Capítulo Veintiuno

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Esa fue una noche mágica. En sí, ese fin de semana fue uno de los mejores para todos y cada uno de los chicos; incluidos, por supuesto, Morgan y Jack. Pero no pudo durar mucho tiempo. 48 horas y muchos recuerdos después, Morgan volvía a subir las escaleras que llevaban a la puerta principal del instituto después de haber dejado su mini resplandeciente perfectamente aparcado en su plaza: la 45z.

Entró contenta luciendo unos pantalones azules con bolsillos traseros amarillo mostaza y un jersey agua y vino. No hacía un día muy bueno y fuera del edificio se podía apreciar como las hojas rojizas y amarillas que caían de los árboles eran salvajemente sacudidas antes de llegar a posarse en el suelo. Por estos momentos del año, ya habían alcanzado mediados de octubre, los abrigos y chubasqueros hacían su aparición en esta zona del país y Morgan se había puesto unos calcetines azules que luego había cubierto parcialmente con sus superga granates.

El baile de Homecoming se debería haber celebrado hacía dos semanas pero debido a detalles técnicos, el director lo había aplazado quince días. Ese día, aunque desgraciadamente lunes, daba comienzo la emocionante semana previa al baile. Semana en la que todos iban a tener un horario bastante apretado y sobretodo los Seniors que, como era su último año, querían aprovecharlo al máximo. 

El lunes iba a anunciarse la Corte de Homecoming, los nominados a rey y reina del baile. Además, Morgan y Becca tenían una reunión del Consejo de Estudiantes esa tarde y del periódico al día siguiente; ambas antes del entrenamiento. El miércoles, tendrían partido de fútbol fuera y Morgan tendría que estar también en el partido que los chicos jugaban el jueves. En la agenda de Morgan resaltaban también otras tareas, que se apretujaban como podían para hacerse hueco las unas a las otras, tenía tres exámenes esa semana, tenía que quedar con Jack para avanzar en el proyecto de fotografía, también tenía que hacer dos proyectos, uno para la clase de historia y otro para la de literatura, y por último y por eso lo más importante, tenía que organizarse para prepararse para el baile. Para hacer esto último, no puedo hacer otra cosa que una lista, que luego grapó a su agenda.

          1. Coger hora en a peluquería con las chicas. (Kit completo)

          2. Ir a recoger el vestido al sastre (cierran a las ocho!!)

          3. Preparar el maquillaje 

          4. Ir a recoger los pendientes al joyero

          5. Comprar lo necesario para viernes noche

Cinco cosas que tenía que hacer si quería estar perfecta el sábado por la noche. Y decidió que para conseguir esa perfección tendría que empezar la semana con buen pie. 

Antes de empezar las clases, se encontró con todo su grupo en la cafetería. Chris y Connor estaban jugando a algún juego estúpido y sin sentido en su móvil, Kate estaba intentando explicarle a Ryan la diferencia entre el entre un enlace covalente polar y uno no polar; Jane y Luke estaban componiendo canciones y haciendo una lista para el baile, ya que su profesor de música les había pedido que se encargaran de eso a cambio de poder actuar varias veces; Jack estaba con su ordenador mirando fotos cuando llegó Morgan. Y ella se puso a hacer lo mismo en cuanto se sentó en la mesa.

- Hola Mor - le saludó Jack, intentando ver cómo clasificar algunas de las fotos - necesito que me ayudes en esto por favor.

- Si, en un momento te ayudo - le contestó ella, sacando su MacBook - Oye Becca, ¿y Kim?

- No lo sé - contestó esta, acababa de llegar y estaba intentando que Connor, un genio de las matemáticas, dejara de jugar en su móvil y le ayudara con un problema de álgebra - Ayer me dijo que no se encontraba muy bien, pero no sé. ¡Connor, deja el estúpido jueguecito y ayúdame!

Una chica normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora