Voy caminando por los pasillos del aeropuerto con una maleta a cada mano y una mochila colgando de mis hombros, en realidad yo no quería cambiar de escuela, pues seré "la chica nueva" y lo peor de todo es que seré de segundo curso, en donde todos ya se conocen unos a otros.
Cuando me ofrecieron la beca para asistir a "la élite" el internado más prestigiado de Manhattan,estaba muy emocionada de que podría ir a algo tan sofisticado como un internado para niños ricos, pero no había pensado en que eso implicaba dejar a mi familia sola trabajando en la granja, aunque sabía que después de mis estudios conseguiría un buen trabajo y los recompensaría por el trabajo que harán por mí para que yo pueda estudiar en este dichoso internado, y a pesar de eso aquí estoy, en el aeropuerto hacia Manhattan...
Mi madre insistió que tenía que tomar esta oportunidad y venir, así que lo hice.
Ya han mandado dos de mis maletas al avión, y al parecer solo podía viajar con una porque eh tenido que pagar extra por la segunda maleta después de un largo debate con la señorita que atiende, la tercera la puedo llevar conmigo en la parte de los pasajeros y eso es una suerte porque no me queda demasiado dinero en efectivo para pagar otra maleta y mi comida porque muero de hambre.
Se supone que hoy hay que volar hacia Manhattan para ser llevados al internado eh instalamos, ya que mañana por la mañana empiezan las clases, no sabía que tenía que llevar así que compre unas cuantas libretas y varios bolígrafos por si acaso...
Cuando despegó el avión me asuste un poco porque solo había volado una vez antes y tenía como tres años, así que en realidad no recuerdo nada y lo único que me queda de ese viaje son las fotos que hay en la sala de mi casa.
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Al llegar a Manhattan voy a la salida del aeropuerto pues se supone que habrá una camioneta que recogerá a todos lo alumnos que llegamos en este vuelo, así que cuando voy hacia las puertas que dan hacia la calle las veo ahí, cuatro camionetas negras con el nombre del internado y cuatro hombres a los lados esperando a quienes vayan a subir.
Camino hacia la última camioneta y le digo al hombre que voy a subir, cuando le enseño una hoja donde dice que asistiré a esa escuela asiente con la cabeza y sin decir nada toma mis maletas y las lleva hacia la parte de atrás, después regresa y me abre la puerta para que entre en la camioneta mientras esperamos a los demás, pues al parecer soy la primera en llegar.
