A veces en este tipo de momentos, te quedas impresionada, paralizada. Porque sabes que sucederá, muy dentro de ti sabes que tienes la respuesta a esa pregunta, pero aún cuando te la dicen te sorprende.
Recuerdo que alguna vez cuando tenía ocho que nos fuimos todos a la playa, el sol brillaba más que nunca, o era lo que al menos a mí me parecía, el suelo ...esa arena era suave y brillante y el mar... era la cosa más bella, todo era perfecto a pesar de ser ya tarde.
Mi padre fue a comprar un par de refrescos y botanas para pasar el resto del día, mamá se quedó a cargo. Mi hermano, Charlie; dijo que iría un rato al mar, le dije que lo acompañaría, mamá me dijo que no lo hiciera ya que mi hermano es mucho más grandes iría más allá de lo que puedo alcanzar, pero yo desobedecí a mi madre y seguí a mi hermano, que ya estaba a mitad de la playa.
Nadamos un rato, y jugamos a aventarnos agua, luego Charlie dijo que fuéramos a saltar las olas; primero me enseñó con hacerlo a saltarlas y a pasarlas por abajo. Después fuimos a donde las olas llegaban ya grandes, desde mi altura se veían inmensas, invencibles; pero mi hermano siempre me ayudó a saltarlas, entonces, después de unas cuantas Charlie me dijo que lo hiciera sola, ya que la ola que venía era muy pequeña.
Me hice la valiente a pesar de que me moría de miedo y le dije que lo haría, sin embargo, cuando la ola mas se acercaba era mucho más grande de lo que imaginaba, en ese momento sabía en el fondo que no podría, que era demasiado grande, pero lo intente porque mi hermano estaba ahí y porque sabía que quería su admiración. La ola llego y como era de esperar no lo logre, la ola me arrastro por la pierdas, comencé a toser, no podía respirar, mi hermano le grito a mi madre, entre los dos me dieron golpes hasta que pude calmarme de nuevo, estaba llena de golpes y raspones.
Cuando mi padre llego ya estaba oscureciendo y al verme todo lastimada, se alarmó, subimos al cuarto del hotel, mis padres hablaban, pero al llegar comenzaron a discutir, sus gritos llegaban a todos lados, y dolía; fue la primera vez que los vi pelear de esa forma, y ahí a la luz de la luna con las lágrimas derramándose por mis mejillas me di cuenta.A veces estamos tan seguros de que algo sucederá pero aún así nos dejamos llevar y entonces nos sorprende.
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Y hoy aquí en esta fiesta viendo a aquel chico que estuvo charlando y siendo el chico perfecto, me sentí calmada, sentí que en ese momento todo lo demás quedaba atrás porque me sentía feliz, no me moría por quitarle la máscara, porque sabía que cuando eso pasara todo lo demás quedaría destruido.
Ese chico. El había demostrado ser el chico perfecto. Pero al ver su cara... supe que el era
Como esa ola, algo grande un reto, que sabía qué tal vez no saldría bien pero tenía que decidir si quería afrontarlo, si decidido que si tengo dos opciones: o lo supero o me ahogo: si decido que no aún queda la opción de huir.
Pero tenía que probarme a mí misma que esta vez no escaparía del problema, solo dos opciones, o la pasó o me ahogo.
- Jamás se pasó por la cabeza que fuera tu ... Jorge
