Capítulo 13.

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El día pasó sin contratiempos, alina prácticamente me obligó a medirme un vestido y unos tacones a juego, que se veían muy costosos en realidad. A penas me vio hizo un ademán con sus manos en forma de que se encontraba llorando, era una exagerada.

Ese día me obsequió ese hermoso vestido, que en estos momentos estoy guardando en lo más oculto de mí pequeño closet.

Ese día todo salió bien. Regresamos a la universidad antes de las cinco de la tarde, nos colamos entre la gente y esperé que bob viniera por mí, mientras que alina estaba sentada en las piernas de su futuro novio.

Eran alrededor de las seis de la tarde. Hoy era lunes y todos lo sabían, sobretodo yo.

Limpie mi rostro con unas toallas húmedas que estaban en una gaveta en el baño. Shelsea se hallaba en su mesa de maquillar, preparando todo lo necesario para esta noche.

Durante días no pude asimilar la extraña actitud de shelsea, y hoy saldría de dudas, o eso quería creer.

Me sente en una silla alta que enfocaba mí rostro en un espejo en forma de estrella. Mi madre aplicaba los productos de maquillaje en mí piel con trazos delicados, como si estuviese dibujando sobre un lienzo.

—Eres tan parecida a ella..– susurro entre dientes, con un tono de voz de melancolía.

—¿Ella? ¿A quien me parezco?

—No entenderías nada, pequeña. No fue mí intención.– se notaba afligida, como si algo la persiguiera o no la dejara en paz. Sus ojos se veían hundidos a causa de las ojeras tan pronunciadas que tenía, su cuerpo estaba más delgado, don duda alguna no estaba comiendo bien; pero en realidad estaba envejeciendo prematuramente a causa de misterios desconocidos para mí.

—Mamá, quiero entenderte de verdad que si.– hice una pausa para inhalar aire.— Si nunca te desahogas no entenderé nada, necesito saber que es esa verdad de la que habla bob, necesito que me digas la maldita verdad por la cual estas muriendo en vida. Tu no eras así, ¿Porque cambiaste tan repentinamente?  ¿Te dí lastima? Dime maldita sea. ¿Porque me toco este infierno como vida?– estaba demás decir que ella se quedo pálida al escucharme, mientras que mis lágrimas galopaban en mi rostro.

—Es muy pronto...– dijo cortante.

Esas cortas palabras se colaron en todo mí interior, no sabía si sentir impotencia, rabia o simplemente llorar como una niña desamparada.

El maquillaje estaba hecho un desastre a causa que mí mar de lágrimas. Que humillante era pedir una explicación y no te dieran respuesta alguna.

Como pude me arreglé un poco, elegí unos elegantes tacones de aguja vinotintos que iban a juego con el atuendo color beige.


Noche tras noche se repetía el mismo procedimiento, en donde un chofer pasaba por mí y me dejaba en frente de una puerta de hotel. La única diferencia es que llevo dos meses siendo dama de compañía solo de un chico en participar, y él si que es extraño.

Me encontraba en una habitación con estilo muy colonial y muy moderno. Era bellisímo.

Escuche cuando la puerta se abrió, gire y pude ver esa figura masculina en su traje de tres piezas color azul rey, y su antifaz negro.

—Tenemos que hablar.– ataque directamente en el punto.

—¿D-e de que?

Era extraño, o más bien gracioso ver como un adonis se doblegaba el mismo con sus demonios, estaba atormentado eso estaba claro. Su tono de voz quebradiza lo delataba completamente.

—¿Es hora de la verdad no crees?– caminé de un lado a otro de la habitación y él estuvo estático fijandome con su mirada penetrante, que por cierto era muy hermosa.

—¿De que hablas? ¿Que verdad?– Y ahí resaltaba su nerviosismo en esas cortas interrograntes.

—No te asistes grandulón, es fácil. Vamos a comenzar por lo simple. Primero me dirás, ¿Porque soy esclusiva para ti?

—Mucho dinero de por medio.– respondió fijando su mirada en otro punto.

—Ok, vamos bien. Ahora dime: ¿Porqué estas aqui?

—E-estoy obligado.– jugó con sus dedos.

Parecía un niño indefenso cuando lo acusan por hacer algo que no hizo.

—¿Sabés quien soy fuera de todo esto?– pregunte. Esta era la pregunta del millón.

—No, para nada.– esta vez se acercó al balcón y tomó un poco de wisky.

—¿Porqué no abusas de mí físicamente?

—Creéme, el que sale más herido de todo esto soy yo, no tú. Esta es tu vida, para eso te pagan ¿no? Eres una simple prostituta, y yo pago por ello, si hago o no hago nada contigo no es tu problema, no aguantarías nada conmigo.

Sus palabras fueron como dagas directo al blanco. Mi corazón se estrujo al escuchar como decía que era una simple prostituta.

¿Él quería jugar a lanzar la piedra y esconder la mano? Pues yo sabía jugar mejor, y se lo iba a demostrar.

—Efectivamente, soy una simple prostituta, una más del montón, que más da. Pero no soy ese que paga mis servicios para hacerme perder el tiempo y ponerse a llorar como una nena cada vez que puede, por favor, ¿Crees que no aguantaría contigo? Pues claro que no, no hemos ni comenzado y ya huyes como un cobarde. Si eres gay dilo y ya, te busco un novio y listo, no me haces perder el tiempo.– su rostro se notaba dolido.

Noté que su espalda se tenso por completo al decir que era un simple gay. Giro en un pie, y ahí estaba, con esa mirada que no lograba descifrar de que color era, pero que estaba totalmente oscura. Su semblante era sombrío y podría causarte mucho miedo tan solo con verlo.

Pero no era mi momento de flaquear, tenía que estar firme. A partir de ahora nadie me trataría como un juguete desechable que se usa y se vota. Ahora tendría que jugar mis cartas.

—No vuelvas a repetir que soy un marica maldita sea. A mí, nadie me dice así ¿Entendiste? Y si lloró ¿Que? Las personas lloran cuando estan rotas. Yo estoy roto, y no me interesa destruirte ¿Sabés porque? Porque no eres nadie.

porque no eres nadie...

Esas palabras se repitieron como un disco rayado en mí mente, cito las mismas palabras que dijo bob aquel dia que discutimos.

—Eres un jodido enfermo, un niño de papi que solo juega con el dinero, que solo quiere demostrar que tan marchito es pagando una gran cantidad de dinero a una prostituta para demostrar su machismo, pero que en realidad es un reprimido gay que no ha salido del closet aún. Madura joder, y no me hagas perder más tiempo hijo de pa..

No pude terminar la oración porque él se encontraba devorando mi boca con salvajismo. Era un beso necesitado y apasionado que por todos lados gritaba no soy marica, un beso que me dejo aturdida no sabía como reaccionar a tal acto de machismo. Sintió una lengua pasando por sus labios, tratando de entrar en su boca, y reaccionó dándole todo el permiso para que siguiera devorando su boca como lo hacia. No supe como reaccionar, pero claro esta que nunca había experimentado dichas sensaciones que ese beso me estaba proporcionando. Su cabeza se estaba alejando poco a poco de la mía. Abrí los ojos y pude ver ese par de ojos color gris que ocultaba ese antifaz.

—Jamás vuelvas a repetir que soy un hijo de papi, y a parte un jodido gay. Esto es solo una advertencia, y sabrás que un beso no sera lo siguiente..

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Capítulo interesante. ¡Por fin estos dos hablaron y vaya que fue todo un espectáculo!
¿Que opinan?

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-Luna.

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