Capítulo 35: La pregunta

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/Charles/

Todo marchaba de maravilla.
Por primera ves en mucho tiempo me sentía liberado y feliz de tener una buena vida, de tener nuevos proyectos e ideas en mente, de haber retomado la escuela y de estar con los chicos pero claramente mi principal fuente de felicidad era Raissa.
Me alegraba mucho haber arreglado nuestros problemas y de olvidar mis errores para no volver a cometerlos.
Al inicio fue difícil retomar la relación pero con el tiempo ambos nos dimos cuenta que estar juntos era lo mejor y que nuestros sentimientos jamás cambiarían.
Estaba ya seguro de lo que quería y confirmé aquello el día que vi a Raissa junto a Jean, ambas sentadas en el jardín haciéndose trenzas mutuamente. Sabía que se llevarían muy bien porque había un vacío en ella con la pérdida de un bebé.
Pero no volvería a pasar nada de ello, lo que vendría será mucho mejor.

/Raissa/

El día había sido tranquilo, demasiado a mi parecer.
De hecho no había visto a Charles todo el día y al caer la noche había una nota en la habitación que decía "Descansa, tengo mucho que hacer y no podré acompañarte esta noche"
Aquello sonaba algo extraño pero sin darle mucha importancia por el momento, me fui a dormir ya que estaba agotada.

Sentí como un rayo de luz, que atravesaba la cortina, caía sobre mi cara.
Abrí los ojos esperando verlo pero me encontré con la sorpresa de que a mi lado había una nota más, una charola con el desayuno listo y un bello ramo de flores a un lado.
La nota decía "No me busques y no hagas preguntas, todo es por una razón"
Definitivamente eso sonaba aún más extraño que la nota anterior.
Con una gran sonrisa miré mi desayuno favorito y el café que tan perfectamente fue preparado para mi.
Noté que él había cocinado pues siempre que lo hacía dejaba un toque especial, algo así como su marca personal.
Al terminar con el desayuno me levanté y busqué un lugar en la habitación para poner las flores. Logré encontrar un lindo jarrón que normalmente sólo adornaba sin más.
Tomé una larga ducha pues algo me decía que iba a ser necesaria el día de hoy, al terminar y salir a la habitación, me encontré con que en la cama ya hacia un hermoso vestido rojo, era más que claro que Charles había estado ahí.
Siguiendo las instrucciones de dejarme llevar, me lo puse y me arreglé lo suficiente como para lucir bella el resto del día, al mirarme al espejo noté que el vestido que usaba estaba señido al cuerpo, demasiado para mi gusto pero sabía que él tramaba algo con ello.
Sin más preámbulos salí hacia el pasillo principal, todos me miraban como si estuviera loca, algunas chicas solo me mostraron su mejor sonrisa y podía notara un toque de misterio en el ambiente, como si no fuera suficiente. No sabía con exactitud hacia dónde dirigirme así que entré a la cocina topándome con Hank quien dejó de platicar con Jean y comenzó a ahogarse con su café en cuanto me vio. Todos corrieron a su rescate y cuando por fin respiró con normalidad, miró su muñeca en busca de su reloj y se vio algo asustado.
—¡Ya es tarde!— dijo y salió por la puerta corriendo.
Me limité a reír con los demás por tan inesperada reacción.
—Antes de que preguntes por Charles, te recomiendo busques en su oficina—dijo Jean como si hubiera leído mi mente.
—Claro, eso haré gracias— le sonreí.
Caminé hacia su oficina y toque tres veces antes de entrar, una vez en el interior noté que no había nadie, solo se encontraba una extraña computadora en su lugar.
Me senté frente a ella y noté que era una especie de video el cual esperaba a ser reproducido, así que lo hice.
Una serie de imágenes pasaron en aquella pantalla, todas eran de Charles y mías, era como si contaran nuestra historia desde el inicio, incluso habían fotografías mías que fueron tomadas mientras no me daba cuenta. Un par de lagrimas resbalaron en mis mejillas al recordar y estar consciente de lo feliz que era y son aún a su lado, al final del video se podían apreciar un par de frases.
"Prepárate para lo siguiente"
"Búscame en el jardín"
Sin poder contener más la emoción, caminé deprisa hasta el lugar mencionado.
Esta vez noté que no había ni una sola persona al rededor, ni en los jardines, ni en los pasillos. Silencio puro era lo que reinaba.
Finalmente estaba ahí, en la puerta que daba al jardín, me sentía algo nerviosa sin mucho sentido y tenía un buen presentimiento. Caminé con pasos tranquilos y lentos y a lo lejos vi a Charles ahí parado, en medio del lugar. Vestía muy elegante y tenía una brillante sonrisa así que lo imité.
Al llegar frente a él, solo tomó mi mano y beso mis labios de una manera muy dulce, aquello no me lo esperaba y al separarnos sonreí un poco más.
—Te amo, eso espero que no lo dudes— dijo tan seguro como siempre. —Y sé que tú me amas lo suficiente como para estar a mi lado...— hizo una pausa que me hizo recordar el lugar y la situación tan misteriosa en la que nos encontrábamos. —...Para siempre— aquello me hizo temblar y lo siguiente pasó demasiado rápido.
Charles me lanzó aquella intensa mirada que me hace temblar, dio un paso atrás y se arrodilló frente a mí tomando mi mano y sacando una pequeña caja de su bolsillo.
—Raissa Markman, ¿te gustaría pasar el resto de tus días mutantes junto al apuesto y tonto Charles?— preguntó algo juguetón, intentando eliminar la tensión y mostrando un precioso anillo de compromiso. Finalmente señaló una de las paredes del lugar y al mirar, había un enorme y hermoso cartel con las palabras: ¿Te casarías conmigo?
Y ahí me sentí más feliz que nunca.
—Acepto— asentí deliberadamente, me colocó el anillo con facilidad como si lo hubiera ensayado una y otra vez, me quedaba justo a la medida, poco después se levantó emocionado para ambos unirnos en un gran abrazo. De inmediato se escucharon gritos de felicidad y aplausos a nuestro alrededor y como era de esperarse, todos habían estado ocultos esperando el gran desenlace.
Todos se acercaron a felicitarnos mientras nos uníamos en un gran beso.

X-Men: El Camino Del Futuro Pasado {Charles Xavier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora