¡OBJECIÓN! Mi abogado quiere seducirme

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-¡Váyanse al Mictlan! ¡Todos ustedes! ¡No saben en lo que se meten, les saldrá muy caro! ¡Mi padre se enterará de esto!

Mica tenía unas 6 horas gritando a todos los presentes en la estación de policía desde que nos arrestaron. No sé en cuál de todas en la ciudad me encontraba, pues me la pasé con los efectos de la Carne de los Dioses por mucho más tiempo del que pensé.

Apenas cabíamos los tres dentro de la celda. Era pequeña, rodeada de barrotes y con una banca lo suficientemente pequeña para que quepa la mitad de tu trasero. La cabeza todavía me daba vueltas. Como no podía separarme del piso, Cuau me volteaba la cabeza a otro lado cuando estaba a punto de vomitar. Ya que el poder ejecutivo de México no es muy eficiente desde... nunca, no tuve que pensar mucho para saber que estaríamos allí un largo rato.

-Cuau...

-¿Qué pasó? ¿Te sientes mal otra vez?

-Bájale el volumen a los gritos de Mica... me duele la cabeza...

El princi... mejor dicho... la princesa me escuchó y soltó los barrotes para darse la vuelta hacia nosotros.

-Oooooooh, perdóooooooneme, señor Campeón honoríiiiiiifico. Espero que mis quejas no hayan perturbado su viaje astraaaal a la tierra de los dioses... Como si me importara.

-Cuau... dile que no creí que tu actitud pudiera empeorar y me equivoqué.

-Shh... Dany... no creo que deba...

-Campeón Águila Cuauhtémoc, respóndale que mis gritos son más útiles que lo que él ha hecho hasta ahora.

-Ah... Dany, Micatzin dice que...

-Cuau, échale un balde de agua caliente al "Principito" pues me caía mejor de hombre.

-Micatzin, él quiso decirle que...

-Campeón Águila Cuauhtémoc, dígale a este chichimeca que nunca fui hombre y que ya debió haberse dado cuenta.

-Cuau, dile a esta trasvertí que...

-¡Ya almenase ustedes dos! Tal vez no sea un noble o una persona muy educada, pero sé cuándo se tienen que acabar estas odiosas indirectas- ambos nos callamos-. Bien... no me importa si Micatzin resultó ser una doncella o no, sigue siendo la heredera al trono de Tenochtitlán y debe ser respetada como tal. ¿Cuali?

-Sí, mamá...

-También debería disculparse usted, majestad.

-Ayya... ¿por qué?

-Nos mintió a ambos. No sé desde cuándo pretende esta fachada ni las razones para ello, pero si vamos en esta misión necesitamos confiar unos en los otros.

No parecía estar muy contenta. Tardó un par de segundos en arreglar su garganta. Llevó una mano a su cuello e intentó volver sonar como hombre.

-Bien... que así sjea... -sonaba ronca y afónica, tardará en volver a la normalidad después de tanto gritar.

El primer momento de paz y silencio fue cómodo. Ayudó a acomodar las cosas en mi cabeza y alcancé levantarme por mi cuenta, pero la pared en la que me apoyaba no había sido pintada en años y estaba muy fría. No tengo la ropa suficiente para sentirme abrigado. Ninguno de nosotros lo está.

-Okey. Sé que la misión fue un fracaso, que estamos en prisión y con mucho frío... pero tenemos que armar un plan para que nos saquen de aquí. Mi madre me matará si se entera que tengo un historial criminal que me impida entrar en la universidad.

Dany Hdz. y la Muerte del 5° SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora