Después de ese momento incómodo todo transcurrió muy rápido, los pacientes avanzaban y mi dia iba empeorando cada vez que hablanban de sexo.
A la final solo le recete anticonceptivos a la novia de Emilio. Ella quería consejos pero yo no era su hada madrina del sexo.
Dos alargadas horas mas tardes la jornada llego a su fin. Me encamine a la pequeña habitación donde estaba el equipamiento, era hora de cambiarme. Tome el pomo de la puerta, tire de ella y entre; me quite la bata medica, y el tapa bocas, necesitaba cambiarme esta ropa me sentía asqueada.
Tire de mi blusa de tirantes, el frío se Colo por mi columna vertebral al sentir la piel descubierta. Buscaba en mi bolso desesperandamente una sudadera, y entonces senti que la puerta se abrió.
Me gire bruscamente y detrás de la puerta se asomo unos cabellos negros y unos ojos grises suplicantes. Instintivamente lleve las manos a mis pechos en modo de protección.
—Disculpa no quise.. he.. interrumpir nada.– tembló su voz.
—¿No podías esperar?– espete.
—Necesitaba hablarte.– susurro aún cubriendo sus ojos con el dorso de su mano.
—¿Puedes esperar que me termine de vestir? Te aseguro que esta haciendo mucho frío como para entablar una conversación, mientras estoy asi.
—Oh, si.. claro, claro... que estúpido.–Se dio un leve golpe en la frente.— te espero afuera.
Asentí.
Rápidamente encontré la puta sudadera que se había desaparecido cinco minutos antes. Me vesti y sali.
Lo vi recostado del que era mi escritorio hace unos momentos. Sus pantalones rasgados dejaban ver una de sus tonificadas piernas; se desordenaba su cabello... era muy hermoso.
Primera vez que pienso asi de un Hombre. Que horrible.
—Y bien. ¿Que era tan importante como para interrumpir en la habitación para solo personal autorizado?– Fui directo al grano sacandolo de su burbuja, tras causar que se asusto cuando me vieron sus ojos hermosos.
—Queria hablarte sobre britany.
—¿Que pasa con la morena?– me cruze de brazos.
—Ella esta enferma.
—¿Que tiene? ¿Y porque eso me tiene que importar a mí?
—Facil. Estoy con ella por nuestros padres, son socios. Pero en realidad me obligan a estar con ella. Como habrás notado, ella quiere sexo, pero hace unos días su ex me comentó que ella sufre de sida. Y ahí es donde entras tu, tú me puedes ayudar como medico. Ella.. me da mucha lastima la verdad, no me gustaría si yo estuviera en sus zapatos y mi pareja me abandonara. Quiero apoyarla, sin importar que ella me lo oculte.– dijo mirando fijamente el bolígrafo de mi mano.
—Lamento decirte que no puedo ayudarte. Esto lo hacemos solo porque es una materia práctica, solo se nos permite revisar pacientes bajo supervisión de un doctor. No podemos ejercer como tal hasta que recibamos nuestro título, ya que si el paciente sufre algún inconveniente, la culpa recaeria en el doctor. Lo siento. – susurre.
—De todas maneras gracias.
—Tranquilo, puedes conseguir unidades médicas donde la puedan atender... Debes amarla mucho.– musite.
—Oh no, nada de eso. Lo hago por ser util. Por mas nada.
—Como digas. Hasta luego, ya me tengo que ir. – gire y me encamine hacía la puerta.
—¡Espera! Siento que te he visto antes. ¿No nos conocemos de algún lugar?– me observo de manera extraña, como penetrante y decifradora.
—No, para nada. Hasta luego.
—Ok.– hizo un ademan con la mano en forma de despedida. Pero se notaba desconsertado.
Me miro de manera extraña cuando solo estaba en sostén.
Es un hombre, recordó mí conciencia.
Claro, ahí estaba la respuesta para todo. La mente cochina de los hombres siempre salia a relucir.
Camine durante cinco minutos por los pasillos de la universidad. Ya estaba casi vacía, eran más de las cinco de la tarde. Ya podía fijar con la vista la puerta de salida, pero me fije en algo que llamo mi atención.
Era alina y un chico besándose de una manera tierna y amorosa. Se podía sentir en el ambiente el cariño que se brindaban mutuamente.
Solo me quedaba envidiarla y desearle la mejor de las suertes.
Finalmente sali por la última Puerta y me dirijo seguidamente hacia el estacionamiento.
Ahí yacía bob en el auto rojo de la tortura. Hoy era lunes.
Me adentre al auto.
—Hola insecta.– saludo bob.
—Aja.– me limite a decir.
—Hoy te espera un buen dia de trabajo.
—¡Yupi! Me muero de ganas.– exclame fingiendo entusiasmo.
—Asi me gusta.
***
Terminaba de colocarme unas botas negras de cuero, con un tacón excesivamente alto. Mi maquillaje se basaba en un simple delineado de ojos y unos labios pintandos con una labial vinotinto, que resaltaba loa detalles del pequeño corsé.
—Es hora.– aviso shelsea asomando su cabeza por la cortina.
Ya había pasado todo el protocolo en donde llegaba el chofer y le entregaba un sobre con mucho dinero a bob, el simplemente ampliaba su sonrisa y sus ojos brillaban al ver la gran cantidad de dinero.
Llevaba dos semanas de vacaciones, las cuales hoy se acabarían.
El chofer me abrió la puerta trasera de un audi blanco, muy lujoso. Era uno diferente al de la última vez.
Me removi en mi asiento incómoda al notar que en mi frente se hallaba uno de los hoteles mas lujosos de la ciudad—Lo sabía porque lo había buscado en el Navegador—Era precioso y muy costoso.
***
Me hallaba sentada en la cama sola, esperando a alguien por primera vez.
En frente de la gran cama se hallaba un espejo con decoraciones doradas por los bordes. Ahí se reflejaba otra vez mi vida. Una Chica con corsé y antifaz, una simple dama de compañía.
De repente se abrió la puerta, dejando ver a un hombre con un traje de tres piezas sumamente impecable. Llevaba puesto un antifaz negro.
Era el mismo chico de el otro hotel. Pero luciendo formal.
No entiendo porque escondernos, otros hombres abusan de mí sin antifaz, este era el primero que lo llevaba siempre.
—Suite presidencial. Tina de espuma, terraza con piscina, comida y bebida.. cigarrillos .. se lució esta vez.– dijo caminando por toda la habitación observandola.
¿Quien se había lucido?
No entendía.
—¿Sabes? Ahora que te veo mejor me pareces familiar. – dijo recostandose en el sofá y soltandose los botones de su traje.
ESTÁS LEYENDO
Solo por ti.
Lãng mạnLa pequeña enma y su terrible vida, padres drogadictos, prostitución, maltrato. ¿Sobrevivirá? Créditos de la portada a: Bkcarmo