Capítulo 1

5.9K 251 19
                                    


Lo intentaba, en serio, pero no podía calmarme, no era la primera vez que peleaba, en realidad lo hacia ya hace mucho tiempo, para ser exacto tres años, y aun así me asustaba, pero... ¿Cómo podía no asustarme? Si el ambiente que corría por esos lugares era, era, horripilante, totalmente asqueroso, me repugnaba.

Respire hondo, me tiritaba todo el cuerpo.

Afuera la euforia recorría por cada esquina del lugar, el griterío de la gente apostando, ya alcoholizados, los gritos de las chicas, todo era un caos constante. Y lo odiaba a mas no poder.

—¿Estas lista Muda? — interrumpe Erwin mis pensamientos, logrando sobresaltarme. Lo miro y asiento. —¡Entonces, vamos! — Tira de mí, fuera de mi habitación— aprieta con fuerza mi brazo mientras me va arrastrando hacia el escandaloso salón, en donde me esperaba el ring, otra chica, y unos muy ruidoso desgraciados.

—Más te vale que ganes, y me hagas ganar mucha plata perra—habla amenazándome, a lo que yo asiento con temor— Como siempre— termina de decirme con una sonrisa, palmeando mi hombro, empujando para que comenzara a caminar.

¡Como si me dejara otra maldita opción!

Pero aun así, no podía quejarme al menos no del todo, prefería pelear con cualquiera que me pusieran como contrincante, antes de acostarme con alguien, y sobrevivir el día a día con drogas, como veía en mis ahora compañeras lo hacían.

Las apuestas, las peleas,  y la prostitución, eran el pan de cada día, dinero por supuesto a montones.

 Era así de simple; venían, se emborrachaban, veían la pelea, apostaban, si ganaban o perdían no importaba, elegían chicas para festejar por haber ganado la apuesta, o si perdían como consuelo, pero las chicas no tenían mas opción que solo sonreír y complacer.

Cerré mis ojos respiré profundo, y me coloqué la capucha de mi bata color rojo, miro hacia el suelo para verificar si tengo los cordones atados, todo bien, todo listo, llevo conmigo mis nervios, y mi collar de la buena suerte, salimos donde la muchedumbre se encuentra, los gritos me marean, pero me concentro, no debo perder la concentración. Era lo primordial.

Subo al ring, toco mi collar y avanzo, mi pelo atado en dos trenzas para que no molestara, porque acá todo valía, salto en el lugar para entrar en calor, levanto la mirada y frente mío había una chica que  tenía la mirada fría, fría como el hielo, su pómulo derecho negro y también  hinchado, recorrí con mis ojos todo su cuerpo, y me estremecí, allí había más moretones, cortes, y cicatrices que piel sana, y a pesar de ser pequeña de estatura, se notaba sus músculos formándose. ¿diecisiete? ¿dieciocho? no era mayor que yo, de eso estaba segura. Y entendía por lo que pasaba por su mente, yo estaba igual.

—Te voy a matar— susurro con odio cuando estuvimos cerca, me limite a asentir, no iba a caer en sus absurdas provocaciones, yo no quería estar ahí, chocamos puños siendo ella muy brusca pero ignore, sentía lastima por ella y por mi. No nos merecíamos esta vida, ni merecíamos estar a punto de pelear, me coloque en posición para atacar, al igual que ella.

Sonó la campana y ataco sin darme chances a nada, había golpeado mi estomago, con una patada, dejándome sin aire en mis pulmones, intente recomponerme lo mas rápido que pude, porque sino si que me iba a matar a golpes, lance un golpe con mi mano derecha, rosando su pómulo izquierdo, era rápida, lance otro golpe seco con mi puño pero ahora izquierdo dando de lleno en el pómulo derecho y partiéndole el labio, escupio la sangre brotando de este, no le había dado tiempo a recuperarse, no podía darle tiempo a recuperarse, y como lo había supuesto lanzo enfurecida varios golpes repetidos y sin descansos con todas sus fuerzas, haciéndome retroceder, tratando de cubrirme con mis brazos, esos golpes dolían mucho, sentía como mi ceja se partía, también mi labio, un ojo se me hinchaba, obstaculizando mi vista, mi brazo dolía seguramente con una fractura, otra vez, o era el dolor del momento, no sabría decirlo bien, lance una patada a ciegas desesperándome, dándole de lleno en su rodilla, me pareció escuchar algo, paro de lanzar esos golpes, por fin retrocediendo dándome algo de respiro, di un salto hacia atrás para recuperarme, pero rápidamente tome carrera, impulsando mis pies del suelo, dando un giro con una pierna levantada, para asentar una patada en la cabeza de mi contrincante, con sus brazos había tratado de cubrirse pero no a tiempo, y finalmente escuche lo que menos me gustaba escuchar, su cabeza rebotar en el suelo, y ahora estaba ahí, esa chica inconsciente, yo había sobrevivido una vez mas, y por lo menos no ahora, no quería pensar lo que le pasaría a esa chica, porque el sentimiento de culpa por cada chica que había derrotado, no me dejaba dormir por las noches, lo había vivido en carne propia.

MUDA (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora