Mi primera lección de manejo, nunca imaginé ser el instructor

8 1 0
                                    

El cambio de ropa tuvo sus ventajas. Compramos 3 cambios con solo una semilla y nos terminaron dando bastante cambio. Dinero real. Y mucho.

Ahora pudimos comprar algo de comer para el viaje, hasta eso que nos sobró tras llenar las mochilas barritas de cereal, botellas de agua y manzanas. No podíamos abusar del picadillo curativo. Aunque, sabiendo de dónde venía, tampoco se me antojaba volver a probarla.

Tuvimos tiempo para dormir en la estación camionera donde compramos los boletos. Como había bastantes viajeros esperando su transporte dentro de la sala de espera, pasamos la madrugada como cualquier otro grupo de turistas. Algunos traían sus sleeping tendidos sobre el suelo, mientras que nosotros, para no cargar con tanto, conseguimos un edredón azul con un león dibujado.

Mexicano que se respete, no puede faltarle una de esas en casa.

Gruesa, afelpada, calientita... pero un poco chica para 3 adolescentes. Y más cuando recién salieron de un incendio.

-¿Importa si salgo un rato?

-¿Te abochorna estar tan cerca de mí?

-He estado más cerca con... ¡Auh! ¡Basta! ¡Es broma, lo juro!

-Más te vale.

Cuau tosió.

-Lamento su primera discusión marital, pero no creo conveniente que te vayas Dany. Faltan casi una hora para que pasen por nosotros.

-Pero siempre hay tiempo para ir al baño, ¿no es así?

Mica hizo un gesto de asco y me sacó de nuestra colcha de una patada.

Al principio pensé ir al que estaba dentro del lugar, pero me entró lo tacaño y preferí ahorrarme los $5 al salir a la calle a orinar. Tampoco estuve solo allí. Había un tipo, se veía un poco borracho, sosteniéndose de la pared para no caer mientras hacía lo propio. Yo, como caballero, hice lo mío volteando fija, directa y ÚNICAMENTE a la pared.

No tardé mucho. Abroché mi pantalón de mezclilla nuevo, sacudí mis tenis para quitarme las últimas cenizas sospechosas y cerré chamarra gris. Esta camiseta de Gatorade naranja no es algo para presumir.

Me sentía feliz de sentirme un chico de este siglo de nuevo, con problemas de primer mundo:

 -> Que la batería de mi teléfono no llegue a 0%

 -> Cuidar mi imagen frente a las chicas

 -> Postear en Facebook las idioteces que hago

Claro que no hago ninguna de esas cosas ahorita, pero ya saben a lo que me refiero.

Afuera no está tan oscuro como esperaba. El sol todavía está oculto, pero deja ver el cielo más azul que negro y puedo ver como el rocío humedece las plantas que salen entre las grietas del pavimento.

La brisa sopla y, por primera vez, disfruto el aire fresco del clima invernal. Sopló un poco fuerte. Al menos lo suficiente para levantar algo de polvo y hacerlo girar alrededor de un circulo invisible.

-Los torbellinos de tierra son un excelente medio de transporte si me lo preguntas.

El sujeto de la pared terminaba de arreglarse con una cuerda amarrada al pantalón maltratado. Su camisa estaba realmente sudada y parecía no conocer los rastrillos, pues le veía tan peludo que no necesita suéter para calentarse.

-Ligeros, felices... Eso sí, vas a donde ellos quieren.

-Suena como el peor Uber del mundo- le seguí el rollo, no tengo prisa de volver adentro.

Dany Hdz. y la Muerte del 5° SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora