No quiero perderte

La promesa

Me siento en la parte trasera del auto llorando cada vez peor, sintiendo un nudo en la garganta que solo sentí cuando creí que mi hermano estaba muerto. Una sensación de vacío mesclada con desesperanza.

Rebeca se sienta a mi lado mientras intenta consolarme de la mejor manera que puede, y se lo agradezco, no sé cómo estaría sin su consuelo. Mi hermano empieza a conducir con una rapidez que me pone los nervios de punta.

—Julian, bájale a la velocidad un poco —susurra Rebeca mientras posa una mano en el hombro de mi hermano y le da unos tiernos toquecitos.

Estar en Bee solo empeora las cosas. Siento que no voy a poder con tanto estrés que estoy sintiendo, se llevaron a Adam, ellos lo tienen y no sé que le deben estar haciendo mientras que mi padre está en el hospital a punto de morir.

Pensar en todo esto hace que vuelva a romperme en mil pedazos y lloro mientras sollozo como nunca lo he hecho.

—Todo estará bien —Rebeca me rodea con sus brazos—. Tu padre mejorará, estoy segura de ello.

—A-dam —vuelvo a sollozar con fuerza, no puedo ni siquiera realizar una frase.

—Iremos por él, te lo prometo —mi mirada se posa inmediatamente en mi hermano el cual habla con la voz cargada de odio y tristeza—. Apenas papá salga de peligro iré por él. Te prometo que te lo traeré de vuelta —le creo, confío en cada una de sus palabras sin dudar, pero eso solo hace que aumente mi preocupación, puede pasarle algo a mi hermano mientras va por Adam y es lo que menos quiero ahora.

A medida que nos acercamos al hospital me voy calmando poco a poco. Sé que no me dejaran entrar si llego con los nervios de punta.

—Por mi culpa papá esta herido —pienso en voz alta. Y es verdad, si yo no hubiese corrido tras Adam, ese hombre no hubiera alzado su arma, papá no me hubiese empujado y no estaría herido.

—Estarías muerta tú, lo cual solo sería peor... —empieza a hablar cada vez más bajo—. Todos nosotros moriríamos de tristeza si te hubiese pasado algo, incluso papá.

—Pero papá ahora morirá por mi culpa —no puedo hablar con calma, mi voz solo sale distorsionada por mis lágrimas, representando como se siente mi corazon en estos momentos.

—No ha muerto —aclara—. Y no morirá.

✽ ✽ ✽

Cuando llegamos al hospital mi hermano se dirige a la recepción, dice el nombre de mi padre y le da ciertos datos. Nos dice que tenemos que ir al cuarto piso del hospital y preguntar en la recepción de ese piso, el cual es especializado en cuidados intensivos. Subimos en el ascensor lo cual me parece la peor de las torturas, mis ansias están que me matan. Al abrirse las puertas yo salgo corriendo como loca y me dirijo a la recepción, tras dar los datos de mi padre la chica se pone a teclear con una paciencia que me descontrola los nervios.