Lo siento, no hay cabras en el menú

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Ya que Cuau estaba necio de no saber cómo utilizar un machete igual al mío, me tomé la libertad de escoger el nuevo-arsenal-para sobrevivir-a-una-invasión-masiva-de-brujos-come-hombres.

Por suerte recordé el día en que lo conocí y la razón por la que no quería meterme en líos con él en primer lugar. La forma en la que manejaba el hacha realmente me asustó. Entonces usó una herramienta de obsidiana para una sola mano, ahora podía usar ambos brazos y cortar cabezas. Literalmente.

- ¿Ves esta parte de aquí? Se llama acero y es terriblemente filoso, puede incluso cortar el aire respiras.

- ¿De verdad puedo hacer eso?

-No, ahora mueve esa cosa como lo hiciste en tu casa.

Supongo que le costó recordar un momento específico, pero tomando el hacha entre ambas manos empezó a darle vueltas como un bastón de porrista. Lo balanceó por sus brazos, comprobando el peso de la madera y sintiendo el "wuuuush que hace el filo al clavarlo sobre una mesa.

-Es un poco pesado. Pero puedo manejarlo- desatascó la punta de la mesa y se acercó a mí- Ahora hay que buscar a Mica y darle algo que pueda usar. Esos nahuales se quedaron con su cuchillo, podría estar en problemas.

-Francamente podría irme a tomar una taza de té y regresar sólo para ver en cuántas partes fueron partidos esos sujetos... Pero supongo que tienes razón. ¡Fuga!

Salimos de la jardinería de Home Depot y pasamos de nuevo frente a las cajas registradoras, esperando que el coyote hiciera su reaparición. No hubo aullidos esta vez. Busqué arriba al hombre búho, a lo mejor se juntó con el hombre polilla a asustar campesinos en Chihuahua.

Lo que sí nos encontramos fue al pollo con tenis siendo degollado lentamente por mi linda esposa. Me sentí mal por pensar que se parecía a la mascota para KFC, pero en vez de overol rojo era un charco de sangre el que cubría sus plumas blancas.

Si vomitaba ahora, iba a perder la poca proteína que me quedaba en el estómago. Entonces me lo volví a tragar.

-Mica... ¿Estás...?

- ¿Viva? Sí, gracias por preocuparte.

-Iba a decir loca, pero eso también me impresiona.

Estaba listo para asumir las consecuencias de un mal chiste, pero no de que ella estuviera preparada para ello.

No fue hasta que me enseñó un cuchillo curveado empapado de sangre de galli-mago que me di cuenta de que debió usarlo algo afilado para terminar con él.

- ¿Es en serio? ¿Elegiste un signo de interrogación como arma?

- ¿Qué?, también es un machete -lo levantó sobre su cabeza y contempló la sangre del hechicero resbalarse por su hoja-. Lo encontré en la sección de herramientas de construcción del pasillo doce. Me recuerda a la hoz que lleva la Santa Muerte... Es aterrador, inspirará el miedo a quien lo vea.

-Un bastón de caramelo navideño no asusta a nadie, ya cámbialo.

-Luego pueden tomarse el tiempo para discutirlo -dijo Cuau, metiéndose en medio de nosotros como de costumbre-. Todavía hay otras tres creaturas de las que debemos encargarnos.

-Apartado el lagarto que se robó mis cosas.

-Yo también te quería encontrar a ti, plebón.

Miré por detrás de Mica y el hombre-cachora sostenía mi macuahuitl con su cola, mientras estaba haciendo lagartijas.

No en el mal sentido. O sea... Parece que hace ejercicio, pero se supone que así lo hacen los de su especie... ¡Nononononoo! Dejen de mal pensar lo que les... Ya olvídenlo, viene para acá.

Dany Hdz. y la Muerte del 5° SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora