La verdad

728 71 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Está bien —respondo, no quiero pensar en ningún tipo de consecuencias en estos momentos, solo estoy ansiosa por descubrir que es lo que verdaderamente pasa—. Con tal de que la ayuda sea mutua.

Sebastian se da la vuelta para sentarse nuevamente en uno de sus sofás. Cuando lo hace, su mirada se pierde.

— ¿Qué haces con Adam? —pregunta pasado un rato.

Su pregunta me desubica completamente, no la esperaba en absoluto. Mi postura cambia, cruzo los brazos por encima de mi pecho porque siento un frio recorrerme el cuerpo. Escuchar a Sebastian nombrar a Adam me da pánico porque no puedo olvidar que, en cierto punto, Adam, el chico por el cual estoy tontamente enamorada, le pertenece.

—Me dirás la verdad o no —entono con seriedad.

—Si, pero para que te dé respuestas tienes que ganarte mi confianza.

Bufo, me parece ilógico lo que está diciendo Sebastian, parece que solo quiere hacerme perder tiempo.

Me doy la vuelta decidida a devolverme a mi casa, al fin me doy cuenta de que esta es la peor idea que he tenido.

—Sé que estabas enamorada de mí, y no era un gusto pasajero —me detengo y me quedo pasmada—. Te gusté durante años, pensabas que no te notaba y que me parecías invisible, pero realmente siempre me di cuenta... también me arrepentí muchas veces por no invitarte a salir, pero era el mejor amigo de tu hermano y tú eras su princesa, así que simplemente me alejaba, pero no te niego que siempre hubo algo en ti que me atrajo.

Trago grueso, no sé qué responder ante esto. Sebastian es mi pesadilla, él me ha arruinado la vida y la de todos los seres que amo, y recordar que estuve enamorada de él por tantos años solo me da pena de mí misma. Era tan indiferente de todo, ignoraba realmente quien era Sebastian, quien era mi hermano, quien era yo.

—Creo que todavía sientes algo por mi

Me volteo bruscamente y lo miro con odio.

—Siento asco por ti —gruño—. Entiende esto de una vez. Yo te odio, has arruinado mi vida y la de todos los que amo, no hay ningún sentimiento bueno por ti. Y yo amo a Adam porque es todo lo contrario a ti.

Sebastian se levanta con lentitud y me observa con una expresión seria, mis palabras no le afectan en lo más mínimo.

—Aunque lo dudes puedes sentir algo por dos personas, un claro ejemplo es tu padre. Estoy seguro de que él ama a tu madre y que siente cierta atracción por su amante...

— ¡Cállate! —grito alzando mis brazos por la frustración—. Mi padre no ama a nadie, amar es respetar y lo que más duele de la infidelidad no es solo que te engañen con el cuerpo, sino con el alma. Que le falten el respeto al amor que decían tener, eso es algo que tú jamás entenderás.

No quiero perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora