SOLA

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–ok, ok...Creo que aún no entiendes lo que pasa aquí.

La profesora Bismuto se paseaba de un lado a otro del salón. Amatista le había dicho sobre el pequeño inconveniente de Peridot.

–si entendiera...Sería otra cosa ¿no?–contestó Peridot.– oh si usted enseñara, sería otra cosa.

–si CIERTA chica asistiera a clase, sería otra cosa.–Le debatió la profesora.

–eeeuuugggh...Yo eh, me gusta aplicar lo que aprendo! Por...Por ejemplo...Eh...

–¡Prácticas de campo entonces! Claro.–la profesora se sentó en el escritorio.–como no pude verlo. ¿quieres entonces prácticas de campo? ¡Las tendrás! ¿¡te parece?!

–si! Si, si, si! Me parece perfecto!

–oh claro, empezaremos con algo sencillo. Veamos... ¡Amatista!

–¿yo que?!–dijo Amatista regresando la atención.– ¿que?

–que sabes hacer?

–uhm... Atravesar muros, cambiar forma, poseer animales, estática en radio y televisión, temperatura del ambiente, flotar, invisibilidad para visibles y la última que dijo que me iba a enseñar, poltergeist.

–¿¡Poltergeist?!–dijo Peridot asombrada.–¿no es esa cosa donde se mueven mágicamente los muebles?

–no es magia, es solo de organizar un poco una casa.–dijo Bismuto.– es decorar sin el permiso del inquilino.

–¡Quiero intentarlo!–dijo Peridot.–¡¿Como se hace?!

–hey, hey! Eso ya es un tema más avanzado.

–¡Quiero aprenderlo!

–no puedes.

–¿¡por que no?!

–es algo más avanzado. Tienes aún que comprender varias cosas para entrar en ese tema.

–pfff! ¿Como cuál?

–no sabes siquiera atravesar un muro. Apuesto a que ni siquiera sabes hacerte invisible para quien seas visible.

–no pero...

–apuesto que no sabes si quiera tomar objetos.

–a propósito...No. ¡P-pero estoy preparada! Logré que con un control remoto prendiera una televisión y...

–pero no sabes cómo hacerle sin ocupar el control.

–uhm...No.

–ja! Vas demasiado atrasada para aprender de los poltergeist.

–¡pero quiero aprender! Si es necesario me quedaré el resto de la semana sin descanso hasta saber! ¡pero por favor!

–no es tan fácil niña.–se levantó del escritorio y empezó a escribir en el pizarrón.–Un poltergeist implica demasiadas cosas. Primeramente: energía. Sin energía suficiente no sirve, será muy bajo el resultado. segundo; memorias, algo así requiere de...

Hizo una pausa. Todas quedaron en silencio hasta que Amatista habló.

–necesita de memorias tristes.–respondió Amatista.–memorias que causen algún...

–efecto negativo.–acompletó Bismuto.–un recuerdo que te enfade demasiado, un recuerdo triste que te haga llorar.

–¿en serio?–dijo Peridot algo escéptica.–un recuerdo... Triste solo para mover objetos.

–niña...–bismuto suspiró con pesadez.– te hace falta aprender mucho más para que comprendas. Es más complicado de lo que crees.

–si es igual de complicado que su formulario no sé ni cuando estaré bien informada.–dijo Peridot despreocupada mientras dibujaba algo imaginario en su banca.

–ay por las estrellas. ¿¡por que te urge saber de ello?! No es algo agradable a tratar.

–¡yo necesito!

–no te puedes adelantar tanto.

–¡bien! Entonces dejemos de tener esta discusión y empecemos a aprender.

–¡usted va a apresurar su aprendizaje y ni va a saber de qué se le habla!–dijo Bismuto enfadandose.

–¡entonces enseñe lo que necesito! Yo puedo comprender mejor que cualquiera de aquí, yo soy mucho MÁS lista que todos y no necesito todo un puto semestre para aprender algo tan sencillo relacionado a "sentimientos"–lo último lo dijo en tono burlón.

–¡salga en este instante del salón!–bismuto señaló la puerta.–¡en este instante!

–¡como sea! Aprenderé sola, sin su ayuda, sin ayuda de esta escuela de locos...¡YO SOLA!

Peridot se levantó de la banca y salió a prisa del lugar.

Amatista iba a salir detrás de Peridot, pero bismuto le pidió que se quedara.

Era algo que la pecosa tenía que aprender por si sola, si así lo quería. La profesora Bismuto le explicó a amatista que Peridot tenía que aprender de sus errores y si de verdad quería aprender, tenía que sentir los golpes duros de la "no vida".

La ahora casi desauseada chica rubia de lentes caminaba a paso veloz con dirección a la casa de Lapis lazuli. Acababa de estar ahí pero no tenía a donde más recurrir, o eso pensó hasta ver a la acera de enfrente de la casa de lapis. ¡claramente en su casa sería recibida!

Recordaba que siempre estaba abierta la ventana de la cocina, puede entrar y así lo hizo.

No podía ser algo mejor, su casa, su refugio. Tranquilidad, lo que en ese momento quería.

Con ese ambiente tan relajante se dirigió a su habitación, todo estaba ya casi vacío, apenas había una caja con algunas cosas de ella. Cuadernos, pósters, audífonos (extrañamente sin su computadora), una sudadera y su peluche favorito de marcianito componían el contenido del cajón.

Esto le sorprendió a la rubia. ¿cuanto tiempo estuvo afuera de la casa que ni siquiera se encontraban ya sus cosas.

–¡Hija!–escuchó la voz de su querida y estricta madre.–baja la caja de la habitación.

Antes de que Peridot pudiera contestar, la voz chillona de su hermana contestó afirmativamente mientras se escuchaban más cerca los pasos de esta.

–esta se va o se queda?–gritó la delgada mientras Patea levemente la caja.

–se va. ¿oh tiene ropa?–contestó su madre desde el piso de abajo.

–están sus audífonos y...Su sudadera hippie.

–saca los audífonos y lo demás sácalo al patio.

–ok.

Peridot trataba de evitar que su hermana agarrara la caja, pero obviamente no la veía ni la escuchaba la delgada.

Peridot rogaba que no tirara sus preciadas pertenencias mientras que su hermana Amari bajaba las escaleras. Su intento era en vano, por fin la delgaducha sacó la caja al patio, junto a la basura.

–vaya, esto...Es lo que tanto les importó¿eh?–peridot se quedó asombrada viendo las pilas de cajas y bolsas repletas de sus cosas. Veía con total tristeza a su pobre marcianito de peluche, no podía tomarlo entre sus manos, no podía rescatarlo del olvido de
...Su familia.











Y Esto se va a poner saaaaaaaaaaaaaaad.

Walls Covered In BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora