Prologo

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Estaba llorando en mi cama. Porque! Porque él tenía que irse. Tenía tan solo 13 años y estaba sufriendo... De amor.

Jorge Maya, mi mejor amigo, mi compañero, mi consejero y la persona de la que estaba enamorada por más de 6 años, se mudaría a Canadá y no tenía ni idea de cuando volvería. Recuerdo el día en que lo conocí, la primera vez que lo vi ...

Flashback:

Pronto cumpliría 7 años, me estaba haciendo mayor. Ahora tenía edad para jugar sola en el patio; así que después de rogarle a mi mamá, accedió con la condición de que no me alejara demasiado.

Salí por la puerta trasera con mis viejas muñecas Barbie y me dirigí  al  gran árbol de sicomoro que se encontraba a las orillas de la granja; porque si, vivía en una granja que para mí, era increíble.

Cuando llegue al árbol decidí que sería una buena idea trepar y así poder observar una gran parte de la granja, subí unas cuantas ramas y cuando no pude más, me senté entre todo ese follaje y ramas, jugué un momento con mis muñecas hasta que escuche el inigualable sonido de un motor, levante la cabeza y allí pude ver cómo una camioneta pasaba por delante de la entrada a la granja, hasta detenerse una calle más allá, en  la casa más cercana a la mía.

Una familia bajo con varias maletas, lo que me hizo pensar que tal vez se mudarían, estaban la madre, el padre, una niña de unos 15 años y un niño que se podría decir era el niño más lindo del mundo, con su cabello castaño claro y unos ojos muy lindos; en ese instante supe que sería difícil ser amiga de alguien como él, y que probablamente jamás hablaríamos.

Pero eso no sucedió, porque una semana después su madre visitó a la mía, sus hijos la acompañaron, la chica estuvo todo el rato quejándose en el sofá, sobre no haberla dejado ir a pasear con su novio; me tardo descubrir porque las chicas de esa edad sufrían tanto por " amor " pero un tiempo después lo descubrí. Mientras el chico que amablemente se presentó como Jorge me dijo que si quería jugar con el, obviamente acepte , quiero decir, quien no aceptaría cualquier oferta del chico que le gusta.

Jugamos un rato hasta que tuvo que irse, nos reunimos al día siguiente, y al siguiente y al siguiente, durante varios años, hasta que ya era imposible no admitirlo; con cada día que pasaba más amigos éramos, más cosas nos contábamos, más nos reuníamos; pero me era difícil porque, con cada día que pasaba yo más me enamoraba de el.

Fin del Flashback.

Pero todo eso terminaría, porque mañana el tomaría un avión con destino a Canadá y existía la posibilidad de que jamás regresará, jamás podríamos juntarnos a jugar, ni invitarme a su casa a ver todas esa películas que tenía , porque sin duda se llevaría todas su cosas, y entre todas ellas una gran parte de mi corazón.

Pero no podría hacer nada, era la menos indicada para pedirle que se quedara, porque yo jamás le diría las razones por las que quería que no se marchara. Había sido su amiga durante 6 años y jamás se lo había dicho, pero esa noche, tome una decisión, se lo diría por la mañana antes de que se marchara.

Necesitaba tiempo para pensar mis palabras, así que me dirigí al sicomoro, mi espacio, mi lugar, aquel que jamás había compartido con Jorge, y que jamás le mostraría a nadie; trepe, trepe más alto que nunca y cuando estuve lo suficiente alto, planee todo lo que le diría .

Estuve un buen rato en el árbol y pasadas las tres de la mañana, me dirigí de nuevo a mi habitación, me acurruqué a dormir pensando en lo que sucedería mañana por la mañana.

Dormí tan tarde que desperté hasta las 12 del medio día, ya era tarde, para ese momento Jorge ya estaba en el avión, no me despedí, no le dije lo que sentía; aquella mañana al ver la hora en el despertador, solamente llore, llore y llore, hasta quedarme dormida; dejando muy muy en el fondo el recuerdo de Jorge

Itzel still loving...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora