Capítulo 10

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DO KYUNGSOO

—¡Qué lindo! —vocifera viendo al niño que jugaba en la pierna de su madre—. ¿O no que es lindo, Kyung?

Asentí abriéndome paso entre varias personas. Nos estaban esperando para desayunar, pues nos habíamos despertado muy tarde. Llegamos a la mesa, sentándonos juntos porque eran las únicas butacas disponibles.

Miro a Jongin quien tiene una conversación simpática con su padre y luego a Baekhyun quien gruñe por lo sofocante que puede llegar a ser Yerim. Mis padres están bebiendo de su café con una espléndida sonrisa, razón de que pueden verme junto a ellos y no encerrado en una cueva.

—¿Qué harán hoy, chicos? —pregunta Jae—. Nosotros iremos a recorrer la cuidad con un guía.

Nos miramos con Kris y ambos asentimos a lo que podríamos hacer hoy. No le hace mal a nadie ir a comprar por ahí, quizás encuentre algo útil en Londres o puede que Yifan busque algo con que distraerse.

—Nosotros saldremos a comprar. Estaremos todo el día fuera —dijo sonriendo. Mi madre nos miró con una ceja alzada y luego emitió un pequeño chillido.

—Excelente. ¿Y ustedes? —clavó la mirada en ellos—. Pueden ir a ver qué tal están los centro de mesas para la boda, aunque ya tengamos todo listo. ¡Pero qué importa!, vayan igual.

Ellos asintieron muy a su pesar pues, al parecer, no tenían eso en mente, sin embargo sonrieron ya que podrían tener un momento a solas. Y era mejor porque no podría lidiar otra vez con aquellos ruidos, me mataría de cólera de tan solo escuchar aquello. Tuve que tomar las fuerzas necesarias para decirle a Kris que los haga callar y él en menos de segundos lo hizo.

Desayunamos en silencio, ellos sumidos en sus pensamientos y yo tratando de dar sorbos largos al café. Kris tenía la mirada puesta en mi taza y con ella me estaba obligando a beber hasta la última gota. Luego pellizcó mi mejilla para decirme con ese gesto que era hora de irnos y así lo hice, solo que traté lo mejor posible de mostrar indiferencia.

Mi madre reía divertida y mi padre le acariciaba el cabello como buen esposo. Nos despedimos con un movimiento de cabeza y a gran velocidad salimos del hotel.

Caminábamos por la acera en silencio. Yo me envolvía en el sonido de nuestros zapatos chocar contra la vereda y él abría la boca como un pez al tener semejante vista de Londres, distrayéndose en los grandes árboles.

Dejé que siga embobado en la ciudad y me planté frente a una librería. Ladeando la cabeza ingresé y caminé por las hileras de libros infantiles, pues estaba en la sección de niños. Rodeé el lugar y llegué hacia la penúltima sección donde había una cantidad de cuadernillos de tapa dura, encima de colores oscuros.

Sabía tener un cuaderno donde escribía mis frases, pero cuando Junmyeon huyó... lo quemé. Lo he hecho con cada hoja en donde había dibujado corazones, cada carilla que describía mi amor por él; cada anécdota de mis aventuras románticas. Todas fueron quemadas hasta que el frío aire del invierno se llevó sus cenizas. Al hacerlo me quité un gran peso de encima.

Como un maldito despechado y traicionado, destruí varias fotos que tuve con él, hice cenizas el álbum que juntos compramos cuando empezamos a salir y las únicas fotos que me quedaron fueron con Jongin, pero era como si no las tuviera ya que estaban en mi antigua habitación.

Recordé que había escrito algo en ellas; había formado una frase en la foto del cumpleaños de Jongin y al recordarlo me avergoncé. Me olvidé de esa frase.

Te miré y desde ese momento supe que no era para mí.

Sacudí la cabeza con frenesí eliminando aquellas sensaciones. Relajé el semblante y saqué del estante dos cuadernillos, luego volví al principio de la librería. A través del vidrio estaba Yifan mirando hacia distintas direcciones con alteración, supongo que estaba buscándome.

Heaven «KaiSoo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora