"Queridos padre y madre"
"Con el debido respeto que les tengo y con todo el amor que una hija puede tenerles a sus propios padres, pido sus sinceras disculp al marcharme tan desprevenidamente y sin avisar a nadie, se que les causaré preocupación, y probablemente se alermen mucho, por eso pido perdón, juro que no era mi intención principal irme y cancelar la boda, me voy al norte con el hombre que amo, por favor no se preocupen, sé que estaré bien, viviré feliz y apoyada por él, es el mejor partido que podría e contrar, ¿saben? Y no lo menciono precisamente por el dinero, él no tiene una libra siquiera y aún así, es mucho más que muchos hombres ricos y engreídos que se dedican a mofarse de los demás. Siento todo, y les dejo mis saludos a Shopie, a ustedes y a todos los criados de la Mansión, que sin ellos nosotros, los nobles, no seríamos nada y no se marcaría ninguna verdadera diferencia, no haré un drama de esto madre, como tú misma solías decir y créeme que las circunstancias apremian para despedirme y asegurarles mi prosperidad, seguramente no económica.
Claire
Los señores Hilleland leyeron con profunda preocupación, la nota que, según Shopie, Claire había dejado sobre su cama, pero ellos no sabían que en realidad, había sido escrita por Emma. El cerebro del plan y además, la creadora de tantas situaciones.
-Llamaré a Pedro para que se lleve esta carta- Manifestó Lord Arthur con un gesto de desagrado en los ojos. Había perdido a su hija, bajo su propia voluntad. Emma se tensa, no puede respirar hasta saber que el secreto de la huida está salvo.
-¡No!- Gritó Emma y de pronto se detuvo, error- Él se fue... su madre estaba mal y muy enferma, ya no podía quedarse aquí. Ha echo demasiado para callar sus razones para irse.
-¡Por Dios! Todos los criados se van, incluso Claire se ha ido y sé tan poco de ella que estoy desesperada. Pronto, nos quedaremos sin sirvientes- Se quejó Lady Hilary, ofendida.
-Madre, dime, ¿cancelarás la tertulia?
-Por supuesto, ¿a quién comprometeremos sino? ¿a una criada?- Y a continuación agrega con estupor- Confío en Claire pero espero que venga visitarnos al menos, sino yo misma iré a buscarla. Esa niña causa problemas cada vez que mueve su dedo meñique, el echo de que nos haya desplazado por sobre su hombre adorado no le da el derecho de hacer lo que le plazca.
Emma saca todo el aire suspendido en sus pulmones- Claro- Suspira, se retira rápidamente a su cuarto, quedaban quince días antes de la llegada de Shopie y no sabía que hacer, Claire se había marchado y estaría aburrida, Emma se deja caer sobre la cama con pesadez, el vestido se arruga aunque, por una vez su vestimenta no le importa, tiene muchos vestidos que usar. Sabía que Lady Hilary era caracterizada por su impaciencia y poco razonamiento, sin embargo, lo que había dicho no era tan cruel. Nunca había comprendido a su hija menor y aunque le quería, no podía negar que su falta de atención era una forma constante de comportamiento, vivía en las nubes, se podría decir. No era falta de cariño, era falta de dirección. Lady Hilary era indecisa.
Pero, ahora que lo pensaba bien, ¿qué tendría que hacer para, al menos, no aburrirse en demasía? Una palabra salta en su mente y sus comisuras se elevan formando una sonrisa tentadora. Manuela. El nombre resonó en su mente, era perfecto, se divertiría con Manuela, la humillaría de una vez por todas.
Decidida a no quedarse sentada allí, salió rápidamente de la habitación.
Se asoma al pobre pasillo que desembocaba en todos los cuartuchos miserables de los criados buscando a Manuela, no la pudo encontrar fácilmente, se sentía una intrusa husmeando en los cuartos y la casa entera, pero no debía olvidar que ahora era una noble, que podía hacer cuanto quisiera y que no podían contradecirla, de pronto empujó la puerta y encontró a la pobre ilusa barriendo el piso de la habitación de los señores Hilleland, tenía la mirada perdida en el movimiento constante de la escoba contra el suelo. Emma sonrió y se le paró enfrente, Manuela la observó sin comprender, seguía barriendo.
-¿Necesita algo, milady?
-Me he enterado- A Emma le gustaba molestar a Manuela, y mucho más por que la criada no podía responderle de mala manera, no ahora.
-¿De qué, milady?- Pregunta, con confusión.
-A tí te atrae Pedro- El comentario toma por sorpresa a Manuela, no elevó las comisuras, no se entristeció, nada, se mantuvo quieta y silenciosa, lo que demostraba que era cierto lo que Emma acababa de decir. Sus músculos se tensaron completamente, no pudo hacer más que observar a su ama intimidante, de reojo.
-Yo... no...- Tartamudeó, su lengua se travaba, pues no podía expresar lo confundida que estaba.
-Ya lo sé, no finjas, pero siento pena por tí.
Manuela frunció el ceño. Si Lady Shopie conocía aquello, ¿qué más podría saber?
-¿Por qué señorita?
-Él se ha ido- Afirmó Emma con seguridad y diversión.
Manuela se altera y suelta la escoba que cae al piso, en un ruido seco de la madera, se queda quieta. Había sido una reacción poco pensada, algo que de no estar alterada no habría hecho; ella conocía su secreto, ¡su propia ama lo sabía! Y lo peor, era que según sus propias palabras, él se había marchado.
-No entiendo Milady, ¿adónde? ¿con quién?- Preguntó Manuela, estaba demasiado confundida, no entendía nada.
-Si preguntas adónde, no lo sé, si preguntas con quién, pues... con su alma gemela- Al decirlo le había sonado bastante ridículo, vaciló en nombrar a Claire, pero eso pondría mucho en evidencia, demasiado. Era muy arriesgado- Siento pena por tí- Mintió piadosamente- pero te decía para que comprendieras y no te... ilusiones- Pensó bien las palabras, las repitió en su mente a ver si se había equivocado o alguna falla que implicara evidencia y expusiera a los dos enamorados, las analizó, alguna vez ella quería enamorarse y tener una relación tan romántica como esa, pero no tan peligrosa.
-...
No dijo nada.
-¿Estás bien Manuela?- Preguntó Emma, con menos diversión que antes.
-Disculpe... sí, estoy bien, sólo que no sabía que tenía una... alma gemela, como usted la llama, ni que se había marchado, tan solo eso.
-Solo lo dije por tu bien, ¿sábes?
-... Si, lo sé, gracias.
¿Gracias? Era una de las peores noticias de su vida, por Dios, y ella decía tan solo gracias, mal comentario.
-Bien- Para sus adentros, se reía.
Emma entrelazó sus manos a la altura de su vientre y salió con expresión seria y madura, con la cabeza en alto, al ver que Manuela ya no la podía ver, salió corriendo hasta a su cuarto, con las enaguas de su vestido rozándo el suelo; entró y cerró la puerta rápidamente. Las risas salieron en carcajadas incontenibles, aunque una muchacha de su calaña no debía reír a carcajadas, se echó en la cama y rió mucho un buen rato, luego le dió un intenso hipo que no pudo controlar.
Manuela, por su parte, estaba en shock, petrificada ante la noticia, intento seguir barriendo, pero algo se lo impedía, ¿Pedro se había ido? ¿Los amos sabrían?
Sí, suponía que ellos serían los primeros en enterarse de aquello, eso pensaba ella al menos.***
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Lady Shopie #1
Historical FictionPrimer libro de la saga "Secretos Aristocráticos" [Completa] Ficción Histórica En su lugar como sirvienta en la casa de la familia Hilleland, Emma envidia la lujosa vida que lleva Lady Shopie Hilleland, la hija mayor de un lord francés cuyo poder lo...