Serendipia Episodio VI: Desencuentro (2020)

4 0 0
                                    

Nacimos para olvidarnos con el tiempo;
los lugares, las personas incluso los besos,
los nombres, las palabras y
las promesas que se han hecho.

Es el punto medio, después de tanto odio,
renuncio a mis quimeras, y a la utopía de un nosotros.
Por más que lo intentemos nada volverá a ser igual,
la tierra era fértil, pero el jardín lo dejamos marchitar.

El amor se ha acabado, no lo quisimos aceptar,
frase trillada, como las veces que intentamos regresar.
Cual yoyo que sube y baja,
nuestro relación era solo atracción sexual.

Por eso cuando salgo a caminar,
agacho la cabeza si te veo en algún lugar.
Estoy evitando incluso conversar,
no quiero saber a dónde te diriges, ni cómo estás.

Nacimos para olvidarnos con el tiempo;
los momentos pasados y el futuro soñado,
viviendo un presente ajeno
a lo que habíamos pensado.

Los años pasan sin demora,
más rápido de lo que uno cree,
quizá en algún descuido, mire al espejo,
y observe el reflejo de la vejez.

No estamos para quedarnos,
nos convertiremos en polvo, otros quizá en retratos,
preguntarán quién es, y responderan algunos cuántos;
ese es el tataralguien de no sé quién y no sé cuándo.

Ser positivo me enferma, ser negativo me aísla,
estoy buscando un cambio; voy sin prisa.
En mi vida ya no estás tú, te he sacado de la misma,
en tu vida ya no estoy yo, he salido por mi cuenta.

Nacimos para olvidarnos con el tiempo;
no recuerdo tu voz, tampoco tu risa,
y por más que parezca cruel,
ya no extraño tus caricias.

Quizá soy egoísta, la verdad es que no sé,
deberías hacer lo mismo, y no buscar volver,
por mi parte estoy convencido
de que ya no te quiero ver.

Hace tiempo que te fuiste, puedes regresar,
pero asimila la idea de que ya no voy a estar.
Y es que las cosas son así, no hace falta pintar un arcoiris.
Nada es como antes, tampoco me hace falta escuchar como gimes.

Por ahora estoy bien solo,
no necesito nadie a mi lado,
ya llegará alguien que me haga despreciar la soledad
a la que estoy tan acostumbrado.

Nacimos para olvidarnos con el tiempo;
las casualidades y las ocasiones.
Ni siquiera te darás cuenta
de que las que te dediqué ya no serán tus canciones.

Porque nada es para siempre, ni siquiera la muerte,
tenemos poca vida, y la malgastamos siendo torpes.
No hace falta rimar, estos versos no tienen acordes,
se recitan por la ventana para que vayan a su suerte.

Para siempre no es tan largo después de todo,
hasta nunca, volveré después.
Cuando mi recuerdo por tu mente pase,
sin saber que esa será la última vez.

Te digo adiós, después de tantos años,
no hay que seguir con esto, nos hacemos daño.
Y aunque todo fue mejor en el antaño,
créeme cuando te digo que a esa época no la extraño.

Y si, nacimos para olvidarnos,
es por eso que morimos.
Quise disculparme por hacer tan largo el cuento,
para que escribir tanto, si te quiero... Lejos.

Besarnos en la cama,
follarnos en la mesa.
Todo eso ya no importa, si nuestra presencia nos estresa,
tranquila, sin reclamos, no es tan malo faltar a una promesa.

Poesía BastardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora