KIM JONGIN
Luego de que su amigo se fuera de la casa con una gran carcajada, bebí un vaso de licuado que la señora Seulgi preparó para mí. Apoyé mi hombro en el umbral de la cocina con la vista en la sala, en el sillón donde estaba Kyungsoo tomándose un caliente café mientras una manta le rodeaba el cuerpo. Seulgi salió de la cocina, y subió las escaleras mientras limpiaba algunos cuadros al pasar.
Se perdió en el pasillo y rápidamente me senté al lado de Kyungsoo quien al verme se alejó más. Ahí me di cuenta de que mi rostro no era el mejor de todos, tenía una mala cara y para tratar de pedir explicaciones con ella no podría; así que fingí una sonrisa mientras frotaba mis manos.
¿Por qué estoy enfadado? Pues, él no me deja tocarlo, solo pude besarlo y con Kris estaban en el agua, abrazándose como si fueran más que amigos. Recuerdo haberle dicho que intentara algo con él, pero mentí; no quiero que se enamore de su amigo, no de Yifan.
Volteé hacia él con mi cuerpo y clavo mis ojos en sus rojos labios, los cuales recibieron un poco de la calidez del café. Sus manos rodeaban la taza, la amoldaban a su antojo. No me estaba mirando, tenía los ojos clavados en el vapor del café, distrayéndose con ello para no prestarme atención. Exasperadamente hice la cabeza hacia atrás con la intención de ver si alguien estaba detrás, y al saber que no era así, me acerqué hasta chocar sus muslos con mis manos.
―Aléjate ― ordenó con su actual tono, indiferente.
Lo ignoré, pues quería tocarlo y él no iba a negarme aun sabiendo que su cuerpo ya recibieron un poco de atención. Acerqué lentamente una de mis manos a su muslo y masajeé a un ritmo calmado, mirando con atención en cómo sus labios se apretaban para no liberar algunas palabras. Si me salía con algunas de sus frases, tendré que callarlo a besos.
― ¿Por qué no me dejas tocarte?
Lo único que salió de mí fue algo irrazonable.
Qué poco emprendimiento, Jongin.
Rápidamente pasó una mano por su nariz y levantó la mirada al sentir mi manojo de nervios sobre su muslo. Ya no tiene una sonrisa, esa sonrisa que me regaló cuando estuvimos comiéndonos a besos en su habitación; la que se producía cuando le decía cosas bonitas o la que siempre fingía. Estaba quieto, paralizado es la palabra.
Volví a mirar hacia las escaleras, y luego de corroborar, le robé un casto beso que pareció hacerlo volver a la vida. Abría los ojos con sorpresa e incluso movió su nariz por reflejo.
―Porque no ― aseguró volviendo a beber de su café. Arrugué el entrecejo al oír su respuesta tan evasiva, tan ajena ―. Y no preguntes el por qué, no te lo diré. Ya has visto lo que contiene mi habitación, la historia tras ellas, ahora no me pidas que te explique algo de lo cual podría arrepentirme después.
Me levanté con un resoplido hasta gastar el piso con mis seguidas caminatas. Él ya no me estaba mirando, estaba mirando tranquilamente el movimiento de sus pies descalzos, los cuales estaban muy pálidos a causa del frío; aparte estaba temblando y disimulaba muy bien cada expresión de su rostro.
Cansado e irritado por nuestro comportamiento de personas que ni siquiera eran novios, me acerqué otra vez a él y coloco una mano encima de la reposadera de brazos, y me entretengo con sus ojos. Intimidándolo lo mejor posible.
―Trataré de averiguar lo que te ocurrió, Kyungsoo ― aseguré mientras buscaba sus labios, de verdad quería besarlo como los otros días ―. Bésame.
―Podría bajar tu novio ― susurró asustado, apartándose de mí.
Apresó la taza entre sus manos y subió hacia su habitación con rapidez. Trataba de alejarse de mí para encerrarse nuevamente y no saldría de ahí hasta el otro día, o quizás hasta cinco horas después. Puse todo mi esfuerzo en correr hacia él, parecía un loco por perseguirlo pero es que Kyungsoo saca lo peor de mí. Y lo más dulce después de todo.
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Heaven «KaiSoo»
FanfictionAmar de nuevo es complicado, incluso si es de alguien que lo ha dado todo por ti. Sin embargo, por algo están las oportunidades, para ser dadas. KyungSoo tiene un pasado trágico del cual no puede salir, en donde todavía yace consciente, y por eso es...