Capítulo 17

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DO KYUNGSOO

Al final del túnel sé que luz habrá...

—¿Y cómo has empezado a pintar todo esto? —preguntó dejándose acariciar por mis lánguidas y temblorosas manos.

Él estaba recostado en mi abdomen manteniendo sus manos muy alejadas de mi cuerpo. Jongin veía con mucha ilusión cada parte del techo, sonreía siempre que preguntaba sobre mis trucos, incluso se preocupó por si me había caído cuando comencé a dibujar aquel cielo.

Siempre respondía un No porque no quería especificar el cómo lo hice y tampoco el porqué. Él parece no darle importancia a lo que digo, aun así vuelve a las mismas preguntas.

—¿Qué significa aquel cielo? —Volvió la cabeza. Asentí sin mostrar los dientes de la sonrisa distraída que regalé a sus oscuras lagunas y alcé la vista hacia el cielo.

—Hay ocasiones en que quiero alejarme de mis miedos, asimismo busco algún método para hacerlo. Y pintar es mi método de escape. Cada arte pintado en esta habitación fueron frutos de mis sentimientos.

La pintura del bosque en la pared cerca de la puerta era la escena de un recuerdo doloroso. Retrataba el día en que Junmyeon y sus amigos rompieron mi confianza. Asimismo, la otra pared estaba llena de un paisaje brilloso, ese día Junmyeon huyó en el momento justo que había decidido perdonar su traición.

Fui tonto por querer mantener una relación otra vez con él después de lo que me hizo, pero en ese momento estaba cegado por la infelicidad del amor. Creí que podría morirme sin él, pero luego descubrí que no podría hacerlo cuando él ha causado un gran daño en mí.

—Aún sigo sin entender — sonrió.

Me encogí de hombros y seguí acariciando con las yemas de mis dedos su suave cabello. Lo seguí haciendo hasta detener mi mirada en aquel dibujo que me costó mares de lágrimas terminar; había enterrado mis sentimientos en él, lo había hecho pero volvieron a flotar otra vez. Y no podría culpar a Jongin por ello, él no sabe lo que estoy intentado hacer.

— ¿Y ése? — preguntó al notar que mi mirada no se despegaba de aquella pared.

Me estremecí al recordar porqué había pintado un gran cofre; era un cofre donde le habían clavado una espada, y a su alrededor había sangre, e incluso un gran candado que aseguraba aquel cofre. Según el ángulo que le des podrás notar otras cosas, un corazón por ejemplo.

—Ahí está mi corazón — dije de repente, él abrió los ojos con horror y reí débilmente —. Lo resguardé en la oscuridad del cofre y, para que ningún sentimiento tuviera ganas de escapar, clavé la espada —señalé —, destruyéndome por completo.

— ¿Y la llave para abrirlo? — cuestionó con curiosidad, sonriéndome con dulzura.

Había una llave.

Solo que no sabía encontrarla.

—La llave es una incógnita aquí. No creo que exista esa persona o ese algo que abra ese cofre, pero si lo hay no quiero que venga a mí — di por terminada aquella pregunta con un silbido de angustia.

Le dediqué una sonrisa que no llegaba a mostrar felicidad y miré el suelo. En el estaban unas manos entrelazadas y un ramo de rosas entre ellas, a su alrededor se ubicaban miles de pétalos y estaban cubiertos de brillo. Era una especie de magia irreal y me arropé internamente al pensar que en algún futuro aquellas manos serían las mías y de mi próximo amor.

— ¿Qué querías demostrar haciendo esto? — pregunta y se aproxima a mis labio —. Estás permitiendo que la soledad entre a tu puerta y que arruine tu vida como aquella espada lo hizo con tu corazón.

Heaven «KaiSoo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora