Papá Viudo |HS|

Capitulo 28.

                                                           ~Noticias~

Suspiraba mientras admiraba el bellísimo rostro que había poseído la noche anterior de todas las maneras posibles. Sus labios estaban entre abierto y la cubría la sabana con la cual se tapaba, aunque no había nada que ocultar. De un momento a otro sus ojos verdes se abrieron–Aunque eran más un café avellana que se tornaban verdes con el sol–, los había visto verdes el primer día que la conocí así que era mejor, se quedaría con ojos verdes. Me sonrió y luego me beso.

–Buenos días amor. –Le dije–

–Buenos días Hazza, ¿como la pasaste anoche? –Me dijo mas en un tono de preocupación que de burla o picardía. Seguro creería que la pase mal y huiría.

–¡Excelente! La mejor noche. ¿Mikaela, puedo pedirte algo? –Le pregunte mirando sus ojos y acariciando su mejilla. Ella asintió con los ojos cerrados– ¿Quieres ser mi novia? –Pregunte, ella abrió los ojos y sonrió–

–Creí que después de lo de anoche ya éramos oficialmente novios. –Reí ante su comentario.–Vamos a desayunar. –Tome mis boxers y me los puse, luego me puse mi jeans, Mikaela tomo mi camisa y se la abrocho. Le quedaban solo unos centímetros después de la rodilla. Bajamos tomados de la mano y nos sentamos en desayunador, una señora nos dio los buenos días y nos tendió el desayuno, era una ensalada de fruta, tostadas con omelete y jugo de naranja o café. Desayunamos conversando sobre cuando nos mudaríamos, Mikaela_ dijo que cualquier día, me dio un juego de llaves de la casa aunque no era tan necesario según ella, siempre había alguien en la Pent-house. Luego de un hermoso desayuno con mi bellísima novia. Nos dimos una ducha y a ya saben, esa escusa del "ahorro del agua"... como sea, volvió a pasar ahí, hicimos el amor en la tina de nuestro baño. Nos vestimos, me puse un pantalón corto terracota y una camisa negra con cuello "V". Mikaela llevaba unos leggins rojos y una blusa de mangas largas blanca. Iríamos a recoger a Destiny y darle la noticia de la mudanza. Subimos al Audi y arrancamos al apartamento de Gemma. Nos bajamos tomados de la mano. Tocamos la puerta Un chico, de ojos marrones y cabello castaño algo alborotado nos abrió la puerta y nos sonrió.

–Soy Ashton, el novio de Gemma. –Dijo estirando la mano, Mikaela la tomo rápidamente, se veía estupefacta. Sus ojos estaban abiertos a más no poder y su quijada por el suelo. Bien, ¿era posible que una chica no supiera actuar ni siquiera enfrente  de su pareja?

–Hola… –Dijo a duras penas. –Yo soy Mikaela y el es Harry.... –pauso y me sonrió– mi novio. –Parecía estar orgullosa de ello–

–Así que tu eres Harry, Gemma habla mucho de su hermanillo sabes? –Dijo algo burlón–

–Mentira –reafirmaron por detrás de Ashton. Gemma quien tomaba a Destiny de la mano y tenía su bolso en otro– Como están tortolos, huelen a sexo ¿saben? No se puede ocultar. Aquí está todo lo de Destiny, ya esta bañada y desayunada, esta algo cansada así que no hay necesidad de tratar de dormirla. –Dijo avergonzándonos. Podíamos oler a sexo, pero estamos más frescos que otros días. Mikaela abrazo a Gemma y le agradeció por cuidar a Destiny. Me despedí de ambos y luego bajamos al auto, puse a Destiny en su silla y luego me subí de piloto.

–Des, hay algo que papi y yo queremos decirte. –Dijo Mikaela rompiendo el silencio.–

–¿Que es Mickey? –Le dijo utilizando su apodo–

–Nos iremos a vivir todos juntos a mi casa! –Dijo con un tono de emoción falsa– ¿Que te parece la idea cariño? –Destiny, gritaba, aplaudía y saltaba en su sillita. Reímos ante su respuesta. Íbamos a casa por una maleta con ropa. Mikaela dijo que se encargaría de que uno de sus trabajadores de bienes raíces nos vendieran  los artículos y electrodomésticos así recuperaríamos lo perdido. Mikaela se puso de piloto y nos dijo que nos esperaría en el auto. Subimos tome una maleta pequeña para la ropa de Destiny, una para mi ropa, una mochila con los juguetes de Destiny, otra maleta con nuestros artículos personales, una bolsa con zapatos de ambos y luego bajamos, pusimos todo entre la cajuela y los asientos traseros Mikaela arranco a lo que ahora era nuestro pent-house, nuestra casa, nuestro hogar.