casi lo pierdo

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Después de mi charla con Rita me siento en el sofá a esperar a mi hermano, no puedo dormir sin antes verlo. Mi madre solo se encerró en su cuarto después de que hablamos. Rita me dijo que estaba muy bien, solo estaba enojada porque ni Julian ni yo entendemos porque hace lo que hace.

La verdad es que es muy difícil para mí aceptar lo que ella piensa y quiere. Estaba feliz porque nada arruinaría mi navidad, pero ahora tendré que durar todo el día y parte de la noche al lado del ser que menos quiero ver. Quizás ella crea que es lo mejor para nosotros, pero personalmente para mi es lo peor. Me siento demasiado herida con mi padre. Él nos falló de todas las maneras posibles, y no ha sido capaz de disculparse por su error, todas las veces que lo he visto solo busca hablar con nosotros, pero nunca acepta que él se equivocó, quizás se haya disculpado con mi madre, pero no lo ha hecho con nosotros, y creo que esa es la cuestión. También nos hirió a nosotros y quiere que no nos importe, que hagamos como si nada hubiera pasado, eso es simplemente imposible.

Estoy cabeceando del sueño, llevo prácticamente dos horas aquí y mi hermoso hermano no aparece. ¿Es que se volvió loco? No puede salir de la cárcel para luego irse de la casa porque no está de acuerdo con algo.

Siento la puerta abrirse y me levanto con rapidez mientras me dirijo a la puerta preparada para lanzar un par de insultos. Pero me inmovilizo al no ver a mi hermano sino a Adam.

—Hola —dice mientras entra, tiene una sonrisa triste en el rostro.

—Hola —respondo un poco desanimada, pero igualmente contenta porque ha llegado en el momento preciso.

— ¿Cómo estás? —pregunta.

Yo no puedo responderle, no con palabras. Solo niego con la cabeza y mis ojos se derraman en lágrimas. Él se acerca con rapidez a mí y me rodea con sus brazos.

—Lo siento mucho —dice con preocupación—. Sé lo difícil que es para ti...

Me alejo con brusquedad al darme cuenta de lo que está pasando.

— ¿Tú como sabes?

—Julian me llamó... dijo que tú me necesitabas y me contó lo que dijo tu madre.

— ¿Sabes dónde está mi hermano?

—No —dice confundido, niega un par de veces con la cabeza—. Pensé que estaba aquí...

—No, el idiota salió corriendo, y está bien, si te necesito. Pero necesito más al estúpido de mi hermano —tengo mucha rabia contenida, de verdad no puedo creer que Julian se esté comportando como un tonto. Manda a Adam sabiendo que él es el que mejor me puede consolar, que nos podemos consolar ambos. Porque a ambos nos afecta lo de mi padre.

—Él ya llegará —dice con un toque tierno.

Lo miro a los ojos y me traspasa un poco de tranquilidad, definitivamente amo mucho a Adam, él me tranquiliza, me consuela, siempre está para mí, aunque muchas veces no estemos de acuerdo con las decisiones del otro.

No quiero perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora