*Lauren pov*
Me asomé a la habitación donde dormían los niños. Estaba vacía porque era sábado y todos se habían ido con sus familias en la mañana temprano. Todas las camas estaban bien hechas y acomodadas, menos una.
Justin estaba sentado en su cama con las piernas cruzadas debajo de él y un cuaderno en sus manos, tenía un lápiz azul que estaba quedando pequeño de tanto ser usado. Su rostro era serio y tragué saliva dando un paso hacia adelante.
Antes yo ni siquiera sentía de la manera en la que sentía ahora. Con Camila más que nada había aprendido a sentir realmente y ahora me encontraba allí nerviosa y con un dolor en mi pecho al ser consiente de lo que estaba a punto de hacer y a lo que me iba a enfrentar.
Sinu me informó sobre que en la noche anterior la madre de Justin y Sofi se había quedado dormida para siempre. Simplemente se durmió y no volvió a despertar. Volvía a sentir esa sensación horrible en mi pecho al ver al niño con la mirada triste sobre su cuaderno. Ya estaban enterados ambos de lo que había pasado, incluso habían hablado con un psicólogo porque obviamente necesitaban ayuda. A mi me parecía tan injusto todo lo que ellos estaban sufriendo. Eran niños tan buenos que no merecían nada de lo que habían vivido en su corta vida.
—Hey.—Dije en voz baja y él levantó su mirada a mí. Normalmente me recibía gritando y se lanzaba a mi para abrazarme pero ahora simplemente bajó su mirada con una tímida sonrisa.—¿Qué haces?
Tendió el cuaderno hacia mí sin decir nada y vi que había dibujado varias cosas. En ese momento me sentí identificada con él porque yo dibujaba cualquier cosa en mi libreta cuando estaba triste o simplemente necesitaba descargarme a través de simples dibujos. Solía expresar como me sentía en ellos.
—¿Es un perro?—Pregunté sentándome en la cama y asintió mirando su dibujo.—Es muy lindo. Eres muy bueno dibujando.—Murmuré viendo los demás dibujos.—Un día podrías ayudarme a diseñar mis tatuajes. Yo te daría hasta el trabajo de Vero.—Le sonreí pero el no. Ni siquiera me miraba.—Ven aquí.
Me acomodé para estar sentada con mi espalda apoyada en el cabecero de la cama y de un solo movimiento lo puse junto a mi abrazándolo. Tragué saliva cuando se aferró a mi en silencio y no dijo ni una sola palabra.
Le di algunos minutos para que estuviera tranquilo y simplemente me sintiera allí. Yo pensaba que muchas veces cuando alguien pierde a una persona no necesita que estén allí hablándoles, sacándole sonrisas ni intentando tener un tema de conversación porque quizás ellos no quieren hablar, no quieren reírse porque no se les da la gana, no quiere tener una conversación con nadie y quizás quieran silencio, simplemente un abrazo y que nos quedemos callados a su lado para no molestar de ninguna manera.
—Mamá se fue al cielo.—Fue lo primero que dijo y sentí las lágrimas en mis ojos. Apreté mis brazos a su alrededor moviéndolo hacia mi regazo y apoyé mi mejilla en su cabeza cuando escondió su rostro en mi pecho.
—Lo siento mucho.—Hablé en voz baja. Suspiré acariciando su brazo cuando sentí que estaba llorando en silencio.—Siempre va a estar contigo. Ella siempre va a estar aquí—Toqué sobre su corazón.—Y es importante que nunca lo olvides… Estoy segura que se sintió orgullosa de ti porque eres una personita maravillosa. Eres muy inteligente y bueno. Ella siempre buscó lo mejor para ustedes. Mira que a pesar de sus dificultades para darle una buena vida buscó lo mejor para ustedes y los trajo aquí. Eso es muy importante ¿sabes? En el mundo existen muchas madres que simplemente dejan a sus hijos solos, otras ni siquiera se preocupan por ellos, pero tu madre buscó la forma de que Sofi y tú estén bien y lo logró. Tienes que recordarla a través de esas cosas hermosas y buenas que hizo por ti a pesar de que quizás no es lo que esperaba para ustedes, pero no tuvo otra opción.
Me miró y quité sus lágrimas con mis pulgares para luego darle un beso en la mejilla.
—¿Qué van a hacer con nosotros?—Su voz salió quebrada y triste. Podía sentir el miedo que tenía él y me partía el alma.
—Yo no sé. Pero por el momento están aquí y yo también estoy con ustedes. Sinu, Normani y Ally están con ustedes y van a cuidarlos hasta… supongo que algo harán. Pero no van a estar solos ni nadie les hará daño. Lo prometo.
—Tengo miedo.—Dijo volviendo a esconder su rostro contra mí.
—Todo va a estar bien. Te lo prometo. ¿Confías en mí?—Asintió limpiando sus lágrimas.—¿Me dejas pasar el día contigo hoy? Sofi, tú y yo nos podemos ir ahora si quieres.
—¿Podemos?—Asentí sonriendo un poco mientras le limpiaba cualquier rastro de lágrimas.
—Por supuesto. Es más, mis padres nos invitaron a almorzar ahora en su casa, tienen un jardín grande y mi perro Junior está allá esperándonos. ¿Qué dices?
Parecía estar pensando y simplemente lo abracé para no presionarlo. Yo me había ocupado de conseguir ese permiso para llevármelos por el fin de semana pero si no querían ir conmigo pues no iba a obligarlos. Finalmente me miró asintiendo.
—¿Eso es que sí?—Le acaricié la mejilla mientras volvía a asentir.—Eso me pone feliz porque tengo muchos planes y cosas divertidas para que hagamos hasta mañana.—Él me vio con una pequeña sonrisa.—Vamos a ponerte tus zapatillas así no perdemos tiempo, ¿Te parece?
—Están ahí.—Señaló una mesita de luz junto a mi que ya me había bajado de la cama y las tomé para ponérselas.
Lo vi limpiarse las mejillas con el dorso de su mano pero sus ojitos aún tenían algunas lágrimas y eso no dejaba de hacerme sentir mal. Solo quería hacerle tener unos buenos días para relajarlos un poco pero sabía que esto no arreglaba nada de todo el daño que estaban sintiendo él y Sofía.
—¿Te gusta mi gorra?—Le pregunté cuando lo vi observándola. Asintió mirándome cuando me sacaba para ponérsela a él que sonrió un poquito más amplio que durante todo el rato.—Te la regalo porque te queda genial.
Me encontraba arrodillada frente a él y solo tuve que inclinarme un poco para darle un beso en la nariz y cuando me iba a alejar no pude porque me había abrazado del cuello y sonreí pasando mis brazos alrededor suyo.
—Te quiero Lauren.—Mi corazón literalmente estaba latiendo a mil por segundo al escucharlo. Me llenaba el alma escucharlo decir que me quería.
Ese niño desde el principio había causado algo en mí y yo no iba a negarlo. También le había agarrado cierto cariño porque realmente era una personita maravillosa.
—Yo también te quiero, enano.
**
Bajé de mi auto y luego de cerrar la puerta detrás de mí entré a la clínica donde pude ver que Camila estaba saliendo junto a Ally.
Se veía tan hermosa y aún más cuando me sonrió de esa manera tan adorable que tenía para hacerme morir de amor por ella. Sonreí también mientras le abría la puerta de vidrio para que ella y su amiga pasaran sin problema.
—Hey ¿Qué tal todo? ¿Cómo les fue?—Pregunté dándole una caricia a Camila en la mejilla.
—Todo está bien. Su recuperación es muy buena y va genial. Tiene que comenzar a estar un poquito más en movimiento pero con mucho cuidado siempre.—Me dijo Ally.
—Gracias por acompañarla, Ally. ¿Quieres que te lleve a tu casa?
—No, no. Tengo mi auto aquí.—Dijo acercándose a Camila.—Recuerda tener cuidado y siéntate cuando estés cansada. No quieras hacer demás ¿bien?—Camila asintió dándole un abrazo.
—Gracias por todo Ally. Te veo luego.
—Por nada, cariño. Nos vemos Lauren y cuídala.
—Por supuesto.—Le sonreí pasando un brazo por los hombros de mi novia mientras la veía irse.—¿Así que todo está bien?—Me dirigí a Camila con una sonrisa y asintió acercando su rostro al mío. Le di un beso en los labios y tomé su mano con la mía.—Me pone muy feliz que todo esté bien, mi amor.
—A mi igual. Ya quiero estar bien completamente.—dijo mientras caminaba junto a mí hasta el auto.
—Sabes que todavía te faltan varios meses para estar bien y que tienes que tener paciencia con todo.—Camila asintió.—Van a pasar rápido, vas a ver que ni cuenta te vas a dar. Además vienes muy bien.—Le abrí la puerta para que entrara del lado del copiloto y cerré la puerta para luego rodear el coche y entrar al asiento del conductor.—¿Lista?—Pregunté viendo que se había abrochado el cinturón.
—Lista.—Asintió riendo.—Y ya sé que tengo que tener paciencia.—Suspiró.—Ya sabes, solo me preocupa que tú…
—Que yo nada.—Interrumpí rápidamente antes de escuchar lo que iba a decirme. Le di una mirada rápida mientras salía del estacionamiento y suspiré negando.—Por favor no empieces con eso otra vez. Te amo y quiero estar contigo. Voy a estar para ti siempre y no importa si tengo que pasarme un día entero en la cama contigo porque estás cansada o algo, lo voy a hacer porque quiero y porque te amo. Ya te lo dije.
Sentí su mano apoyarse en mi pierna y la miré mientras me detenía en un semáforo.
—No tienes nada de qué preocuparte.—Asintió mordiéndose el labio y le di un beso en la mejilla haciéndola sonreír.—Sofi y Justin están en la casa de mis padres.—Le conté sonriendo y de inmediato tuve su atención.
—¿Ellos quisieron ir contigo?—Asentí.
—Hablé con Justin un momento y sobre todo, luego le pregunté si quería pasar el fin de semana conmigo y me dijo que sí.—Camila sonrió.
—Él tuvo una noche realmente difícil me dijo mamá. Ayer en la tarde estaban inquietos como si sabían que algo malo estaba pasando y finalmente a la noche mi madre les dijo cuando la psicóloga llegó para ayudarlos… Fue horrible me dijo Ally.
—Me imagino.—Negué viendo por la ventanilla.—Estaba tan triste y lloró cuando lo abracé. Me preguntó que pasaría con ellos y le dije que no sabía pero que iban a estar bien.—Camila asintió.—Y me dijo que me quiere.
Mi novia me vio con una pequeña sonrisa, en cambio la mía era enorme al recordar cuando me lo había dicho. Justin me había alegrado la mañana, incluso estaba segura que el día y la semana también. Nunca me había llegado tanto un Te Quiero como el suyo.
—Es imposible no quererte. Así que no lo culpo.—Escuché a mi novia y me giré a ella sonriendo.
**
Camila parecía tímida y como si estuviera avergonzada todo el tiempo. Incluso cuando mis padres la había recibido con mucha alegría, la habían abrazado y se habían puesto felices al saber que todo una bien con ella.
Mis hermanos no la conocían tanto, pero ambos fueron agradables también. Taylor le hablaba junto a mi madre todo el tiempo y yo simplemente las veía riéndome porque Taylor y mi madre no paraban nunca.
Justin y Sofía se habían pasado casi todo el tiempo corriendo por el jardín junto a Junior y mi hermano Chris. Él literalmente era un niño más en la casa a pesar de ser el mayor de los tres. Me ponía tan feliz verlo jugar, reírse mientras corrían y hablar con Justin mientras que Sofi continuaba jugando con Junior. Más tarde él y Sofi habían hecho “planes malvados” en contra de Junior y Justin lo que tuvo como consecuencia más gritos y carcajadas por toda la casa haciendo que todos fuéramos al jardín con ellos para reírnos de las payasadas que hacían.
Mi madre parecía feliz y mi padre me había dicho unas mil veces que estaba orgullosa de mí. Yo no quería que se sintiera orgullosa de mí por hacer esto por esos dos niños. Yo lo hacía porque me importaban y porque de ninguna manera quería verlos mal no por recibir felicitaciones de nadie.
Entré a la casa y me dirigí a la cocina donde mi madre y Camila estaban hablando de algo. Apenas entré vi el rostro de mi novia y supe que estaba cansada. Mi familia no habían permitido que hiciera nada pero ella insistió en querer ayudar a levantar la mesa, lavar los platos y a ordenar todo lo que habíamos usado y era obvio que estuviera cansada ahora.
—¿De qué hablan?—Pregunté mientras abrazaba a Camila por detrás.
—De nada.—Dijo Camila y mi madre la vio sonriendo.
—Bueno ya que no van a decirme nada… Tú podrías descansar un poquito ¿no crees?—Le pregunté a Camila y negó.
—Estoy bien.—Le di un beso en la mejilla y me encogí de hombros tomando su mano.
—Igual ven conmigo que quiero mostrarte la que era mi habitación.—Mi madre me vio sonriendo y Camila entrecerró los ojos.—Por favor.—Le di un pequeño beso en la mejilla y se rió asintiendo.—Tiene que descansar.—Le dije a mi madre solo para que ella escuchara y asintió sonriéndome.
Subí las escaleras con Camila y al final pude ver que estaba cansada de verdad. Cuando llegamos a mi habitación me abracé a ella y nos llevé a la cama a ambas escuchándola quejarse para que la soltara pero no lo hice.
—No puedo venir a la casa de tus padres a dormir, Lauren. No seas dramática estoy bien.
—Sí puedes y no soy dramática. ¿Acaso no te gusta estar abrazada conmigo en la cama? Además yo también necesito una siesta.—Le dije abrazándome a ella que se acurrucó contra mi sonriendo.
—Siempre te sales con la tuya.—Me reí en voz baja dándole un beso en la cabeza.—Por favor solo media hora y luego bajamos.
—Una hora y bajamos juntas.—Se alejó para mirarme con el ceño fruncido y le di un beso en los labios mientras le sonreía.—Te amo. Disfruta de tu siesta en mi cómoda cama.
**
VOLVÍ. ¿Nos leemos mañana?👀