Lindo gatito... por favor, no me comas

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¿Cómo escapé de explotar uno de los templos más antiguos del país, una manada de zombies hambrientos de carne humana y la voz del mismito Lucifer en mi cabeza sin ser encerrado en prisión o un manicomio? Por dos razones: 1) no hay hospitales psiquiátricos cerca; 2) no esperé a que la policía llegara a atender mis heridas y huí de la escena lo antes posible.

No recordaba muy bien donde estaba el hotel pero terminé entrando en él y tome un baño de 1 hora intentando tranquilizarme para aclarar mis ideas.

Un mercader fantasma me dice que puedo ver-más-allá-de-las-cosas y desaparece; un extraño se hace pasar por mi pariente y crea un tornado para probarme; un demonio regresa a la vida a los insurgentes de hace 200 años porque resulta que soy peligroso... lo peor es que parecía tener sentido de algún modo. Todo este desastre debía tener un motivo, un sentido real. Pero mi mente no concibe lo que mi interior me decía.

Cuando mi escuela volvió ya había salido de la ducha, preguntaron por mí y me excusé con que estaba enfermo del estómago. De todas formas no me creyeron y lo dejaron pasar, me pusieron al tanto del paseo y que volvieron porque escucharon que el templo del inicio del tour se había incendiado. Fingí sorpresa, aunque aún estaba en estado de shock, y el resto del día nos la pasamos dentro del hotel.

Los 2 últimos días fueron lo más alejado a un aburrido y tranquilo Paseo de Generación que habría esperado, en más de una ocasión estuve a punto de morir y las cosas se ponían cada vez más intensas. Mi única oportunidad de salvar este viaje con una buena actitud era llegar a la capital y volverme loco, en el buen sentido, para cuando entráramos a Six Flags México.

Después de una noche de lindos sueños de estar dentro de The Walking Dead, matando criaturas de ultratumba con una metralleta y una planta de jardín, tuve la dicha de levantarme con esperanzas de participar de una excursión sin monstruos, dioses o animales mágicos. Solo eso quería. Y no lo tuve.

Tardamos muchísimo en abordar los camiones porque todavía había gente con cruda del tiempo libre de ayer, pero salimos para medio día de Dolores rumbo a lo que antes era conocido como D. F., hasta nuestro "guapo", "bondadoso" y, sobre todo, "brillante" presidente decidió cambiarlo a Ciudad de México. Fue un viaje tranquilo y deseado por todos para ahorrar baterías. Un día en el mejor parque de diversiones del país quita mucha energía, además de plata.

Si nos sorprendimos por ver edificios grandes en Jalisco, aquí tuvimos un paro cardiaco al ver torres de comunicación y empresas que superaban la altura de las nubes. Pasamos 20 Starbucks, como por 300 Oxxo y alcanzamos a ver a lo lejos el Estadio Azteca. Tardamos más en llegar al hotel desde que entramos que en la carretera y eso que las calles parecían ser autopistas de Formula 1. Escuchamos cientos de cláxones diferentes y un lenguaje "tan florido" que tienen en el centro del país, hasta vi gente en sus asientos tomando apuntes por primera vez en la Prepa para no olvidar nada de lo oído allí.

Todos estábamos ansiosos de salir rumbo al parque, pero los maestros tenían su propio plan:

-Escuchen, jóvenes.- dijo el Hermano- No nos detendremos a ir al parque de diversiones como primera estación...

Inserten aquí una oleada de abucheos:

-Buuu, buuuu, fuera.

-¡Bájese!

-¡Si para eso vinimos!

Hasta que los alumnos callaron un poco, siguió con las indicaciones.

-Ya sé, ya sé. Les gusta la adrenalina, quieren ir a tomarse fotos y subirse a los juegos. Pero esto es un Viaje de Estudios y nuestro itinerario se verá modificado ligeramente, en vez de asistir a Six Flags el día de hoy iremos a una visita guiada a las ruinas del Templo Mayor de la antigua Tenochtitlán*.

Dany Hdz. y la Muerte del 5° SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora