Capítulo 3

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DO KYUNGSOO

Me senté en la húmeda madera del muelle y me quité las zapatillas para poder meter los pies al agua. Abrí las patitas de la tablilla y la posicioné a mi lado. Llené el pincel en la paleta de color gris y comencé a pintar cielo que estaba nublado, ese toque solitario me encantaba.

A los lejos se podía ver algunas casillas y algunos edificios. Suspiré una vez más. Cada vez que vengo al puente me encuentro metido en mis pensamientos, liberándome a través de la pintura. Paso pocas horas fuera y eso es suficiente para pintar, luego termino y me voy a casa para poder encerrarme en la habitación hasta que sienta las ganas o el deseo de comer u hacer otra cosa.

―Kyungsoo ―volteé al escuchar mi nombre.

―¿Qué quieres, Kris? ―inquirí con indiferencia, concentrándome en la pintura.

―Hoy habrá una fiesta ―dijo emocionado, sentándose a mi lado―. Quería saber si querías ir conmigo.

Yifan ha convivido conmigo en muchos momentos desastrosos. Estuvo desde que Junmyeon se libró de mí. Yifan se ha convertido en una persona importante para mí, al igual que Luhan. Ellos están en la misma carrera, gracias a ellos aprendí a no dejarme envolver por personas que terminarían destrozándome.

―No tengo ánimos, Yifan. Pídele a Luhan, él aceptará ―le resté importancia y proseguí con mi trabajo, concentrándome en las nubes blancas que quería despejar a las grises.

―Te regalaré miles de pinturas, acrílicos para tus telas o lo que tenga que ver con el arte, pero acompáñame ―ofreció con un berrinche―. Luhan también irá, pero solo quiere estar al lado de Sehun porque... ―se calló al instante.

Ellos sabían que no aguantaba esas cursilerías del amor, pero tampoco era un desgraciado y no querría alejarlos por mis advertencias sobre qué dirán. Dejé de prestarle atención a la pintura y lo miré con una mueca de tranquilidad. Intenté reprimir la molestia.

―Está bien. Iré con ustedes ―acepté―. Pero estaré una hora, porque no quiero verle el rostro a cada uno de tus amigos.

―Fantástico ―aplaudió―. Am, ¿es verdad que Jongin regresó?

―Supongo que sí ―evité la parte de que están viviendo en casa.

―Ay ya, no te hagas. Escuché por la lengua de Sehun que él está en tu casa ―informó ofendido.

―Mis padres los invitaron a pasar las vacaciones. Por lo que sé, también harán la boda aquí ―mezclé el marrón con el gris, para crear un color oscuro y opaco.

―Eso también lo sé. Mi madre estaba husmeando por el centro y vio a Jongin con su prometido en una tienda de trajes de novios, también estaba Sehun ―declaró―. Si mi madre no fuera la que me dio la vida, seguramente me sentiría avergonzado por lo chusma que es.

Reí débilmente al verlo meter sus pies junto a los míos. Yifan al ser un chico de veinte tantos años, seguirá siendo el niño de mamá que conocí a mitad del año en la secundaria.

―¿Qué pintas? Oh, Dios, dime que no estás utilizando otra vez esos colores ―miró el cielo que pinté―. Ay, Kyung, deberías pintar cosas más alegres.

―Tú sabes la razón por lo que no puedo hacerlo ―respiré agitadamente.

―Pero deberías dejar el pasado atrás. Ese imbécil ya no está aquí ―palmeó mi mejilla con suavidad, pero no llegando a acariciarla.

Él sabía, al igual que Luhan, que me molestaba recibir afecto. Que me irrita sentir caricias o escuchar palabras dulces hacia mí persona.

―¿A qué hora es la fiesta? ―cambié de tema, cortando su sofocamiento.

Heaven «KaiSoo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora