Descontrol

1.2K 107 4
                                        

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Camino sola por el parque solo para despejar mi mente. Ahora que mi madre está mucho mejor y que Adam y yo estamos como antes, algo empeora todo. Mi hermano. Y no es que sea el problema, el problema es que sigue enojado conmigo y para ser sincera, duele. Duele que la persona que más me ha apoyado en los duros momentos no esté conmigo en los buenos.

Me siento en el césped y apoyo mi cabeza en un tronco de árbol, poco a poco cierro mis ojos y sin darme cuenta me quedo dormida.

«La imagen era borrosa, no sabía quién era esa persona, pero yo la quería, yo la amaba y no quería que se fuera, pero ya no estaba. Podía gritar, pero no me escucharía, podía llorar, pero no me consolaría, yo no podía hacer nada.»

Me levanto agitada y pego un grito ahogado, la gente me está mirando y decido caminar para quitarme tantos ojos de encima. Estoy consciente de que tengo el rostro lleno de lágrimas. Estas pesadillas me atormentan más que nunca, ahora sé con sinceridad el motivo, me siento intranquila por mi hermano. No puedo seguir peleando con él, lo necesito.

— ¡Lena! —escucho a alguien gritar mi nombre detrás de mí.

Giro inmediatamente mientras me limpio las lágrimas y la persona ya se está acercando a mí. Mi cabeza esta que explota y no me siento con ganas de hablar con Sebastian, menos después de las últimas semanas. Aun así, mis pies se quedan clavados al suelo mientras él se acerca.

—Hola —dice en voz cansada cuando está al frente mío—. ¿Podemos hablar?

Me quedo en silencio mirándolo fijamente, no sé si aceptar tener una conversación con una persona que solo forma más problemas sea lo correcto, pero sin embargo quiero escuchar que dice, de pronto es algo interesante sobre mi hermano o Adam.

—Sabes... Nunca me puse a pensar en que de verdad eres atractiva, siempre te vi como niña, pero ahora que te veo como mujer las cosas cambian —su sonrisa maliciosa me aterra.

La verdad es que si me hubiera dicho esto hace meses, hubiese gritado y sin pensar me lanzaría a sus brazos, pero esa Lena murió, y mi obsesión por él también. Ya no tengo ningún interés en él, solo quiero que se aleje porque algo me dice que es el causante de que Adam se distanciara de mí, aunque no sé cómo podría serlo. Eso es lo que tengo que averiguar.

—Si necesitas hablar, habla —mi voz es seria y mi porte es firme.

—Creo que la que tiene que preguntar eres tú —abre sus ojos interrogativo—. Así que adelante.

— ¿Qué le hiciste a Adam? —pregunto con rabia. Él se ríe al escuchar la pregunta.

—No le he hecho nada, todo lo que él hace lo hace por propia voluntad —se acerca más a mí y yo retrocedo.

— ¿Qué quieres decir? —niega con la cabeza y no responde—. ¿Para eso querías hablar? Para dejarme con la duda matándome y así poder jugar conmigo.

No quiero perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora