Capitulo 31

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Si me pongo a pensar en todo lo que ah pasado desde que llegue a "la élite" en verdad no lo puedo creer.

Nunca pensé en volver a cruzar camino con Jorge y tampoco pensé en que el fuera a ser tan idiota al crecer.

Ni siquiera yo puedo entenderme. Lo quiero. Es la verdad. Pero... El chico arrogante y engreído que veo frente a mí ahora es... Hace que parte de mí se pregunte que hizo este chico para que yo lo amara hace tiempo...

Jorge enserio tiene que ser idiota para no darse cuenta de que lo quiero a él.

Más simple, Jorge es un idiota.

Flashback:
-¡Vamos Itzel, baja de ahí!-gritaba Jorge mientras yo admiraba el amanecer desde lo alto del sicomoro.

Jorge nunca pudo subirlo y eso es genial por que siempre él tenía algo con que molestarme.

Bajé del Sicomoro con gran facilidad y me puse frente a él.

-Yo eh... Itzel...-Jorge baja la mirada al suelo y agacha los hombros, yo lo miro preocupada y tomó su mano con la mía. El alza la vista y me mira a los ojos. Me quedo un instante perdida en esos preciosos ojos cafés pero reacciono e intento no hacer nada de lo que me vaya arrepentir, así que suelto su mano y miro hacia el amanecer que se alza sobre nosotros.

-No te preocupes. Yo escucho.-Digo intentando tranquilizarlo.

-Mis padres... Se irán a vivir a Canadá por el trabajo... Y... Eso significa que yo también voy. La próxima semana mi padre irá a arreglar los papeles y alquilar una casa.

-¿A vivir? ¿De qué hablas?- pregunto confundida.

El solo agacha la cabeza.

No, no, no. Jorge no puede hacerme esto. ¡Apenas tenemos doce años! Bueno, él tiene trece, de todas formas todavía nos quedan muchas cosas por vivir... No, no puede irse.

Volteo a ver otra cosa para que las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos no se derramen.

-No puedes dejarme...- Es todo lo que puedo decir.

-No lo haré Itzel. NUNCA.- declara Jorge mientras me da un gran abrazo. No puedo creer que lo diga enserio. Jorge fue... Como un ancla a la cual aferrarme cuando todo iba mal, no podía dejar que se fuera...

Unos segundos después escuchamos el sonido de un auto pasar, voltee a verlo y sonreí maliciosamente. Adoro hacer esto ya que Jorge lo odia.

-¡Bocho Amarillo!- grito, golpeo a Jorge en el brazo y hecho a correr mientras veo cómo él me empieza a perseguir.

Fin del flashback.

Llego a mi habitación con una sonrisa. Hanna está sentada en su cama frente a su laptop.

-¡Oh por dios! Dime que todavía eres virgen por favor.- dice Hanna preocupada al verme. No entiendo por qué lo dice hasta que bajo la mirada y veo que solo traigo una camiseta de hombre encima.

-Yo eh...- empiezo a decir pero Hanna salta de la cama y apoya su cabeza sobre mi abdomen.

-Uff no escucho patadas ni nada. Al menos no estás embarazada.-dice después de despegar su oreja de mi abdomen.

No logró contener la risa y exploto ahí. Hanna solo me mira con confusión.

-Sigo siendo virgen, no tienes de qué preocuparte...

-...aún- responde la voz de un chico a mis espaldas. Volteo y me encuentro con Jorge. Está parado en el marco de la puerta y puedo ver que sigue molesto, muy molesto.- Encontré esto ayer.

Extiende su mano y puedo ver una cadena planteada con la llave de mi habitación colgando. Algo confundida al no saber por qué la tiene él me acerco y extiendo mi mano para tomarla.

-Gracias.- respondo secamente.

-Itzel, ¿Podrías venir un segundo?

Salgo de la habitación con él y me recargo en la pared del pasillo, me cruzo de brazos indicándole que prosiga con lo que sea que quiera decir.

-Creo que tengo que decirte la razón por la que casi nos expulsan, la razón por la que no deberías estar con Diego.

Vaya que está molesto para sentir que debe decirme esto, y... De alguna manera lo disfruto.

Itzel still loving...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora