EXTRAÑO ENCUENTRO

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Llegó con la escoba, pero ya no estaban los fragmentos de la taza.

Lapis quedó asombrada, juraba que hace unos minutos había una taza en el suelo. Ella recordó haber dejado caer de nuevo los fragmentos en cuanto se cortó la mano.

Checó su herida, aún estaba abierta y brotando sangre.

Lapis se dirigió al baño para enjuagarse, pero en el lavabo curiosamente había una gasa y un botesito de alcohol.

Lapis retiró los objetos y se enjuaga la mano.

Pensaba en lo que estaba sucediendo. No eran simples casualidades, o quizá se estaba volviendo loca.

Se secó la mano, puso la gasa y regresó a su estancia.

–¿¡pero que demonios?!–exclamó nerviosa.

En dónde estaba el líquido tirado, había unos cuantos calcetines secando el área.

Lapis recogió las prendas y las puso en el bote de ropa sucia.

–¿pero que está...?

Su atención se dirigió ahora a su clóset, se escuchaba que algo estaba dentro.

Lapis agarró la escoba en caso de ser necesario defenderse, se acercó a donde provenía el ruido, hizo a un lado la ropa que tenía colgada pero lo que vio la dejó impactada.

En una esquina estaba la chica de lentes sentada tratando de pasar desapercibida, Lapis soltó la escoba y retrocedió, no podía creer lo que veía.

–¡No!–gritó nerviosa.–¡estoy alucinando!

Peridot decidió levantarse del piso y salir de su escondite.

–lapis! Yo...–trataba de hablar la chica.

–Tu estás muerta! ¡e-es imposible!

–yo también sigo sin creermelo. No creo estar muerta. Sigo aquí ¿no?

Lapis solo balbuceaba, no podía gesticular ni una palabra.

–¿estas...bien lapis?

–es un sueño.–sonríe nerviosa.–Ya lo sé, ya me lo esperaba.

–apoyo la moción. Yo también espero que esto sea un sueño nada más.

–¡si! Eso es. Un sueño...muy gracioso.

–te ves mal...¿te sientes bien?

–no es real. No eres real, es un sueño.

–bueno...no sé. Supongo que ya no soy real...supongo. Espera...¿¡puedes verme?!

–no lo sé.–se empieza a reír nerviosa.–yo... supongo que puedo verte.

–genial! Es un alivio para mi. No sabes cuantas cosas pasé hoy. Desperté en la escuela en las escaleras...

–¡espera! ¿¡que?!–lapis trataba de calmarse, pero de nervios pasó rápidamente a estar molesta.–¿¡despertaste en el colegio?! ¿¡estabas dormida?!

–claramente! Aunque en la noche, los alumnos están locos. Insistían en que me quedara. Luego conocí a una chica de cabello morado y también está demente. Me siguió hasta acá pero ya se fue a la escuela y...

–¡¿estás idiota?!–le gritó molesta lapis.–¡me diste tremendo susto! ¿¡y sólo te habías desmayado?!

–bueno...no estoy segura de lo que pasó.

–te apuesto a que hiciste todo tu drama sólo para hacerte pasar por muerta y venir a molestarme. En serio estás loca.

–¡no! Yo...no. ¿crees que estoy muerta?

–¡Yo Se que...

Lapis quedó callada, era una situación delicada. ¿y si era un truco para hacerla confesar sobre el supuesto accidente? Sabía que Peridot si estaba loca, era capaz de hacerse pasar por muerta para que la verdad saliera a flote. Ella terminaría siendo culpada.  Fuera sueño o no, no diría nada de lo que vio.

–¿lazuli?

–¡largo de mi casa!–le gritó molesta.–no me molestes!

–bien, me voy. Pero quiero que me perdones. En serio me comporté cómo una idiota, no debí molestarte.

–¡largo!

–me disculpas?

–¡no! Me diste un susto tremendo. Largo de aquí.

–por favor, te pido que me disculpes. Disculpame y ya no sabrás nada de mi.

–no! Vete de una buena vez.

Lapis trató de agarrar a Peridot del brazo para sacarla, pero no pudo, su mano no tocó nada, sólo sintió frío al pasar su mano.

Peridot también quedó asombrada, esto le confirmaba cada vez más que en serio ya no existía en el plano mortal.

–es... extraño supongo.–dijo lapis aun nerviosa.– entonces no fingiste.

–no sé. Sólo me acuerdo que peleé contigo.

–¿es de lo único que te acuerdas?

–si. No se que pasó después. No se como desperté en las escaleras.

–despertaste.–repitió lapis con desánimo.

–pero...en fin. Regresaré al colegio a recolectar más pistas.¿puedes abrir la ventana por favor?

–¿sabes?– suspira pesadamente, se dirige al ventanal y lo abre.– está bien. Estás disculpada. Pero con la condición de no volver a molestarme.

–de acuerdo.–se acerca a la ventana.–prometo cumplir con la condición.

Peridot sale y enseguida lapis cierra.

Lapis se dirigió a su cama, se recostó e hizo el intento de dormir, pero...no podía, seguía sin creer lo que había visto y pasado.

Mientras tanto, Peridot se dirigía a paso veloz al colegio. Evadía a todas esas personas que estaban en la calle, trataba de no pensar en lo platicado con lapis, pero era inevitable.

Todos hablaban en serio, ella estaba fuera del mundo terrenal. ¿pero cómo? ¿se cayó de las escaleras y murió? No encontraba otra respuesta.

Del bolsillo de su pantalón sacó la hoja que se le había entregado.

No, no era esa la respuesta.

....


Walls Covered In BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora