//TERMINADO//
Lena y Adam son mejores amigos desde que nacieron, pero un día Adam se aleja para regresar irreconocible.
Pronto, Lena se verá envuelta en una serie de mentiras y de secretos por parte de todos los que la rodean. Pero cuando intenta de...
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No pude dormir en toda la noche. Después de que Rita me trajera algo para comer intenté conciliar el sueño, o al menos cerrar los ojos. Pero después de varias horas me rendí. Desde entonces solo he mirado el techo y he puesto mis pensamientos en marcha. Llegué a la conclusión de que Adam tiene razón. Sebastian esperaba justo la reacción que tomé, quería que sufriera y que terminara odiando a mi hermano y a Adam, pero no lo consiguió así que debe estar verdaderamente decepcionado.
La luz entra por las cortinas indicándome que es de día y que no hay nada que lo evite, es como si me obligara a levantarme. Pero no quiero. No siento ganas de moverme si quiera de donde estoy, y aunque mis ojos arden por la desvelada no quiero cerrarlos. Hace como tres horas se me acabaron las lágrimas, porque claro, mi mente ha estado torturándome con imágenes una y otra vez de los sucesos recientes, iniciando desde la pelea con Adam.
—Lena... —escucho el ruido de la puerta abrirse y la voz de mi madre, pero me quedo inmóvil.
Después de unos minutos de silencio siento un nuevo peso en la cama y me doy el lujo de voltear la cabeza para observar a mi madre. Ella tiene una sonrisa triste y sus ojos me indican que no fui la única en pasar mala noche.
—Sé que ayer fui muy dura contigo —volteo mi cabeza y nuevamente me quedo mirando el techo—. Mira, las cosas se han complicado de maneras que yo jamás esperaba. Yo solo quiero proteger a mis hijos y alejarlos de lo que creo que les hace daño...
Silencio, sigo sin darle respuesta. No tengo ganas para hablar y tampoco tengo nada que decir. En parte mi madre también ha sufrido, ha perdido a su esposo, su hijo es culpable de un asesinato y su hija... bueno está preocupada de que su hija vuelva a caer en una depresión. Sin embargo, ayer solo pensaba en ella, no se dio el tiempo de escucharme y saber mis razones, tristemente nadie lo hace. Intento entender las razones de todos, pero ellos no hacen ni un mínimo esfuerzo para entender las mías.
—Hija... —continua en un hilo de voz—. Creo que tu más que nadie sabe que ese muchacho ya no es el mismo que vi crecer. Su madre ha enloquecido, hasta yo misma hablé con ella antes de su boda, pero no quiso hacerme caso, no pensó ni un instante en su hijo.
Volteo bruscamente y levanto el respaldo de la cama. No puedo creer lo que acabo de escuchar, parpadeo varias veces para asegurarme de que no estoy alucinando.
— ¿Tu sabías?
—Todos lo sabíamos, Julian nos hizo involucrarnos en todo este asunto, aunque esa no fuera su intención. Un día vi al muchachito con Sebastian y me preocupé, fui a decirle a su madre y me dijo lo de su compromiso... Le advertí, no me escuchó. Luego, el día antes de su boda la llamé, le volví a explicar, pero tampoco quiso escuchar.
— ¿Por qué no me dijiste desde antes mamá? ¿Por qué no me contaste lo que pasaba? —mi voz suena tan cansada, no puedo si quiera pelear. Es como si mi batería se hubiera gastado.