E P Í L O G O

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SEIS AÑOS DESPUÉS

Manuel: Mami, ¿Cómo era el tío Manu?

Andrea: Tu tío Manu era un hombre excelente, amable, cariñoso y bondadoso.

Manuel: ¿Él está bien allá en el cielo?

Andrea: Estoy segura de que sí mi pequeño, él nos cuida desde allá, es un ángel que nos cuida a todos desde arriba.

Samuel: Andrea Gallardo del Junco, ven para acá. ¡No corras!

Andreita: Corre más rápido papi, eres muy lento y nunca me alcanzas.

Andrea y el pequeño rieron al escuchar lo mismo de siempre, las risas de la pequeña Andreita al burlarse de su padre.

Así eran sus vidas desde el nacimiento de esos dos seres prueba del amor entre ellos, Samuel debía andar detrás de Andreita quien era un terremoto completo, muy parecida a su tía Irina pero definitivamente hija de Andrea por su físico pero sobre todo por su pasión por los caballos. Diferente al pequeño Manuel que mucho más tranquilo, con la nobleza de su padre, en el físico parecido más a su abuela Cayetana pero con los hermosos rulos del tío Flavio y sólo por eso era su consentido.

Samuel y Andrea seguían amandose con la misma intensidad del primer día, Andrea cuidaba muy bien de los niños junto con Elena quien se mudó al rancho de ellos junto con Leandro luego de mucha insistencia de parte de Andrea y Samuel.

Leandro y Elena agradecían todos los días por la llegada de Andrea a sus vidas pues ahora que vivían con ella y Samuel todo era pura felicidad, todos los niños los trataban como si fuesen sus abuelos y para ellos eso era todo.

Sofía y Arturo vivían en el rancho Gallardo junto a Soledad, Don Felipe y por supuesto el apuesto Arturito que ya era todo un hombrecito siguiendo los pasos de su padre, el amor que sus padrinos le daban ponía a los mellizos un poco alterados pero seguían siendo niños que igual amaban tener un primo, bueno, y también una primita pues Irina y Flavio no se quedaron atrás porque un año después del parto de Andrea anunciaron su primer hijo quien resultó ser una niña muy bella a la que llamaron Cayetana, igual a su madre físicamente pero todos molestaban a los padres diciendo que la niña les salió diferente a ellos y era verdad, la niña era demasiado obediente y tranquila además de que con sólo 5 años era super inteligente.

Andreita: Oye mami, ¿Por que murió el tío Manu?

Preguntó inocente la niña en los brazos de su madre, Andrea dejó un beso en su mejilla cariñosamente.

Andrea: Bueno, él estaba bastante enfermito, era su momento de partir.

Samuel: Él fue muy bueno con papá y mamá, por eso lo queremos mucho y lo visitamos para recordarlo.

Manuel: Bájame papito, por favor.

Samuel lo bajó de sus brazos y Andrea hizo lo mismo con Andreita viendo como los dos pequeños se acercarban a la tumba de Manu.

Andreita: Yo te prometo que siempre vendré a visitarte y te traeré muchas flores y chocolates, a mi casi no me dejan comerlos pero puedo pedirle unos para ti a mi tía Sofi, ella a veces me da a escondidas pero será nuestro secreto.

La niña susurró esto tan bajo que sus padres a penas si podían escuchar.

Manuel: Y yo te traeré mis juguetes para que te diviertas un poco, yo casi no tengo amigos pero dice mamá que tu eres el mejor amigo del mundo.

Para ese entonces los ojos de Andrea tenían las lágrimas acumuladas ante la inocencia de sus hijos.

Samuel: Niños vamos al auto y dejemos a mamá para que se despida del tío Manu.

Dijo llamando la atención de los dos pequeños quienes asintieron al mismo tiempo.

Andreita: ¿Estás bien mami?

Manuel: ¿Por qué lloras?

Andrea: Mamá está bien no se preocupen, vayan con papá mis amores, en un ratito llego.

Samuel: Te esperamos en el auto, no tardes mucho porque falta poco para que empieze la fiesta.

Andrea: Si, será un momento.

Samuel: Te amo brujita, te amo y siempre te voy a amar, siempre.

Andrea: Yo te amo mucho más mugrosito mío, mucho más que a mi vida.

Samuel se llevó a los niños dejando a Andrea sola frente a la tumba de su mejor amigo.

Andrea: Hoy vengo como todos estos años para darte las gracias por todo, por ser ese amigo fiel e incondicional, por siempre querer lo mejor para mi, por cuidarme, valorarme y sobre todo quererme como lo hiciste, hoy quiero contarte que vamos a ir a una fiesta en el rancho Gallardo. Hoy celebraremos el ser felices, soy feliz como te prometí que lo sería la última vez que te ví y aunque no estés aquí con nosotros, estás en nuestros corazones y siempre, siempre lo estarás en el mío Manu.

Trás esas palabras Andrea dejó unas lindas rosas para luego regresar junto a su esposo y sus hijos.

La fiesta en el rancho estaba llena de alegría, las tres hermanas estaban felices por las vidas que tenían.

Irina: Ahora todo es felicidad.

Sofía: Si, ya estamos en familia.

Andrea: Tenemos a nuestros hijos y estámos con nuestros hombres, nada ni nadie nos quitara esta felicidad tan grande.

De verdad lo creía, nada le podría quitar ya la felicidad.

Samuel: Nuestros hijos se ven tan felices hoy.

Andrea: Lo son y no solo ellos sino también yo, eso es porque tú nos das todo.

Samuel: Hago mi mayor esfuerzo porque los amo, tu y mis hijos son mi vida.

Andrea: Te amo mucho mugrosito mío.

Samuel: Y yo te amo a ti brujita mía.

Ambos observaron los rostros felices de sus pequeños para después mirar hacia el cielo sin poder evitar sonreír, luego sus labios se juntaron en un beso que demostraba cuanto amor había entre ellos.

SAMDREADonde viven las historias. Descúbrelo ahora