//TERMINADO//
Lena y Adam son mejores amigos desde que nacieron, pero un día Adam se aleja para regresar irreconocible.
Pronto, Lena se verá envuelta en una serie de mentiras y de secretos por parte de todos los que la rodean. Pero cuando intenta de...
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Mi padre voltea y su mirada choca con la mía, por un momento siento la necesidad de correr a abrazarlo, pero algo me detiene. Un dolor en el pecho.
Suelto la mano de Adam que todavía me agarra y me acerco más a mi familia. Mi madre está agitada y llena de lágrimas, al ver el rostro de mi hermano me doy cuenta de que él está igual de sorprendido y confundido que yo.
—Papá... —logro decir apenas con una voz audible.
Me imaginé tantas veces este momento, el momento en el que él regresara y nos diera una explicación de su desaparición. Me lo había imaginado destrozado y golpeado, pero nunca como ahora. Con el traje normal de trabajo y perfectamente igual que antes.
Mi padre se acerca a nosotros y mi hermano me agarra para que ambos retrocedamos.
— ¡No te acerques a mis hijos maldito descarado! —grita mi madre mientras lo jala con brusquedad.
Mi padre intenta zafarse de su agarre. Tanto yo como Julian nos hemos quedado inmóviles.
—Nos engañaste desgraciado, me dejaste —habla entre lágrimas mi madre.
Abro mis ojos ante la sorpresa.
— ¿Qué estás diciendo mamá? —pregunta Julian.
Mi madre nos observa con tristeza y solloza más fuerte. Rita se acerca y la abraza intentando calmarla.
—Chicos yo de verdad lo siento tanto... —la voz de mi padre es apenas audible.
Quiero saber qué es lo que está ocurriendo porque no estoy entendiendo nada.
— ¿Qué está pasando? —digo con una voz tan fría que ni siquiera reconozco.
Mi madre se aleja de Rita y me mira, luego mira a mi hermano.
—Llévensela de aquí —dice ella con preocupación, siento que mi cuerpo ya no me responde—. ¡Sácala Julian! —grita mi madre.
Julian se voltea hacia nosotros y me mira, niego rotundamente, al parecer es lo único en que mi cuerpo me obedece. Julian con la mirada fría se dirige a Adam.
—Llévatela por favor —le dice con amabilidad.
Abro mi boca para protestar, pero no salen las palabras y sin luchar dejo que Adam me guie a mi casa.
No entiendo para nada que es lo que ocurre, volteo mi cabeza y veo a mi madre pegándole una cachetada. Pego un grito ahogado e intento ir corriendo, pero Adam me jala con más fuerza.
No sé qué es lo que me sucede, siento que mi alma está rota y ni siquiera entiendo por qué. Desde hace tiempo quería que mi padre llegara, soñaba con verlo entrando por la puerta y que yo lo recibía lanzándome en sus brazos. Pero ahora que lo he visto, noté algo que cambió completamente mi mundo. Mi padre estaba completamente arreglado como si no pasara absolutamente nada, como si se hubiese ido ayer. Y la manera con la que me miró... eso fue lo peor, me miró arrepentido, como si hubiera hecho algo imperdonable.