*Camila pov*
Al terminar la clase ordené rápidamente mis cosas, necesitaba salir de la Universidad lo antes posible aunque me quedaran un par de horas más. Al menos por un rato necesitaba estar tranquila. Quizás lloraría sola una vez más.
En mi teléfono tenía varios mensajes de Lauren, de Dinah, de Kristen, de mi madre, pero no respondí ninguno. Ni siquiera las llamadas. No quería. No podía. Seguramente iba a llorar y en los últimos dos días había llorado demasiado. Estaba harta.
¿Así se sentía? Me lo había preguntado tantas veces en las últimas horas.
Me sentía enferma con solo recordar que llegaba cansada, que llegaba dispuesta a cenar y dormir en los brazos de mi esposa como cada día, como cada vez que algo me salía mal y eso era lo único que me calmaba y me hacía bien.
Fue un error entrar a la oficina de Lauren y encontrarla con su ex en una situación que no hizo nada más que destrozarme. No sé si yo hacía bien en haberme ido, en haberme alejado y no dejar que me explique. Pero ella lo había hecho antes, necesitaba espacio, me lo había dicho, entonces yo también lo necesita y ella debía respetarlo. No quería verla, no quería escucharla, ni hablar con ella. Quería estar sola, pensar, convencerme y estar segura de querer escucharla decirme que solo fue un mal entendido, pero es que se me hacía imposible. No podía. Todavía no. Ella no me estaba 'devolviendo' lo que alguna vez le hice sin querer, porque tenía miedo y porque la amaba. Quería creer que no porque Lauren no es así, Lauren nunca lo haría. Quería creerlo.
—Camila.—Fue lo primero que dijo cuando me vieron y se alejaron una de la otra. No la veía bien porque tenía la vista nublada de lágrimas mientras estaba ahí, parada sin poder moverme a pesar de que quería salir corriendo.—Espera. No es lo que parece.
¿Cuándo iban a dejar de usar esa estúpida frase? 'No es lo que parece' claro que lo era si lo estaba viendo y yo la acababa de ver, estaba besándose con Kristen.
Salí de allí ignorando que gritara mi nombre, que me llamara tantas veces, que me enviara mensajes, lo ignoré todo y simplemente me apresuré para llegar al departamento de Ally donde Normani y ella me esperaban luego de haberlas llamado en el camino. Y lloré en los brazos de Normani mientras le contaba todo, me había dejado estar ahí simplemente escuchándola, me había permitido quedarme en silencio sumida en mis pensamientos durante un largo rato brindándome apoyo solamente con aquel abrazo, me conocía y sabía que muchas veces yo necesitaba eso.
Lloré toda aquella noche en la habitación de invitados del departamento de Ally, y fue peor cuando escuché el timbre y supe que era ella. Mi amiga se había asegurado de hacer lo que le dije que hiciera, que dijera que no sabía nada de mí. Pero tenía claro algo, no podía escaparme y esconderme todo el tiempo. Ya no era una niña y debía enfrentar mis problemas, como pareja de Lauren, nosotras como matrimonio, tal y como mi madre me lo había enseñado toda mi vida. Cada vez que había un problema en un matrimonio la solución era hablarlo, no escapar aunque yo lo había hecho, pero ya era suficiente.Me habían tocado clases durante todo el día siguiente y entonces pasé un día entero haciendo como si no viera los mensajes de Lauren y sus llamadas, hasta que llegó la noche y tuve que volver a nuestra casa. Estaba cansada, necesitaba dormir y estar tranquila. Tenía miedo de que todo esto me hiciera algún daño o arruinara lo bien que había estado en mucho tiempo.
—Mi amor, ¿Dónde estabas?—Fue lo primero que dijo casi lanzándose sobre mí para abrazarme.—Tenemos que hablar, te juro que yo no…
—Cállate.—Le pedí en voz baja, alejándola de mí.—Me duele la cabeza y quiero dormir.—Pasé por su lado para ir a la habitación ignorando a Junior que reclamaba mi atención, lo sentía, pero no tenía ánimos.