue parando y apuntó a Morgan, que esta vez no podía rajarse.
- De esta no te libras, mon amie - dijo Connor, haciendo girar la botella de nuevo - Y el afortunado es...
Jack.
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Una chica normal
Teen FictionLa chica normal, Morgan, siguió su camino por los pasillos del instituto durante todo el día, sin centrar sus pensamientos en Jack pero tampoco consiguiendo totalmente sacarlo de su cabeza, es decir, un día normal. ¿Qué otra cosa le podría pasar a u...