¿Qué es más difícil que no comer ni beber en tres días? No ir al baño en tres días.
Les juro que me alegré de que el inframundo pudiera modificarse de acuerdo a la prueba que estábamos intentando superar.
Las montañas nos guiaron hacia una especie de bosque sombrío de los que salían en el programa de Scooby-Doh. Los árboles tenían la madera gris y las hojas eran tan oscuras como lo que acabo de desechar junto a sus raíces. No tengo idea de cómo se sostienen estas plantas convida, si es que no son los fantasmas de los árboles que fueron cortados. Eso sería creepy.
Cuando terminé de vaciar mis intestinos con lo que me quedaba de combustible, me reuní con los demás (que acababan de hacer lo mismo).
-Dos niveles más, amigos -les dije-. Solo eso nos falta para acabar con esto.
-Por el amor a los dioses, no puedo esperar a que termine- comentó Cuau, subiéndose su pantalón roto de Campeón.
-Todavía nos queda pensar cómo convencer a Mictlantecuhtli de que no desate la ira de los dioses para devorar a la humanidad. No tenemos nada para sobornarlo- comentó Mica muy acertadamente.
-Supongo que tendrá que ser como en la vieja escuela- los demás esperaron a que completara la frase-. Le pongo el machete en el cuello y lo amenazo con prenderle fuego.
Ninguno de los dos objetó con mi idea.
-Es increíble cómo solucionamos las cosas de esa manera- dijo Mica al tallar lo que quedaba de falda.
-Lo sé. Lo peor es que ya me acostumbré- dijo mi amigo con lo pantaloncillos puestos.
Una vez teniendo un plan, era la hora de seguir adelante. ¿Por dónde? Quizás por lo que resalta de este pequeño bosque escalofriante.
Un río se asoma entre los troncos grises. Ahora, ¿qué tiene de espacial este rio? No era negro como el primero, sino azul. ¿Cómo en las caricaturas, coloreado con Crayola? Nel. Este azul es turquesa, luminoso y lleno de escenas de películas siendo reproducidas sobre la superficie del agua.
Nos acercamos a la orilla de la corriente, viendo cómo ni el inicio ni el final del río se veían a lo lejos. Parecía salir de la nada y desaparecer de la misma forma a un kilómetro de extensión. Es como si flotara sigilosamente para llenar un canal fantasmagórico.
Al principio se me hizo muy raro el que no viera mi reflejo en el agua cristalina, y más aún que viera el de otra persona. Era como verse en un espejo distorsionado. Reflejaba mis movimientos, pero tenía enfrente el rostro de una mujer de varios años. Arrugada de la cara y los cabellos plateados, una que otra verruga cerca de las cejas y dentadura postiza resbalándose de su boca.
Tuve la tentación de tocar la superficie del agua, ya sea para ver qué sucedía con la imagen de la anciana o si podía beber algo después de tanto tiempo en ayunas. Pero Cuau detuvo mi mano a milímetros de la superficie.
-Si tocas eso, entonces olvidarás por qué viniste, en dónde estamos y hasta tu nombre.
-Entonces, este es...
-Lo es -dijo Mica, agachándose para ver el rio más de cerca-. Sin duda, es el Apanohualoyan, el río del olvido, el último nivel del Mictlán antes de llegar al Chiconahualoyan, la tierra de la niebla.
-Iba a decir que era el Oblivion*, pero supongo que ese es otro cuento.
Mica asintió.
-Los muertos que llegan aquí cruzan a través de estas aguas para dejar sus recuerdos del pasado, olvidándolo todo. Experiencias, lugares, familia... -esa última parte debió dolerle, supongo que vino a su mente la idea de que el alma de su madre no podría reconocerla.
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Dany Hdz. y la Muerte del 5° Sol
Teen FictionDany está a solo un semestre de terminar la Preparatoria y sería un enorme éxito que logrará enorgullecer a su madre, mujer que lo crió sola, terminarla sin tantos problemas como suele tener él... PERO UNA HISTORIA ASÍ SERIA MUY ABURRIDA. Cuand...