Serendipia, Episodio III: Desdén (2019)

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Despierto luego de un rato,
tengo la mano entumecida,
de sangre hay un charco,
pero ya está seca la herida.

Escribo una carta a la supuesta fallecida,
pero necesito desahogarme, así que le devuelvo la vida.
Ojalá ella pudiera hacer lo mismo,
pero la mía ya la di por perdida...

Ahora que no te tengo, que no me ves,
que no te busco y que no me extrañas, o yo que sé. Tengo el problema de pensar por los demás,
así me ahorro decepciones y evito sorpresas.

Estoy contrariado,
Mis lágrimas ahora son un río,
agua amarga desamor y desvarío.
No te necesito, pero aún te quiero

¿Me encuentro más tranquilo? No, estoy molesto.
Escribo lo que puedo, después lo corrijo,
quizá después de leerlo, yo mismo borre algunos versos de los que nadie es digno, mucho menos tú.

Hablo mucho, pero digo poco, eso creo.
Estoy decepcionado,
debí suponer que decir tanto es cosa de tontos,
jamás esperé un cambio de actitud tan drástico.

Aún no lo mastico, por más que lo pienso y lo medito, es difícil de asimilar algo fuera de pronóstico.
Y solo quedo yo, escribiendo esta carta desde el ático,
sin destinatario, importa poco si la lees ¿Me explico?

Hace mucho no te busco, y quizá no lo has notado,
porque aún estando ahí, me pasabas por alto.
Escribiré como pueda, lo haré siempre a mis anchas,
sobre ti, mi tristeza, y sobre esta mala racha.

Poesía BastardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora