Capítulo 19

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DO KYUNGSOO

―Recuerdas esa vez que me comí un gran filete y me atraganté ― reía sin parar ―.  ¿La recuerdas? Fue un momento divertido del cual jamás me olvidaría, no podría olvidarme tu estúpida cara.

Ese día estábamos con el profesor Yunho haciendo un trabajo de psicología inversa con alumnos de la secundaria, y habían prohibido comer mientras él estuviese hablando. Lo que pareció divertir a Yifan, ya que pensaba que sería más emocionante comer la carne mientras Yunho nos acechaba con la mirada.

Era una idea genial, tenía que admitirlo, pero por desgracia del mundo, Kris se había ahogado cuando un alumno levantó la mano y preguntó « ¿Podríamos hacerle una pregunta al filete que se está comiendo el chico rubio de aquella esquina? ». Y en ese momento estallé en risas llamando la atención de Yunho y recibiendo un cero grandísimo en su clase, lo que no me preocupó en ese momento porque estaba tan distraído riéndome de Kris que había olvidado que se estaba atragantando con la carne.

Fue un día muy divertido.

―Pero parece que ahora me quitó el cero al ver que ni sonreía ― una risita débil escapó de mis labios―. Ese profesor me odiaba por haberme carcajeado cuando explicaba... Ahora me trata de lo más normal y sincero.

Kris asiente con la mirada perdida en el helado derretido.

― ¡Qué momento! ― vociferó entre risas mientras entrabamos en mi casa ―. Deberíamos jugarle una broma.

―Ya están demasiado grandes para hacer eso ― se quejó mi madre desde el sillón ―. Gracias a Dios que volvieron. Tenemos una noticia que darles.

La miré sin detenerme a fijar en las otras personas que estaban sentados en el sillón, ella se incomodó con mi cruda mirada y dejé de intimidarla cuando sentí la mano de Kris sobre mi hombro.

Habíamos estado en el cumpleaños de la pequeña Xingmin, y pasé la mitad del día sosteniendo la piñata de los pequeños. Luego la madre de Kris me ofreció quedarme para la picada entre todos los parientes Wu y no lo iba a hacer hasta que nombraron a su hija. Extrañaba estar entre mis pinturas, pero le hice un gran favor a Kris en quedarme, pues estaba llorando sin compasión.

Lo calmé contando algunos chistes malos, lo que me fue difícil volver a hacer, y luego conseguí una carcajada burlista cuando conté la peor razón por la cual ambos somos amigos pedo gigante. Después de estar media hora conduciendo por las calles de Seúl, llegamos al cementerio. Dejamos unas rosas blancas a la sepultura de la pequeña y luego retrocedí varios pasos hacia atrás para darle un momento con ella.

Hubiera mentido al decir que no me afectó la voz quebrada de Yifan, pero sus palabras habían rompido un pequeño hueco donde escondía mi dolor. Ya estaba roto desde que Jongin entró a mi habitación, pero al escuchar cada palabra llena de significado que él le decía a su hermanita me produjo un mar de lágrimas. Al final de todo no soy fuerte como aparenté ser durante largos años.

― ¿Quieren algo de comer? ― ofreció ella con una sonrisa.

―Acabamos de salir de una picada ― respondió Kris al instante.

― ¿Picada?

―Nos invitó una profesora de Psicología.

Y era verdad, habíamos esperado a que el semáforo diera en verde, luego de ver al menor de los Wu, para encontrarnos con el auto de la profesora Seolhyun quien al vernos nos gritó en modo de invitación que nos esperaba en su casa.

Estuvimos allí conversando con casi todos los que estudiaban psicología, hasta Jonghyun quien no me dio tregua con sus piropos.

Nos sentamos en las escaleras ya que no me sentía bien estar entremedio de Jongin y su novio. Mi padre abrió el periódico del día de ayer, solo para releer las noticias; y los señores Kim estaban llamando por teléfono con desesperación.

Heaven «KaiSoo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora