Capitulo 3.

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Escucho los pájaros trinar cerca de la ventana, volteo y veo que la última cama está alborotada y las cobijas en el suelo, en cambio la de en medio esta vacía, no hay pertenencias de alguien que hubiera podido llegar al anochecer, solamente estaba vacía, igual que ayer en el momento en que había llegado.

Hanna se había instalado en la cama que esta seguida de la puerta, esa chica es rara pues tiene algo con las ventanas... Ayer por la noche no tenía hambre así que preferí no bajar con ella al comedor para cenar, y cuando escuché que empezaba a abrir la puerta del dormitorio preferí simular que estaba dormida, pues no tenía mucho ánimo de hablar con ella.

Es técnicamente mi primer día "en la élite" y a decir verdad estoy algo nerviosa... ¿Algo? Bueno, estoy muriendo de nervios.

Hanna está entrando en el cuarto ya vestida y arreglada, lleva puesta una blusa color vino y unos jeans oscuros, solo lleva el cabello mojado, pues seguramente ah ido a bañarse a las regaderas que están al final del pasillo de las chicas, ella me saluda muy alegre y yo le devuelvo la sonrisa. A diferencia de mi, ella tiene los ojos cafés y yo grises con una pizca de azul, las dos tenemos el cabello castaño, pero ella es más alta que yo, supongo que debe medir al menos 1.75 , después de un momento de quedarme acurrucada en la cama decido qué es hora de levantarme si no quiero bajar al comedor oliendo a vaca, así que me levanto de la cama voy al armario de a lado y sacó un conjunto que elegí antes de venir aquí, pues no quería vestir mal el primer día de clases, mi atuendo consistía de un vestido floreado en tonos otoñales que me llegaba a la altura de la rodilla junto con unas botas que hacían juego, tome mi ropa y salí hacia las regaderas.

Es un cuarto enorme, al principio hay un especie de armario donde se guardan las batas, así que tome una y seguí, después hay tres vestidores a cada del cuadro mientras que en el centro hay un banco cuadrado de madera, más adelante hay una puerta a la izquierda que dirige hacia los baños y a la derecha están las regaderas, hay alrededor de 20 divididas por un cristal templado traslúcido al igual que la puerta, así que elegí la primera y deje la bata colgando de lo alto de la puerta para que se notara que estaba ocupada.

Al terminar de arreglarme e ir al cuarto vi que Hanna estaba esperándome así que bajamos juntas al comedor, éste es enorme, y está lleno de mesas circulares de metal con ocho bancos a los lados, en el centro del comedor hay una banda donde van pasando charolas para después pasar a lado y servirte el desayuno, elegí unos huevos estrellados con tocino y jugo de naranja, después fui a sentarme con Hanna a una mesa con varios amigos suyos, cuando iba a tomar mi jugo de naranja vi entrar al chico de ayer por la puerta... ¡Lo había olvidado completamente! Simule que no lo había visto y algo incomoda seguí con mi comida, al cabo de una rato me disponía a pararme e ir a dejar mi charola y mi vaso a la parte de trastos sucios y en ese momento se acercó aquel chico y se sentó en el banco de a lado, se me quedó mirando un segundo y después como diciéndose a sí mismo "no" giro la cabeza y entabló una conversación con una de las chicas de la mesa. Estaba aliviada de que no me reconociera o fingiera no hacerlo pues mi cara debía parecer seguramente un tomate.

No hacía falta decir que era guapo, tenía el cabello café oscuro y ligeramente quebrado, los ojos color miel y bueno, simplemente era encantador.

Itzel still loving...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora