ACCIDENTE

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Peridot pasó por encima de las barandillas que estaban del lado contrario a la pared de las escaleras, cae en las escaleras del segundo piso y queda inmobil.

Lapis trató de no entrar en pánico, sabía lo que había hecho, pero no perdía la esperanza de que no hubiese pasado a mayores. Bajó con cuidado las escaleras y se acercó a la rubia. No estaba respirando, el charco de sangre se estaba acrecentando, pero la calma de lapis se fue en cuanto vio una pequeña punta plateada asomarse por la piel del cuello de Peridot.

–¡oh no!–dijo lapis con poca voz.–¡No, no, no, no!

Lapis sabía que era su culpa, ella había empujado a Peridot y esto fue lo que se provocó.

¿ir o no con alguien a pedir ayuda? Esa era la cuestión. Si no decía nada se vería aún más implicada en la situación, sería sospechoso que ella llegara como si nada con los demás y de repente se encuentran el cuerpo de la otra chica ahí, Steven sabía que Peridot estaba con Lapis también sospecharía. Pero si decía algo claramente la culparían a ella.

Pero tenía que hacer algo rápido, antes de que alguien pasara y la delatara de inmediato.

Mejor era hacerlo pasar como accidental. Ella "no sabía" lo que había pasado, hace un rato habló con ella y al parecer "el amor había florecido" eran novias hace unos cuantos minutos y de repente... no supo más.

Lapis salió corriendo de la escena tan espantosa, estaba llorando (más por nervios que por tristeza) y se dirigió rápidamente con Steven.

–¡Steven!–decía con dificultad por las lágrimas y por haber corrido.–¡Steven!

–¡lapis!–dijo el chico yendo con ella.–¿¡que pasó?! Deberías estar feliz. ¿¡que te hizo Peridot?!

–Nada! ¡Pero ella está mal! Muy mal.

–¿que pasó?!

–había hablado con Peridot, me dijo que si quería andar con ella y yo le dije que si. Entonces... entonces...fui solo un rato a ver si la cafetería estaba abierta y...y...–empezó a llorar desconsoladamente.– ¡Steven busquemos ayuda!

–de acuerdo! ¡busquemos algún profesor!

–llama una ambulancia!

–¿¡por que?! ¡lapis! ¿¡que le pasó a Peridot?!

–¡Se a caído de las escaleras!

Steven quedó en shock pero reaccionó rápidamente sacando su celular y marcando a emergencias mientras ambos corrían directo a las instalaciones del colegio.

Varios alumnos habían notado el escándalo que ambos chicos platicaban, el rumor se esparció más rápido que el polvo y rápidamente todos los alumnos dejaron las gradas para ir a ver le chisme.

Lapis y Steven buscaban desesperadamente a un profesor, Steven ya había hablado a la ambulancia, no tardarían en llegar. Finalmente se encontraron con una profesora.

–¡profesora Garnet, profesora Garnet!–decían los chicos apresurados y cansados de tanto correr.–¡es una emergencia.!

–¿ahora que sucede?

–en el edificio 3...una...

–ya voy para allá.

Todos se dirigieron al edificio, donde ya el tumulto de alumnos tapizaba las escaleras.

–¡abran paso!–decía la profesora Garnet mientras pasaba entre los alumnos.–¡todos vayanse a sus casas!

Lapis y Steven iban detrás de la profesora.

Las escaleras para acceder al segundo piso ya se encontraba con una valla de profesores para evitar y controlar a los alumnos.

Garnet pasó la valla, pero steven y lapis no.

Los profesores repetían una y otra vez que los alumnos se retiraran a sus casas, muy pocos seguían las órdenes.

–¡Todos retirense a sus casas! Se suspenden clases hasta nuevo aviso.–dijo la directora Diamante azul.–¡Todos directo a casa!

En esta ocasión todos por fin empezaron a irse. La escuela ya estaba vacía a excepción de los profesores y los dos alumnos más interesados en el asunto.

–ya oyeron, a casa!–regañó la profesora sugalite a Steven y lapis.– ya vayanse!

–somos amigos de la implicada!–recriminó Steven.

–Steven, por favor.–dijo Garnet.

–está bien.–dijo no muy convencido.–vamos lapis.

–ella se queda.–dijo la directora.

Steven se despidió de Lapis, le dio un fuerte abrazo y se fue.

–¿yo me quedo?–dijo lapis tratando de parecer confundida.

–si. Nos dijeron que fuiste la última en hablar con ella.

–si, así fue.–empezó a llorar.––yo... recién me había dicho que le gustaba y me dijo que si quería ser su novia. Yo le dije que sí, estuvimos platicando y...yo fui a la cafetería para, ya saben, compartir unas galletas o algo y...y...–su voz se empezó a quebrar.– cuando regresé, ella estaba ya ahí.–empezó a llorar.

Las sirenas de la ambulancia se escucharon llegar.

–bien, ¿eso es todo?–pregunta la profesora alexandrita.

–si.

–supongo que te puedes retirar lapis lazuli–dijo la directora.

Lapis asintió y salió del colegio.

Camino a casa, iba sola. Su cabeza iba hecha un lío.

Prácticamente acababa de asesinar a una compañera, a su vecina. Pero...no del todo era su culpa ¿oh si? Peridot la iba a matar a ella. Prácticamente se había aplicado la ley del más fuerte ¿no?

–era muy extraña.–se dijo para si.–creo que estaba algo... obsesionada conmigo.

Lapis llegó a casa, vio la casa de donde vivía Peridot y justamente en ese momento, la madre de Peridot junto con su otra hija salían a toda prisa en el auto.

Ya se habían enterado.

Lapis tragó saliva en seco y entró a casa.

Se dirigió inmediatamente a su habitación, no quería enfrentar la pregunta de su madre ¿como le fue hoy? Mal, pésimo, terrible. No quería enfrentar la mirada de "se que pasa algo y no me lo quieres decir".

–ya llegué!–fue todo lo que pudo decir para emprender carrera a su habitación.

Es culpable y lo sabe.

...


Mira esos votos :'v

Walls Covered In BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora