Parte IV de una Aciaga Historia: Lúgubre y luctuoso (2018)

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Escucho pianos y violines,
sollozos desgarrantes de las teclas cuando se oprimen.
Mientras las cuerdas
inconsolables de dolor gimen.

Es otra noche donde el sueño no consigo,
la melancólica melodía
me produce insomnio
como parte del castigo.

Verba volant, scripta manent,
mi luz se extinguirá, pero tú me podrás ver.
Leerás todo lo que alguna vez te escribí,
Y me recordarás velis nolis.

Memento mori,
que en tu cuerpo no habrá vida,
aún así no dejarás de existir,
pues en mi escritura continuarás viva.

Mas yo ya estoy muerto, solo respiro,
pues mi mecha todavía sigue consumiendo oxígeno.
Así que no creas que yo sigo esperando,
hace rato me fui, mi alma está volando.

Mi cuerpo casi inerte, arrastrado por la rutina,
me encierro en casa para orar ave Marías.
Ellos aspiran, yo escribo líneas,
no soy poeta, relato mi vida.

O lo que fue...

Poesía BastardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora