Capítulo 39

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Segunda parte. 

"Contigo aprendí a amar, a crecer y a creer que todo es posible, porque eres la única persona que siempre me hace sentir libre, dándole alas a mi mente y a mis palabras."

5 años después.

*Lauren pov*

Con el paso del tiempo, de los años las cosas eran cada vez mejores, por supuesto que como a todo el mundo le pasa, tuve altibajos en mi vida, pero lo importante es que supe como llevar cada situación y lo mejor de todo es que tenía a una persona maravillosa a mi lado.

Habían pasado casi dos años cuando decidí pedirle a Camila que se casara conmigo, sí, fue muy pronto pero no me importaba. Yo la había elegido a ella desde hacía bastante tiempo. Días después de que cumpliéramos cuatro años juntas nos casamos. El festejo no había sido nada grande, simplemente una cena con nuestras familias y amigos más cercanos. Así lo habíamos querido ambas desde un principio. Pensábamos que algo grande era lo de menos, además, Camila era del tipo de personas que se conformaba hasta con lo más mínimo. Lo importante es que nos habíamos casado, que habíamos tenido una cena hermosa con nuestras familias, que estábamos bien y felices. En especial yo, recuerdo que me la había pasado sonriendo toda la noche, había intentado dejar a Camila un momento a solas con sus amigos, con su familia, pero simplemente no podía alejarme de ella, no podía dejar de mirarla y sonreír como tan enamorada me tenía.

Camila se había vuelto una parte de mí, ella era lo principal en mi vida ahora, desde hace años. No me imaginaba un día sin llegar a casa y encontrarme con la sala llena de apuntes y remarcadores, yendo a la cocina para verla preparar la cena, ayudarla, estar un momento con ella antes de que volviera a estudiar otro rato más, porque ahora todo era así. Camila se dedicaba al estudio la mayoría del tiempo, cuando tenía que trabajar en la biblioteca de la Universidad, lo hacía, yo si no estaba en el estudio, estaba en la empresa con mi padre ayudándolo y así cada día, por supuesto que muchas veces era difícil para nosotras porque de alguna manera descuidábamos un poco la relación al estar tan centradas en nuestros trabajos, pero siempre encontrábamos la manera de estar bien, de pasar tiempo juntas, de hablarlo todo y seguir adelante. Eso era una de las cosas que más amaba de estar con Camila, que nunca nada, ni nadie nos lograba alejar de la otra por más difícil que sea la situación.

Había aprendido a disfrutar cada momento de mi vida, en especial aquellos que pasaba con mi chica, esos simples momentos en los que podíamos quedarnos en la cama abrazadas hablando, viendo alguna película o haciéndonos el amor, el llegar del trabajo y verla estresada y de mal humor era algo que no me agradaba para nada porque eso implicaba que debía dejarla tranquila aunque la mayoría de las veces simplemente me quedaba a su lado, la escuchaba, me explicaba lo que acababa de leer, me decía lo que pensaba hasta que yo le decía que era suficiente que cenáramos y vayamos a la cama porque literalmente Camila terminaba sus días agotada de tanto estudio. Pero sin duda me hacía sentir orgullosa porque no se detenía nunca, si algo le salía mal, lo intentaba otra vez, ella a pesar de todo quería aquello, quería aprender y recibirse.
A veces era un poco difícil que tengamos bastante días tranquilos, en especial cuando Camila tenía varios exámenes juntos, pero cuando teníamos el tiempo libre, cuando podíamos estar solas y tranquilas lo aprovechábamos al máximo, eso era fácil porque siempre teníamos algo que hacer juntas o algo para hablar.

Sí, aquello era una vida agitada, digamos. Pero ambas sabíamos que valdría la pena al final y luego de dos años juntas y otros tres estando casadas comenzábamos a notarlo. Todo valía la pena porque Camila era buena en el estudio, ahora sus estudios estaban más acomodados que al principio y sabía organizarse mejor. Yo por otro lado estaba trabajando menos y me ocupaba de la casa, me ocupaba más de ella.
Nuestra vida se había ido acomodando para mejor con el tiempo, tanto que habíamos hablado mucho sobre un bebé. Dios. Aquello sí que fue difícil. Lo sería con Camila estudiando a la vez, pero eso quería ella y yo no sabía decirle que no a algo, no podía.
Por supuesto, tenía miedo, mucho miedo, pero tenía a una mujer segura a mi lado y que siempre estaba ahí con una respuesta para todo lo que alguien le dijera y sus palabras fueron claras: “Yo puedo” Y sí, no sé como lo hacía, pero ella siempre podía con todo, podía con nuestra relación, conmigo, con sus estudios, con el trabajo, con su familia, sus amigos y la casa, ella podía con todo y entonces no hice nada más que confiar.

Remove the chains {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora