Papá Viudo |HS|

Capitulo 37.

Una vez en casa pude ver el Cadillac de Harry en el garaje. Lo cual me extraño ya que eran las 6:30 hora que se suponía que Harry debía llegar siempre pero llegaba a la 1:30 de la madrugada. 

Deje las llaves en la mesa una vez entre a la casa y pude escuchar risas. Reconocía la de Harry y una mujer... ¿Cara? No lo sabía, lo suponía pero era obvio. Puse mi mejor cara, abrí dos botones de mi camisa dejando ver un poco de mi escote y saque más pecho aunque no era necesario, tenía unos voluptuosos pechos. Entre a la sala principal y los vi. Copas de vino en sus manos. Y ahí, la famosa Cara Delevinge de la que todos hablan. Y no era de esperarse que sus pechos fueran más pequeños que los míos. Yo he parido dos veces pero aun así los de ella lucían mejor, no estaban tan caídos por los años, pues era verdad, ella se veía una década más joven que yo. Tosí falsamente para que notaran mi presencia. Ambos volvieron a verme y Harry no parecía sorprendido.  

–Hola Mikaela–Me dijo la modelo. 

–Hola. –Le dije cortante– ¿Que te trajo tan temprano a casa?– Le dije sarcástica– 

–Christina me llamo y me dijo que la directora cito a alguno de los dos para una charla sobre el avance de los gemelos y yo fui... –Que escusa mas estúpida. 

– ¿Y porque ella no me dijo nada?–Le dije frunciendo mi ceño. El levanto los hombros 

–Apagaste el celular, ya te llame yo. –Me dijo restando le importancia... si, se me había descargado– 

– ¿Y qué hace ella aquí? –Pregunte cortante– 

–Uno, ¿qué te importa? Dos, es mi casa también, puedo meter a quien yo quiera. Tres, cálmate Mikaela, porque no te está molestando. –Me dijo con una mirada de fastidio 

–Tranquilo Harry, ya me voy. No quiero molestar a nadie. –Dijo la estúpida y patética de Cara. Con su voz "angelical" y esos ojos de color. Lo soborna y por la mirada de Harry, lo había logrado 

–No Cara, tranquila, podemos ir a un café. Vamos. –Le dijo a ella. Ella asintió. –No sé a qué hora llegare. Pero cuando llegue quiero hablar contigo sobre la conducta de Christina. –Dicho eso salió de la casa. Sin despedirse. Tampoco es como si me saludo. No lo había hecho. El odio, me aleja de mi marido. Lo odio, me está haciendo la vida un infierno, arruina mi familia, e influye en la conducta de mi hija. Conecte mi celular para que se cargara mientras me sentaba en el sofá donde había estado el esbelto y bien formado trasero de Cara.

¡Maldición! Eso me mataba de la envidia.

Sentí mi celular vibrar. Era una llamada de Holly. 

–Mikaela, te tengo buenas. –Me dijo alterada– 

–Yo te traigo malas. –Le dije desanimada– 

–Cuéntame las tuyas primero. 

–Ambos estaban hace unos segundos aquí en casa, y le vi la cara de… -Trate de buscar la palabra pero al no poder suspire frustrada y levante su mano restándole atención al asunto aun sabiendo de que no podía verme.- El punto es que ya sé cómo va la situación…Tengo ganas de darles una paliza a ambos.