*Lauren pov*
—En una hora y media tiene que hacer la tarea. ¿Es suficiente?—Me preguntó Ally mientras caminaba delante de mí por aquel largo pasillo que nos dirigía a la habitación de las niñas.
Todavía no me creía todo lo que había crecido este lugar. Sinu lo había hecho un palacio para los niños.
—Necesito hablar de algo con ella.—Dije sin dar detalles. La mujer más bajita asintió sonriendo.—Supongo que no va a llevarme mucho tiempo. Luego necesito hablar con Sinu, ¿ella está hoy?
—Lo siento, pero tuvo que salir a hacer unas cosas importantes, así que por hoy no creo que pueda atenderte. Puedes llamarla más tarde si quieres, sabes que si se trata de ti o Camila no va a dudar en hacer un espacio para verlas.—Asentí pasándome una mano por mi pelo.—Bueno, está ahí dibujando.—Señaló hacia la habitación con la cabeza.
—Gracias, Ally.—Me sonrió asintiendo y me acarició el brazo antes de irse por donde habíamos llegado.
Al abrir la puerta pude ver a Emma sentada en su cama, como siempre ya que no salía a jugar con los demás niños. No entendía porqué la excluían tanto, ella era tan buena y amable. Me hacía sentir mal verla allí sentada dibujando, sola, cuando afuera estaban los niños en el patio riéndose y gritando emocionados.
Suspiré cerrando la puerta detrás de mí y entonces levantó la mirada. Sus ojos marrones se encontraron con los míos y de inmediato me sonrió genuinamente mientras hacía a un lado el cuaderno y los lápices que había traído de todo lo que compramos en la tienda de arte.
—Hola, bonita.—La saludé mientras caminaba hacia ella. Se puso de pie sobre el colchón y me esperó con los brazos abiertos y aquella sonrisa en sus labios.
—Hola, Lauren.—Sonreí abrazándola contra mi cuerpo. Sus bracitos me rodearon el cuello y sentí sus labios en mi mejilla.—No sabía cuando venías. ¿Y Camila?—Preguntó viendo hacia la puerta.
—Ella no viene hoy, cariño.—Me senté en la cama y la dejé sobre mis piernas.—De hecho, ni siquiera sabe que estoy aquí porque quería hablar contigo.—Me miró desde abajo atenta.—Solo contigo.—Le di un beso en la frente.
—¿Qué es? Me porté bien. No hice nada.—Dijo de inmediato juntando sus manos sobre sus piernas.—Si es porque estaba el juguete y la manta de Junior en la piscina… Yo no fui, él lo llevó y como no sé nadar… bueno.—Se encogió de hombros.
Fruncí el ceño mirándola. Con razón no encontraba la manta de Junior por ninguna parte.
—¿Está en la piscina?—Emma asintió.—¿Y en qué momento hicieron eso?—Pregunté.
—Cuando te quedaste dormida en el sillón y Camila fue al baño.—Contó un poco apenada.—Lo siento.
—No… Está bien.—Negué restándole importancia.—Es bueno que no hayas intentado buscarla en la piscina si no sabes nadar.—Asintió apoyándose contra mí.—No estoy enojada si eso te preocupa.—Murmuré abrazándola más fuerte.
—¿De verdad?—Asentí sonriendo y luego ella también sonrió traviesa.
—Entonces… Venía a hablar de algo antes de que tenga que volver al trabajo. Camila y yo luego vamos a venir juntas a contarte más sobre esto, pero quería decirte yo… algunas cosas.—Asintió y le quité algunos mechones de su pelo negro que tenía sueltos de su coleta, aprovechando de darle una caricia con el contacto.—Bueno, ya viste que Camila y yo estamos juntas, que nos abrazamos y… no viste pero nos besamos.—Dije viendo su reacción. Se quedó viéndome atentamente esperando a que dijera más y suspiré.—Camila y yo estamos casadas y nos amamos.—Seguía mirándome sin decir nada.—¿No quieres preguntarme algo?—Frunció las cejas.
—No.—Negó.—Ya notaba yo algo raro entre ustedes. Además tu cara es de tonta cuando miras a Camila, es obvio.—Rodó los ojos riéndose y luego me miró cubriéndose la boca con su manito.
—Entonces está bien para ti que… Camila y yo estamos juntas, que… que seamos dos chicas. ¿Sí?—Asintió con una pequeña sonrisa en sus labios. Buscó tomar mi mano y se la di, con una la tomó y con la otra me acariciaba con sus pequeños dedos. No fue hasta que suspiró que supe que algo quería decirme.—¿Qué pasa?
—Nada. Está bien. Está bien que si Camila y tú se quieren estén juntas. Mamá me dijo que las chicas pueden estar con chicos y con chicas y que los chicos también. Que no importa si es hombre o mujer, que mientras sean felices nada importa.—Asintió.—Entonces no me molesta que ames a Camila y tengas cara de tonta cuando la miras.—Soltó una pequeña risa con la mirada puesta en sus manos sobre la mía.— Además son lindas juntas. Yo las vi abrazadas en la cocina, pero cuando entré se separaron rápido y fingían que estaban poniendo la mesa.—Volvió a reírse.
Tenía mi corazón acelerado, los ojos con algunas lágrimas y una sonrisa tonta. Por alguna razón me hacía tan mal que me hablara de su madre porque eso significaba que la recordaba y pensaba en que quizás todavía le dolía recordarla, pero por otro lado me hacía feliz que no la olvidara, además, porque aquella mujer la había criado de una manera que era admirable. Emma era increíble, no me cansaba de decirlo.
—Gracias.—Le di un beso en la cabeza y cerré mi mano tomando las suyas.—Gracias de verdad. Eres una niña muy inteligente.—Sonreí.—Entonces… Bueno, yo te contaba sobre Camila y yo porque… ya debes saber que cuando dos personas se quieren, se casan, piensan en un futuro juntos. Y nosotras lo queremos también, ya lo tenemos más o menos planeado.—Me reí.
—¿Van a tener bebés?—Sonreí frunciendo los labios y encogiéndome de hombros.
—Sí, más adelante.—Le conté.—Queremos esperar un poquito más.
—¿Cómo se hacen los bebés?—Preguntó inocentemente. Me reí nerviosa, pensando en qué decir.
—Escucha, eso… Yo… Yo quería decirte algo importante, más bien preguntarte.—Asintió. Me quedé más tranquila al ver que pude cambiar el tema.—Como te decía, con Camila vamos a tener bebés más adelante porque ahora… supongo que no es el momento para nosotras porque alguien más nos necesita.—Sus ojos marrones estaban fijos en los míos y esa mirada tan pura e inocente me hizo estar segura de lo que estaba haciendo.—Hay una personita pequeña que queremos hacer parte de nuestra vida juntas, queremos hacerla feliz y darle mucho cariño.
—Que suerte tiene esa persona.—Dijo sin quitar la mirada de mí.—Porque Camila y tú son buenas personas, son divertidas y… y seguro que… que esa persona va a ser feliz.
—Sí.—Me reí con lágrimas en mis ojos, las cuales intentaba contener.—Esa persona es una suertuda y Camila y yo también lo somos porque esa niña es hermosa, inteligente y maravillosa de ojos marrones que dibuja todo el tiempo y come mucho.
—A mí también me gusta dibujar. Mira, hice esta flor.—Dijo levantando el cuaderno una vez que lo alcanzó. Me reí asintiendo mientras miraba el dibujo.—No me van a dejar de ver, ¿Verdad?—De la nada me preguntó y su mirada no era la misma. Estaba asustada y triste y me sentí culpable.
—No, Emma. Camila y yo queremos que tú seas parte de nuestra familia. Esa niña eres tú. Te queremos a ti.—Una lágrima rodó por mi mejilla, pero la limpié rápidamente.—Siempre y cuando quieras.
Había bajado su mirada a nuestras manos otra vez y se quedó en silencio por algunos segundos que se hicieron eternos para mí. No dije ni hice nada hasta que sentí una gota caer sobre mi mano. Estaba llorando.
—Hey, no, no llores.—Levanté su barbilla para que me viera. Iba a hablarle otra vez, pero se levantó apoyándose en sus rodillas y me abrazó escondiendo su rostro en mi cuello. Me mordí el labio abrazándola fuertemente y soltando un suspiro.
—¿Emma?—La llamé en voz baja mientras acariciaba la espalda.—Cariño…
—¿Vamos a vivir juntas?—Se separó de mí lo suficiente para verme a los ojos. Asentí limpiando sus mejillas.
—Sí, vamos a vivir juntas, las tres, vamos a ser una familia, vamos a hacer muchas cosas juntas, vas a estar bien. Te lo prometo.—Apretó los labios limpiándose otra vez las lágrimas.—Pero debes darnos unas semanas mientras hacemos lo que debemos, hay que hacer trámites y otras cosas para que puedas ir a casa sin problema. ¿Estás de acuerdo? Voy a hacer lo que sea para que todo eso tarde lo menos posible.
—Sí.—Asintió.—No importa, puedo esperar.
Sonreí pasando mis pulgares por sus mejillas y le di un beso en una de estas.
—¿Estás feliz?—Pregunté mientras la abrazaba apoyando mi frente en su hombro por algunos segundos antes de volver a mirarla.
—Mucho.—Asintió abrazándome otra vez.—Gracias, Lauren. Gracias por dejarme ser parte de tu familia.
—No tienes que agradecer nada, Emma. Te lo mereces, te mereces ser feliz y te prometo que Camila y yo vamos a darte todo para que lo seas.—Su sonrisa me hizo sonreír aún más ampliamente.
Había logrado lo que quería, alegrarle el día y los que siguiesen hasta que sea el momento que estábamos esperando.
*
Habíamos terminado de atender los clientes del día, yo por mi parte aún debía ir a la empresa de mi padre para hacer mi trabajo, pero antes tenía una hora y media para descansar.
—¿Qué tienes en el cuello?—Preguntó Vero que estaba sentada en un sillón de cuero que había en mi despacho.
—Es la parte de un collar que me regaló mi princesa, la otra la tiene ella.—Conté orgullosa.
—¿Tu princesa?—Se burló.—Que cursi de mierda y cada día es peor.
—¿Quién?—Le pregunté mientras veía mi teléfono.
—Tú. Ya te parec…
—No, no ¿quién te preguntó?—Le interrumpí.
—Estúpida.—Soltó una risa. En ese momento entró Dinah.
—Dijiste estúpida y apareció Dinah.—Me reí y mi amiga me empujó al pasar por mi lado.
—¿De que hablan?
Mi teléfono sonó y vi el nombre de Normani en la pantalla. Atendí el llamado mientras Vero le hablaba a Dinah sobre lo cursi que era, lo idiota que me había puesto Camila y todas las pavadas de siempre.
—¿Normani?
—Hey, Lauren. ¿Todo bien? ¿Estás ocupada?—Preguntó y sonaba emocionada.
—Sí, sí todo bien. Estaba por salir para la empresa en un rato. ¿Pasó algo?
—No, todo está perfecto. Escucha, sabes que esta noche nos juntamos en mi casa y llamaba para decirte que puedes invitar a tus amigas si quieres. Es que hay mucha comida, además cuantos más seamos, mejor.
—Ah, bueno, voy a decirles. Ahora estoy con Vero y Dinah.—Dije dándoles una mirada.
—Bien, entonces espero verlas esta noche.
—Claro, nos vemos, Mani.
Cuando terminé la llamada les dije a mis amigas sobre la invitación de Normani y amabas asintieron. No pensé que Dinah aceptaría por su pasado con la chica de piel oscura y que ahora tenía novio. Mi amiga parecía haberlo “superado” ya. Dinah era una idiota cuando quería, pero era madura.
—Bueno, entonces me voy a comprarle un regalo.—Dijo Vero levantándose del sillón.—¿Me acompañas, Dinah?
—Bien.—Dijo un poco dudosa.—Lauren cierras tú, ¿cierto?—Asentí dándole una sonrisa.
—Nos vemos, mugrosa.—Vero se despidió con un gesto de mano y salió sin más.
Detuve a Dinah antes de que saliera.
—Dinah, no tienes que ir si no quieres. ¿Lo sabes? Sólo es una invitación.—Se encogió de hombros.
—Voy a estar bien, ya lo superé.—Se rió encogiéndose de hombros.
—No te creo una mierda, pero bueno, nos vemos, zorra.—Salió de mi despacho riéndose y haciéndome reír también.
*
*Camila pov*
Lauren nadó por la piscina de la casa de Normani y se puso detrás de mi cuerpo atrayéndome hacia el suyo. Sus manos fueron a juntarse sobre mi vientre por algunos segundos y luego abrió una y empezó a pasearla por mi vientre y mi costado logrando que me desconcentre de la conversación que estaba teniendo con mis amigas. Lo hacía a propósito porque sabía que me ponía nerviosa cuando hacía esas cosas delante de la gente.
Me moví un poco en mi lugar para hacer que su mano se moviera y se apartara del borde de la parte inferior de mi bikini. Dinah que estaba frente a mí levantó una ceja viéndome y Lauren soltó una risa contra mi cuello.
—¿Se están metiendo mano en mi piscina?—Normani empujó a Lauren que soltó una risa abrazándome más fuerte.
—¿Qué? No.—Negué rápidamente. Sentí mis mejillas ardiendo cuando hasta el novio de Normani se estaba riendo.
—Odio que hagas eso.—Quité los brazos de Lauren que se quedó apartada de mí con una pequeña sonrisa.
—¡Traje el helado!—Gritó Ally desde la casa.
Los demás fueron hasta la mesa donde estaban por comenzar a servir mientras que yo me tomé mi tiempo para sacarme con la toalla, ya que me había metido dentro de la piscina y no me quedé en el borde como los demás, excepto Lauren y Dinah.
—¿Te dije lo hermosa que eres con bikini?—Lauren me volvió a abrazar por detrás, intenté sacar sus brazos de mi alrededor otra vez, pero me apretó contra su cuerpo mientras me besaba.—Te amo.—Me dijo riéndose mientras la apartaba.
—Eres estúpida. ¿No ves que están todos?—Dinah estaba riéndose a nuestro lado.
—Cuando estamos solas me pides que te toque y ahora que…—Le cubrí la boca con la mano y me la apartó riéndose.
Se puso la remera que le quedaba grande y fue con los demás.
—Deja de hacerle fiesta por todo. Si no me hubieses mirado así, Normani no hubiese dicho nada.—Me quejé.
—Claro como si fuera que Normani me estaba viendo justamente a mí en ese momento entonces te vio con esa cara de idiota mientras Lauren te acariciaba.—Rodó los ojos bufando.
—Te estaba molestando.—Le empujé levemente el brazo.—¿Estás bien?—Asintió y se recogió el pelo húmedo en una coleta alta.—Sabes que si quieres irte porque te sientes incómoda o algo puedes hacerlo. No tienes que soportar ver algo que no te gusta. Ya sabes…—Hablé refiriéndome a Normani y su novio.
—No pasa nada. Ambas quisimos terminar lo que sea que teníamos y no me arrepiento. Ahora se ve bien y… y eso me importa. Ya está.—Negó suspirando.—Estoy bien.
—Bueno… Cualquier cosa me dices.—Asintió viendo hacia la mesa.—¿Me acompañas a buscar la crema batida y las fresas?
*Dinah pov*
Camila estaba dividiendo la crema y las fresas en dos partes para poder distribuir bien en la mesa. Estábamos hablado sobre unos exámenes que tenía la próxima semanas hasta que llegó Lauren y me golpeó en el brazo antes de abrazar a Camila por detrás y darle un beso en la mejilla.
Camila le recordó que estaba enojada por lo de hace un rato en la piscina, pero Lauren la ignoró y le llenó las mejillas de besos haciendo que se apartara un poco de la mesa para poder abrazarla.
Aparté la mirada para no ver como se besaban, además Lauren lo hacía a propósito. Todo el tiempo la besaba delante de mí para molestarme.
Mi mejor amiga era una suertuda porque tenía a Camila y Camila también lo era porque tenía a Lauren. Siempre se estaban demostrando cariño, en especial Camila a Lauren y yo lo veía, siempre la estaba tratando con tanto amor, la cuidaba, la atendía como si fuera lo más importante y primordial. Por otro lado Lauren era aún peor, para ella, Camila era lo primero en su vida, Camila era quien debía tener su atención, era quien debía ser la atendida, la cuidada y la que recibiera más cariño y yo me alegraba. Me ponía contenta saber que una de mis mejores amigas era feliz, que tenía a una persona hermosa a su lado.
—¿Y Camila?—Me preguntó Normani cuando salí de la cocina para volver al jardín. Tenía puesto una remera blanca encima de su bikini, que le llegaba a los muslos y le quedaba enorme. Probablemente ni siquiera era de ella.—¿Dinah?—Me llamó haciendo que dejara de mirarla.
—Lo siento.—Me sonrojé.—Está con Lauren.—Rodé los ojos riéndome.—Si no quieres que pase algo raro en tu cocina mejor ve a interrumpirles.—Sonrió divertida porque también sabía lo que eran aquellas dos juntas.
—¿La estás pasando bien?—Desvió la mirada un momento.—No creas que lo hice a propósito. El invitarte. Quería que estés y… nada pasar el rato.—Miré hacia el jardín donde estaban Vero, Ally y el novio de Normani hablando.
—No pasa nada. Estoy bien y me alegro de que también lo estés. Se… Se nota que estas feliz y es importante.—Asentí a mis palabras.—Gracias por invitarme y darme mucha comida.
—No, gracias a ti por venir.
—Lauren, no. Para.—Camila salió de la cocina intentando sacarse del agarre de Lauren que al vernos se quedó quieta a un lado.
—¿No puedes esperar a llegar a tu casa, Jauregui?—Normani se acercó para ayudar a Camila.
—No cuando tiene a una mujer como yo a su lado.—Dijo Camila haciendo que Normani rodara los ojos.—Tranquila, tengo controlada a la bestia. Vamos.
—Antes de que me digas algo, no hice nada, solamente me encanta molestarla porque se pone nerviosa y se sonroja delante de todos, ¿y viste lo linda que es cuando eso pasa?—Lauren se mordió el labio sonriendo.
—Que asco el amor.—Fingí tener una arcada.
—Eso dices porque todavía no llegó tu princesa o tu príncipe.—Me dijo tomando mis mejillas, las aparté dándole un manotazo.
—Cállate, ¿quieres? No sirvo para eso. No sirvo para estas cosas.—La empujé.
—Prefieres vivir de fiesta, encontrarte a alguien para una noche y después olvidarlo, ¿eh?—Me encogí de hombros.
—Tú vivías así antes, no sé de qué te quejas.
—Antes.—Repitió.—Exacto, prefiero mil veces la vida que tengo ahora, con una esposa preciosa, una vida llena de compromisos. Solo espera y vas a ver que lindo es.
—No te me pongas cursi que te voy a ahogar en la piscina.—Le di con el dedo en la frente.— Hay helado de chocolate con nueces y sabes que Verónica no va a dejarte nada si no vas ahora.
—Zorra sin sentimientos tienes que ser. Igual te quiero. Vamos.
Me arrastró fuera de la casa en ese instante y lo primero que hizo fue ir a sentarse al lado de Camila que como era de esperar ya tenía servido helado de chocolate con nueces para ella.
Simplemente sonreí negando. Camila había cambiado tanto a Lauren y la tenía simplemente boba por ella. No había nada más que decir.
*Camila pov*
Lauren me hizo lugar en la reposera para que me sentara entre sus piernas y me abrazó por la cintura desde atrás dejándome contra su cuerpo.
Ally estaba con nosotras mientras las demás estaban molestándose en la piscina. Llevábamos un rato las tres solas hablando de cualquier cosa.
Pero yo no podía dejar de ver a Normani y a Dinah, se veían y se sonreían, hablaban normalmente entre ellas y me sentí tranquila por ambas. Porque podían estar bien mientras estuvieran en un mismo lugar.
Sabía que habían terminado bien, que habían terminado por decisión de ambas, pero creía que el “estamos bien” sólo era mentira.
—¿Crees que a Dinah le importa Normani aún?—Le pregunté a Lauren. Ally desvío la mirada hasta mí al escucharme.
—No.—Dijo Lauren.—Si Dinah decidió que estaba bien terminar con ella, aún lo sigue pensando. La conozco y no hace cosas por impulso, tampoco haría o intentaría algo con Normani ahora porque está bien y a Dinah le importa. A pesar de que no están juntas, le importa y quiere verla bien.—Ally me miró un momento y se encogió de hombros.
—¿Tú que crees, Ally?—Le pregunté a la más bajita.
—Creo que están bien ahora y…
—Pero quizás a alguna le sigue importando la otra, elige el camino fácil y se conforma con estar como están.—Le interrumpí a mi amiga sin poder evitarlo.
—¿A qué quieres llegar, Camila?—Lauren se inclinó hacia adelante y se puso un poco de costado para poder mirarme a los ojos. Tenía las cejas fruncidas y aunque sabía que a mí no me iban esas caritas de enojada que hacía, la sostenía.—Porque ya te dije lo que pasa, Dinah es mi mejor amiga y la conozco. Normani está bien con ese chico y tú lo sabes.
—Bueno, pero no te enojes.—Me reí.
—Es que eres terca, cabeza dura y no entiendes cuando alguien te dice algo.—Enlacé mi mano con la suya que estaba sobre mi pierna.—Dinah no va a volver con ella pase lo que pase, ¿entiendes? Seguro que le duele porque quiere a Normani, pero no van a volver porque Dinah es así. Si lo hizo es por algo.
Le aparté la mano de mi pierna y me crucé de brazos enojada por como me estaba hablando.
—Hoy Emma me preguntó si sabía cuándo irían a verla.—Dijo Ally cambiando la conversación muy obviamente. Por dentro me reí porque Lauren y yo estábamos casi discutiendo mientras ella nos miraba.—Le dije que no sabía aún.—Agregó.
—Gracias. Seguro vamos mañana a verla.—Le dijo Ally.
—Está muy emocionada. Su humor es… diferente.—Sonreí contenta.
—Nosotras también lo estamos y no vemos el momento de que ya podamos llevarla a casa. ¿Cierto, amor?—Me giré a Lauren que me observó en silencio.
—¿Qué no estabas enojada recién y me apartaste la mano?
—Sí, pero ya se me pasó, idiota. Abrázame.
Lauren suspiró abrazándome como antes lo estaba haciendo y giré mi rostro para darle un beso en la mejilla mientras le sonreía.
—Ustedes dos son increíbles.—Ally soltó una risa negando.—Esa niña va a ser tan feliz. No lo dudo ni un poco.