Capitulo 27.

60.8K 2K 52
                                    

                                                            ~La cena~

Nos dirigíamos a casa de Mikaela, me pidió que me quedara con ella esa noche, aunque yo sabía que no era solo eso. Al llegar tome mi bolso el cual usaba en el pasado para ir al gimnasio. Llego un portero tomo las llaves y se fue a estacionar el auto. Entramos a la gran Pent-house de Mikaela. Eran enormes todos los muebles de mármol y las paredes blanco hueso, contrastando con el mármol. Los sillones eran blancos y de cuero, y en el salón había un piano. 

– ¿Lo tocas? –Le pregunte sorprendió. Ella rió y negó–

–Creo que es más para dar elegancia que para aprender a tocarlo. Intente pero soy un fracaso. –Me tomo de la mano y subimos las escaleras de metal en caracol, llegamos a un segundo piso donde habían muchas puertas. –Te quiero decir algo. Sé que aun no somos oficialmente novios, solo somos pareja pero ya sabes que no puedo aceptar las condiciones en las que viven tu y Destiny y me gustaría que se quedaran aquí, si no quieres tranquilo, tienes una segunda opción, te comprare un apartamento, una casa, se que esa te gusta menos que la primera pero míralo así, solo hay 2 opciones. –Me dijo tomando mis manos, ella me guio a una habitación, era violeta pálido, tenía un camarote en forma de castillo y un tobogán para bajar de la cama de arriba, había una alfombra en medio con forma de lago, en la pared había una calcomanía gigante de un caballero en un caballo, tenía un escritorio, un armario y una caja al parecer de juguetes aunque estaba vacía. Tenía una televisión en la pared, era pequeña pero no tanto para un cuarto de niña y en la pared opuesta al caballero había una "D" gigante.–Este vendría siendo el cuarto de Destiny.–Me sonrió, cerró la puerta y enfrente a esta había otra habitación, era aun mas grande, tenía una cama King, con una cobertura roja, las paredes eran blancas pero tenía detalle en rojo, lo cual hacían ver más sensual el cuarto, había una pequeña sala, dos sofás pequeños de cuero rojo una mesa en el centro blanca. Una de sus paredes estaba completamente cubierta por cortinas cuando las abrí me di cuenta que era todo un gran ventanal, era hermoso y en el techo una circunferencia de metro también era un gran ventanal, el cual estaba sobre la cama. Tenía un gran armario lo suficiente para abrir una pequeña tienda. Tenía una plasma de 50 pulgadas en la pared. Mire a Mikaela quien estaba sentada en la cama. Me sonreía –Y esta vendría siendo... nuestra habitación. –Dijo mordiendo se su labio– Creo que será mejor que te muestre toda la casa mañana, ahora solo quiero saber, ¿opción A o B? –Pregunto de una manera algo intimidante–

–A. –Dije lento y ronco, Mikaela estaba muy cerca mío, su cuerpo tenía contacto con el mío. Luego ella comenzó a besarme, tenía algo de necesidad, me besaba diferente, estaba excitada, lo sabía. Se separo de mí y me dio un largo camino de besos antes de terminar por mi cuello, me beso seguidamente dejando marcas y en eso iba desabrochando mi camisa, iba dejando un camino de marcas rojas, algunas mas moradas, no era doloroso, era placentero saber que estaba marcando territorio. Tome su vestido y lo fui bajando lentamente dejando ver un lancería de encaje rojo fuerte, era realmente excitante. Sus piernas, eran esplendidas, aunque ya la haya visto de esta manera, esta vez era más íntimo y privado, Deje una gran marca roja su cuello, de un tamaño inocultable, dejando saber que esta hermosura era toda mía. Sus muslos estaban atados a mi cadera en un segundo y ya nos encontrábamos en la gran cama, ella debajo de mí ella quitaba mi pantalón y yo la besaba con más necesidad. Nos necesitábamos, necesitábamos saber cuánto nos queríamos y cuanto nos necesitábamos y ese momento era ahora.

Papá Viudo |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora