Lady Shopie #1

Capítulo 33: "La decisión culminante"

Bastaba dedicar unos simples minutos de atención para darse cuenta lo pensativa que de hallaba Manuela. Estaba sentada, se había podido dar un minuto de descanso, ya que los patrones había subido con Emma hacía la planta alta.
Ese día, Emma había vuelto y se propuso a sí misma denominar este echo, y llamarlo El Retorno de los Criados, aunque sólo había vuelto una, Emma había regresado y con ella albergaba la posibilidad de que también Pedro apareciera, pero no fue así. Él no había vuelto.
Ese día, o la mañana, había sido menos agorador que los otros. Se había levantado temprano, ayudó a praparar el desayuno y dejó que otros criados se encargasen de la mesa, vió que Emma había regresado,para su sorpresa, cortó flores del jardín, una buena cantidad para aromatizar toda la Mansión, recortaba los cabos de las rosas con delicadeza y los colocaba en una canasta de mimbre, esperó a que pasara la mazamorrera y el velero, como siempre, los jueves a las 9am.

-¿Que le pasa m'hija, que está tan distraída? Hoy no ha salido al Correo a entregar el montón de cartas que Lord Arthur quiere hacer llegar a sus socios para la reunión de mañana por la tarde- Se quejó la vieja Honoria. Sacudiéndose el polvo que tenía en su ropa, había estado haciendo masas frescas con dulce, rebozante de mermelada, ya que por la tarde vendrían las amigas de Lady Hilary a tomar el té.

-Disculpe ma'... no estoy distraída para nada- Mintió. Por que lo cierto era que Manuela sí estaba distraída- Es que... uste' sabe, me preocupa la situación reciente.

-¿Cuál situación m'hija? Lo único que yo sé es que no me traído la leche para el chocolate de los patrones-Insistió indirectamente.

-No es eso ma'Honoria. Es que... se trata de algo que involucra a los patrones- Admitió y no estaba segura aún si contarle lo que pensaba, la vieja Honoria era confiable pero nl sabía hasta qué punto.

-¿A los patrones? No vaya a inmiscuirse en temas que no le incumben, se ganará un reto.

Manuela decidió ignorar el comentario- Sucede que lady Shopie ha vuelto y debe saber que Emma también, parece que hay conflicto entre los patrones y ella, no sé qué está icurriendo, ¿puedo ir a averigüar?- Pregunta Manuela.

-¿Para que quiere uste' hacer eso? No debe involucrarse, no lo haga... terminará en problemas para nosotras, no se meta en lo que no es su asunto m'hija y vaya a traerme leche para el chocolate de los patrones- Ordena Honoria.

-Pídaselo a Corelia, no me pida eso a mí, no quiero ir ma'... déjeme quedarme aquí por hoy, y mañana trabajaré el doble- Suplicó Manuela.

-No- Negó Honoria con la cabeza.

-Por favor ma', hágalo y dejeme aquí, mañana tenderé las camas de los amos, serviré el chocolate en la reunión de Lord Arthur, barreré la biblioteca y las habitaciones de los patrones... ¡si quiere iré a cortar leña para el fuego con los hombres!- Pidió refiriéndose a los sirvientes masculinos.

-¡Para nada! Vaya uste'- Manuela frunció el seño y molesta, caminó hacía la puerta de entrada de la mansión Hilleland, para dirigirse a comprar la leche. Tenía la idea de que si volvía deprisa podría conocer los detalles de lo que sucedía; ella quería enterarse de qué pasaba entre sus patrones y Emma, no quería ser indiferente al asunto, pero no estaba en posición de objetar o demandar nada.

***
Emma suspiró cuando Corelia le avisó que los patrones querían verla, su inminente sospecha estaba pronta a saberse. Se levantó de su silla y al hacerlo sus dedos golpetearon la mesa que tenía delante, un tanto por inercia y por otro por los nervios que traía.

-¿Te informaron qué es lo que deseaban?- Pregunta Emma, mientras caminaba hacía el salón detrás de Corelia.

-Solo sé que pidieron verla a uste', para qué, no sé- Respondió Corelia sin darse vuelta mientras caminaba a paso lento, aunque una vez que llegaron frente a los patrones, se retiró a la cocina con rapidez.
Emma se inclinó levemente, debía ser obediente e inteligente para que se compadecieran de ella, mínimamente, pues era consciente de que, probablemente, ya supieran lo que había echo.

-Hemos deliberado un rato Emma, descubrimos lo que hiciste y que todo coincide con lo que Shopie planteó, finalmente, por que lo que has echo, has deteriorado nuestra reputación y nuestro honor, además no sabemos cómo influiste en Claire para que deje este magnífico hogar- Dijo Lord Arthur.

-De modo que hemos decidido expulsarte de la mansión puesto que has fallado en tu rol como sirvienta, envidiando y queriendo ser mi hija, cosa que nunca podrías lograr sino engañándonos, admito que lo has echo bien pero es imperdonable- Confesó lady Hillary para luego hacer un ademán con la mano y llamar a un sirviente.

-Si ya lo han decidido, ¿por qué me han llamado, milady? No hubiera querido oír esas palabras- Informó Emma. Se había acostumbrado a hablar como sus patrones, Shopie lo notó y alzó una ceja de manera desafiante.

-Pues lo hemos echo, ¿por qué lo dices? ¿estás negando lo que has echo?- Preguntó Lady Shopie, altaneramente.

-Si lo negaría, les mentiría y no es mi intención hacerlo, ahora que ya lo saben aceptaré cualquier destino que me den, pero desearía que sepan que no me arrepiento de nada- Respondió Emma, sin medir demasiado sus palabras.

-¡Qué descaro!- Reaccione Shopie,con enfado y con el seño fruncido- ¿Cómo te atreves tú, una sirvienta vulgar y ordinaria, a decir que no te arrepientes de haberte hecho pasar por mí? ¿Cómo no te arrepientes después de hacer semejante cosa, tan insolente? Después de...

-Cálma Shopie, ella va a recibir su castigo por dicha actitud- Aseguró Lady Hilary cruzándo sus manos en su regazo. Emma fue consciente de

-Y se arrepentirá, ya no tendrá el abrigo de esta Mansión, será expulsada inmediatamente- Contestó Lord Arthur, con seguridad, observando a la criada.

-Tú, vé y trae todas las pertenencias y ropas de Emma en una maleta grande, deprisa- Ordenó Hillary con  altanería de patrona. El sirviente miró a Emma por un instante, con compasión quizá, sin embargo, de él no dependía que Emma se salvase. Se retiró hacía el cuarto de la sirvienta con esas órdenes y una maleta vacía en la mano, donde pondría sus ropas.

Emma estaba demasiado triste. Decaída, debía protestar, no podían echarla a la calle. De modo que se puso recta, firme y abrió la boca, nuevamente, para hablar.

***
🍩Hola dulces🍬

¿Qué será lo que Emma tiene para decir ante sus amos?

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