Vestigios de Obsesión (2021)

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Desde el principio mostré mis cartas,
sin sospechar que sería un error.
Victoria premeditada,
¿pero en verdad fui ganador?

Da igual el número de veces que estuvo en mi cama,
si después sin decir nada desapareció.
Cómo era de esperarse,
mi constante cara larga le aburrió.

Lo tenía claro, el fin tenía fecha,
creo que se irritaba cuando le contaba mis problemas,
al parecer yo me convertí en uno,
y lo solucionó borrando mi número de su agenda.

Exagero al decir que no puedo sentir,
porque a su lado mi vida adquiría otro matiz.
No lo quise admitir, así que seguí el juego,
solo por el temor de luego no coincidir.

Perdió el interés, nuestra cita no se dió,
la respuesta fue a medias, y el plan no se concretó.
Situaciones que no pasaron, un malentendido.
Solo queda una fotografía de lo que días antes ocurrió.

Tocamos cualquier tema, molestamos al gato;
hablamos tonterías mientras le quitaba los zapatos.
Le dije: mi visión es borrosa, necesito mis lentes;
la vi en ropa interior, y... Empecé a luchar por permanecer conciente.

Sensación de libertad cuando se perdió el pudor,
y nuestros cuerpos se unieron en una amalgama de sudor.
Un gruñido es mi única queja por lo fuerte que me mordió.
Complacidos a tal punto, que para el otro sábado se repitió.

El día esperado llegó, "acércate" me dijo,
yo aliciente lo hice, me sentía listo.
Nos frotamos un rato, ella parecía feliz verme,
así quiero pensarlo, pues me besó de manera ardiente.

A veces mi cuerpo se estremece
cuando fantaseo con otro encuentro.
Sin que se me escape ningún detalle,
porque hasta siento el olor de su cabello.

Busco una manera de olvidar sus roces,
para mi mala suerte solo escribo de noche,
cuando el frío me hace extrañar su piel,
porque la pienso tanto que su recuerdo me abduce.

Tomo el teléfono, buscando algún mensaje,
ya ni siquiera suena, pero revisarlo se hizo costumbre.
Hay que pasar la página, para que esto cambie,
pero me muestro obstinado, y espero a que toque el timbre.

No puedo callar lo que siento,
de algún modo saldrá al exterior.
Extraño su calor, su cuerpo,
y los besos que me dió.

Quizá le doy mucha importancia,
debería obligarme creer que aquello nunca pasó.
Aunque si el adiós es definitivo,
ya deje el registro de lo que sucedió.

¿Amor? Un sentimiento que no aseguro,
no voy a tratar de engañarla, tengo que ser maduro.
Ahora me preocupa lo mucho que la quiero ver,
y que me cohíbo de buscarla porque creo que de mí ella no quiere saber.

Me emborraché hace unos días,
Pensando en cómo me miraba.
Empecé a escribir esto, pues lo ameritaba la ocasión,
en algún momento mis ojos destilaron y no precisamente alcohol.

Sé que es una locura pensar en salir buscarla,
no lo hago, porque mi intención no es acecharla.
Si ella se alejo de mi, tendrá sus motivos,
sin forzar una casualidad, no tengo más remedio que pensarla.

Poesía BastardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora