Reuniones familiares, nunca fueron mi fuerte

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Lo último que esperas después de 4 días en el infierno (literalmente) es un viaje sin costo a HOLLYWOOD, pero aquí estamos. A los pies de las letras gigantes de la ciudad más glamurosa del mundo y sin pasaportes o idea de cómo regresar a México.

Ya era de día. Por las palabras del dios del que acabo de escapar, calculo que son como las 10 a.m. y escucho desde la colina el sonido del tráfico allá abajo.

Los cláxones sonando, algunas explosiones de los sets de grabación, música de todos los géneros alcanzar a llegar a estas alturas. Y yo que creía que CDMX era escandalosa.

-Tal vez podamos entregarnos -dijo Mica, un poco asombrada por la vista-. Migración podría ayudarnos a conseguir comida y volver a México.

No había pensado en comida desde hace 4 días y empezar a pensar en ella no me ayudó en nada a olvidarme del hambre.

-No sé. Eso de ser deportado no quedaría bien en mi registro -respondí, pateando una piedra desde el acantilado-. Mamá me matará si no entro a la universidad.

- La mía me matará cuando vea lo que le pasó a mi uniforme-dijo Cuau, viendo lo destrozado que quedó su amado traje de Campeón-. No puedo creer que la primera vez que salgo de casa sea también la primera vez que salgo del país.

-Lo lamento -dijo Xólotl por vigésima vez-, solamente pensé en una forma de sacarnos del inframundo sin que los Señores de la Muerte pudieran impedírnoslo.

El tema de lo que pasó bajo tierra había quedado pendiente.

Si Mictlantecuhtli no era el culpable de las luces boreales ni de la amenaza de muerte en Hidalgo o de mi visión en Teotihuacán, ¿entonces quién lo era?

Hemos viajado por dos semanas pensando que al verlo frente a frente acabaría nuestra misión. Pero estamos más lejos que nunca para saberlo.

Bueno... mejor vivos que muertos. Por ahora.

- Xólotl, ¿puedes llevarnos de regreso a Ciudad de México por otra sombra?

El xoloitzcuintle negó con la cabeza.

-No si no quieren volver a correr por sus vidas. Además... -bostezó, sacando su larga lengua por su hocico-, vengo de acompañar al Sol toda la noche... Estoy muerto de cansancio...

Se recostó sobre sus cuatro patas y empezó a roncar como si su vida dependiera de ello.

-Bueno... eso nos deja con uno menos.

-Dany -dijo Mica muy apresurada-. Los Cinco Días Muertos empezarán pasado mañana. Tenemos que volver a Tenochtitlán para... advertirles a todos.

Tiene razón. Fracasamos. Lo mejor que podemos hacer es buscar una forma de volver lo antes posible.

-Las semillas -dije, esperando tener buena suerte-. Revisen sus bolsillos, a ver si todavía tenemos una.

A Mica le quedaba una falda a centímetros de ser un pañuelo, así que nos esperó a Cuau o yo sacáramos algo de entre nuestros uniformes.

Mi amigo tuvo que quitarse su traje para darse cuenta de que no tenía bolsillos y, por desgracia, yo tampoco encontré algo dentro del mío.

-Entonces estamos atascados en otro país, sin forma de evitar el fin de Único Mundo ni despedirnos de nuestras familias. Esto es desalentador...

Cuau sabe decir cosas en el momento oportuno. Y esa frase fue oportunamente deprimente.

Él no había visto su familia en casi dos semanas después de ser el soporte de ella. No me imagino lo mucho que ha de querer estar con ellos estos últimos días de vida. Incluso Mica, quien no parecía tener la mejor relación con su padre, se veía nostálgica.

Dany Hdz. y la Muerte del 5° SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora