Capítulo 12: "No soy perfecta"

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-Piensa un poco Matilde, por favor, yo debo tener algo que no sea perfecto, algún defecto, no lo sé, cualquiera que se te ocurriese- Emma tomaba sorbos de té, intranquila, mirando con desesperación a Matilde.
Tenía más inquietud que la amiga de quien se suponía que ella era; estaba nerviosa, y furiosa también, por que no podría creer como Shopie había sabido construir una imagen tan transparente y carente de errores.

Ella no se daba cuenta, tomaba algunas galletas y las comía despacio. Aquella joven era bastante tonta, e ingenua tal vez.

-No Shopie, tú y defecto, son dos palabras opuestas que no encajan para nada, ya te lo he dicho, es como un vestido verde de encaje y unos zapatos rosados, no hay nada que concuerde en ellos, poseen aspectos tan distintos que no sabrían mezclarse- Se encogió de hombros- Tú eres perfecta-Dijo tomando la taza de porcelana y dando rápidos sorbos.

Esa palabra... "perfecta", no creía que nadie lo fuera o más bien, no quería que Shopie lo fuera por que era una persona a la que aborrecía. La perfección no existía y quería creer que ella contaba con vistudes parecidas a las de su ama, ese carisma, esa sutileza, esa belleza que envidiaba... después de todo, a pesar de haber transcurrido poco tiempo, nadie había advertido que ella no era quien decía ser.

-Piensa bien Matilde, yo no soy perfecta- Insistió Emma, albergando la esperanza de que "su amiga" recordase algún desperfecto que pudiera tener, o quizá algún error que hubiese cometido, pensaba que cualquier cosa podría ayudar.

-Sí, lo eres, cualquiera podría afirmarlo y aún así ser verosímil; ¿qué te sucede? ¿tienes pensamientos negativos hacía tí misma?

-No, es solo que... pongo en duda lo que algunos dicen- Se excusó, bajó la cabeza, era imposible.

-Pues eso que algunos dicen es cierto, tú eres lo más comparable a la perfección.

¡Maldición! ¡No podía ser!
¿Perfección? Esa era una palabra muy grande para describir a una persona, sobre todo, a una persona como Shopie Hilleland. Por dentro, rabiaba. Era improbable y muchos afirmaría lo mismo que esa muchacha, pero la perfección... era demasiado. Un escalofrió recorrió la espalda de Emma, sentía nervios.

<<Nadie es perfecto>>

Se repetía mentalmente.

<<Nadie es perfecto>>

Ni siquiera Shopie.

-¿Por qué me reiteras esa pregunta? No pareces la misma joven de siempre, la que habla de todos sus lujos lujos y sus zapatos, la moda de la temporada, los chismes... - El argumento sobresaltó a Emma, había tenido la suerte que "sus padres" y Claire no se dieran cuenta de su identidad real y no podía permitir que Matilde la descubriera, pero la taza temblaba, estaba enfrente de la cara de Emma y temblaba, intentaba esconder el nerviosismo que la invadía.

-¿Te has vuelto loca?- Suspiró y tomó más aire, se estaba ahogando- ¿Quién podría ser además de mí misma?

-No lo sé, pero estás tan extraña, tan obsesionada con conseguir algún desperfecto tuyo, ¡si sábes que no lo tienes!- Emma tembló aún más y la taza de porcelana se le resbaló de los dedos sudorosos, muy tarde para detenerla, la taza dió contra el vestido de Emma, no se rompió, pero volcó todo el té encima de las enaguas blancas, aunque no estaba tan caliente, estaba tibio y era un poco placentero, Emma hizo una mueca de arruinarlo todo, Matilde se acercó con desesperación y le quitó la taza de encima, apoyándola en la mesa, luego se asomó al caminito de piedra y comenzó a gritar hacia afuera:

-¡Pedro! ¡Pedro! ¡Lady Shopie se está quemando!- Emma se paró de su asiento, mirando el teatro que interpretaba con mucha exageración su "amiga", y abrió las manos como diciendo "he arruinado todo". Y es que había arruinado su oportunidad.

Como muchos decían, "el conocimiento es poder"

Segundos después apareció Pedro y al ver como estaba el vestido de Emma, exclamó:

-Lo siento, la señorita Shopie debe ir a cambiarse el vestido, no puede quedarse así- Sugirió.

-Yo ya me voy de todos modos, nos reuniremos otro día para platicar, querida- Indicó Matilde.

-Espero verte muy pronto- Mentía.

Matilde fue lentamente por el camino, alzando el mentón en una pocisión elegante e indiscutida. Emma también se fue por el camino de piedra contrario, pues debía cambiarse el vestido aunque no lo veía como algo urgente. Entró en la casa y se dirigió con rapidez a "su" alcoba, ese día ha pasado nervios terribles y necesita dormir un poco, se recuesta con la ropa puesta, sin taparse y dormita un largo rato.
Más tarde escucha unos golpes en la puerta, dirige su mirada al reloj, las 4:30, no había dormido ni dos horas.

-Señorita Shopie, es hora de su baño habitual, ¿se lo preparo?- La voz suena un poco ronca y finita.

Manuela.

Emma no abre la puerta- ...No, Manuela, no me lo daré, prefiero no bañarme por hoy- Emma sabía que quizá se le saliese el maquillaje en el baño y tendría que reconstruir toda la estructura de los polvos y la vestimenta, era algo complicado y además sabía que debía llamar a Manuela para que prepare el baño y la ayude luego a vestirse, por eso, prefirió quedarse así y bañarse mañana, si siente aromas desagradables, varias capas de caros perfumes lo arreglarían.

-Pero señorita, usted tiene que bañarse- Insiste la criada.

-¡Te he dicho que no me bañaré hoy Manuela!¡¿Qué parte no entiendes?!¡Respeta mis decisiones y mis opiniones, pues son las únicas que importan!- Gritaba Emma con tono severamente serio y enojado, parecía muy irritada.

Manuela siempre había tratado a Emma como su propia ama, ordenándole ir al mercado, lavar la ropa en el río, recoger las frutas de los árboles del jardín, barrer los pisos, desenpolvar las cortinas y varias ordenes más que a Emma le fastidiaban por el simple echo de que sea Manuela quien las dé, era realmente fastidioso seguir órdenes de alguien que era prácticamente igual a tí, un simple par.
Manuela le exigía todo, como si fuera su ama.

No se escucha ningún ruido detrás de la puerta, parece que Manuela se ha asombrado por el tono y la forma en que la señorita Shopie le habla.

-¡Contésteme algo Manuela, ¿o acaso mi opinión no es la única que importa?!- Emma se ahoga de la risa, le gusta dejar a Manuela en ridículo aunque tenga algunos años más que ella.

-... Sí Milady, disculpe la insistencia-Emma escucha los pasos presurosos de Manuela, a medida que se alejaba.

-¡Manuela!- la llama nuevamente.

-¿Sí, Milady?- Se vuelve, aunque no abre la puerta.

-Deje de ser tan terca e insistente con la pobre de Emma, la sirvienta, yo veo que ella se esfuerza y hace todo característicamente, dando lo mejor de sí y lo hace muy bien, pero usted no la puede dejar respirar ni un solo segundo, debe dejarla tomarse un rato libre y no insistir tanto, ¿está conforme con eso?

-Sí, señorita... está bien. ¡Oh! Sus padres irán a la casa de los Lord y Lady Soccall a cenar esta noche, ¿va a comer con Lady Claire?

-...No, mejor tráeme la comida aquí, quiero una comida elegante y deliciosa, vamos, dile a Honoria que la empiece a preparar ahora mismo- Y no podía exigir de una forma más específica por que ella, de comidas refinadas, no sabía nada.

Manuela suelta un tímido y callado "sí, mi ama" y se va con paso rápido, todo esto fue muy divertido y Emma piensa que volvería a poner en su lugar a Manuela, sería divertido. A diferencia suya, aquella joven delgada y morena, jamás tendría pensamientos difamatorios para con sus amos, les tenía respeto y a diferencia de Emma, entendía su posición y la aceptaba lo mejor que podía.































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Hola a todos

Aquí les traje un nuevo capítulo que estoy segura que les gustó... si es así no olviden votar, picándole a la estrella aquí abajo🌟 y comentar qué tal te está pareciendo la historia. Me interesa saber tu opinión.

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